sábado, 23 de febrero de 2013

Treinta y cinco años detrás del mostrador

Publicado en "Acercar a la Gente" Nº. 14 del 15/04/2000

 Es un símbolo del barrio que la vio nacer. Es ejemplo de constancia y perseverancia. Es "Pochita".

 Cada lugar tiene algo que lo identifica. El obelisco nos habla de Buenos Aires, el Monumento a la Bandera nos recuerda a Rosario. Los barrios de nuestro pueblo tienen también esas cosas que lo identifican: un club, un parque o un bar pueden ser referencias para ubicarlos. El barrio San Cayetano tiene para eso un comercio que ha sido la Meca de mujeres, hombres y niños durante 35 años. Es la despensa de Pocha o Pochita, de calle Entre Ríos al 1200.

Mientras veíamos fotos de los comienzos hablamos de su trabajo, que no piensa dejar y para el que, además, tiene proyectos.

 Todos la conocemos como Pochita pero, ¿cual es su verdadero nombre?
=María Luisa Uliase
 ¿Como comenzó con la despensa?
= Yo me case en el '63 y en el '65 pusimos el negocio, hace 35 años. Nosotros ya teníamos la casa pero hicimos un salón, acá al lado, que ahora usamos de depósito. Empezamos con poco: recuerdo que estaba la casa Balassone, que eran mayoristas y le compramos, como para arrancar, un poquito de cada cosa.
Ahí estuvimos cinco años, más o menos. Después, como teníamos un lugar lindo delante de la casa hicimos el local que usamos en la actualidad.
 Siempre tuvimos éxito, siempre la gente nos apoyó.
 ¿Por qué decidieron hacerlo?
= Y... porque en el barrio no había un negocio así y nosotros veíamos que hacía falta. Había uno chiquito, de un Sr. Machi, que estaba siempre lleno.
 ¿Cuando inauguraron?
= El 8 de julio de 1965. El día de las fiestas patronales. Ese día era un mundo de gente, porque antes esas fiestas eran muy lindas: venían bandas, se hacían juegos... Y a nosotros se nos ocurrió abrir ese día. Me acuerdo que lo primero que vendí fue un paquete de velas a un muchacho y mi mamá me dijo: "Vas a tener suerte porque la vela es luz, es vida"
En ese entonces mi hija mayor, Patricia, tenía 6 meses, así que la crié trabajando, era increíble como se trabajaba...
 ¿Tuvo despacho de bebidas?
= Cuando nos iniciamos despachábamos bebidas, después cuando nos tras-ladamos, por un tiempo, había una parte dedicada a eso pero, después lo sacamos, nos dedicamos al almacén. Siempre el almacén fue lo primordial
 ¿Siempre estuvo al frente del negocio o compartía el trabajo con su marido?
= Si, trabajábamos juntos, pero yo siempre era la que estaba. A la hora de abrir o cerrar siempre estuve yo, hasta el día de hoy.
 En todo este tiempo ¿ha tenido problemas económicos?
= Hubo épocas muy buenas y también no tan buenas. Pero yo nunca aflojé, yo seguí siempre, siempre.
Te digo que antes era mucho mejor que ahora.
 ¿Por qué?
= Porque había muy pocos negocios como éste en el pueblo. En este momento, acá en el barrio nuestro hay muchos, quioscos y demás, pero en los primeros tiempos está-bamos solos. Y en el pueblo había pocos.
Además había más trabajo para la gente, entonces no buscaban hacer esto, sino seguir con su trabajo. La gente trabajaba y compraba más.
 ¿Los clientes son todos del barrio?
= No, también hay gente del centro o del campo que vienen a hacer sus compras grandes y por supuesto, los del barrio.
Tengo clientes fijos de hace años. Hay gente que hace 35 años que son mis clientes, y han pasado varias generacio-nes: los padres, los hijos y también los nietos vienen a comprar. No todos, pero si muchas familias enteras.
 ¿El fiado siempre existió?
= Siempre. La libretita siempre existió. Pero en este momento no abro cuenta, no hay dinero, es imposible. Te digo que cuando empezamos la gente trabajaba mucho, había mucho trabajo en todo sentido: albañilería, hornos de ladrillo... gente trabajadora y que disponía de dinero. Cuando cobraban te pagaban, por semana o por mes. Casi todos tenían la cuenta abierta.
 Y a algunas no las pudo cobrar...
=Siempre pasan cosas así, han quedado en el camino un montón. Así como hay gente que no dispone de dinero porque no tiene trabajo, también están los muy cum-plidores. Yo tengo muchos cliente que siempre, siempre, me han pagado.
 ¿Como eran antes los clientes comparados con los de ahora, en cuanto a la exigencia de la calidad de los productos?
= La gente no era tan exigente. Era más vale compradora, compraba todo, no eran tan marquistas, ni miraban tantos detalles. La gente antes tenía dinero y compraba. Vivían mejor que ahora, por la mañana compraban para tomar sus buenos desayunos y comer bien...
Yo he tenido momentos muy buenos en el negocio, no había muchos y además conté con buenos amigos y vecinos.
Toda la gente vivía mejor. A lo mejor antes no se preocupaban tanto por tener tantas comodidades en la casa: heladeras, televisor u otras cosas. Se preocupaban por vivir bien, comer bien. Ahora se fijan más en los precios porque por ahí tienen las cuotas de una cosa u otra. Por ejemplo, yo vendía todo fresco: soda, vino o gaseosa porque no todos tenían heladera.
 ¿Hay productos y marcas que todavía existen?
= Las marcas líderes son siempre las mismas. Antes había menos marcas y menos productos también.
 ¿Como hace una despensa tradicional como la suya para competir con los supermercados locales o de Venado Tuerto?
= Lo que pasa es que ahora se consiguen precios buenos y podemos competir con cualquier negocio de Santa Isabel. Lo que te puede molestar un poco son los grandes supermercados de Venado Tuerto, pero la gente para comprar ahí debe tener su comodidad para hacerlo.
Yo siempre mantuve la línea de buenos precios, nunca traté de que sea un negocio caro. Si ofrecés buenos precios la gente no se te va, además trato de tener todo lo que me piden. Me gustó siempre tener ofertas porque uno conoce a la gente y en estos 35 años he hecho muchos amigos entre los clientes. Pienso que a los clientes hay que tratarlos como amigos. Siempre he tratada de tener amistad con ellos, no tratarlos fríamente.
 ¿Es por esto que Usted es una especie de líder en el barrio San Cayetano?
= A veces me dicen así, pero a mi me da… no se que. Será porque quiero tanto al barrio que algunos dicen eso.
Desde que se inició, hace unos 14 años, estoy en la comisión del oratorio de San Cayetano y también, casi unos dos años, en el grupo de la sala de primeros auxilios.
Yo nací en este barrio.
 ¿Que pasaría si hoy tuviera que cerrar?
= Por ahora no pienso cerrarlo. Ha sido y es mi vida... creo que viví más en el negocio que en mi casa.
 ¿En que horarios atiende?
= En verano desde las 7 de la mañana, más o menos, en invierno un poco más tarde, y hasta después del mediodía. A la tarde abro a las 4 y está abierto hasta que no viene nadie más. He tenido tiempos en que cerraba a las 12 de la noche porque seguía viniendo gente.
 Además de los productos de almacén ¿ha ido incorporando otros?
= Siempre tuve un lugarcito para bazar o perfumería, aunque no fuera completo. Pero hace unos ocho años Mónica, mi hija, empezó a viajar a Buenos Aires y así incorporamos ropas, juguetes y alpargatas.
 ¿Desde cuando realiza sorteos de premios entre los clientes?
= Desde el principio. A la gente le gusta participar. Acá todos las semanas sorteamos algo. Es para devolverle a los clientes algo de lo que ellos nos dan. Además los 24 de diciembre hacemos un brindis con todos y ahora, para el aniversario, pensamos hacer una fiesta.
 ¿Tiene algún proyecto?
= Me gustaría ampliar el local hacia atrás. Para eso tenemos que hacer algunos trabajos de albañilería.
 ¿Hay alguna anécdota especial que recuerde de todo este tiempo?
= Una especial no. Han sido tantas... Lo que te puedo decir es que acá hemos cuidado muchos chicos, a la mañana cuando las madres se iban a trabajar o a llevar a los otros a la escuela. Los matrimo-nios jóvenes que alquilaban una casa que está al frente siempre han tenido sus primeros hijos y a todos los he querido como si fueran míos, porque siempre venían. Y siempre tenían su golosina.
 ¿El fútbol o la política es causa de algún roce con los clientes?
= No, todo es en broma. Yo soy de Boca, todos lo saben, y embromo con los de River, a veces vienen a hacerme chistes. Y soy de Juventud Unida pero con la gente de Belgrano tengo buena onda.
Pienso que no hay que mezclar el negocio con eso. Y no hablar de estos temas con los que se van a enojar.
Nunca tuve peleas con los clientes ni por política, futbol o religión.

 Llegó el momento de las fotos. Ya en el local no necesitó buscar una pose, todo fue natural. Porque ese es parte de su mundo, y ese mundo es parte de nuestro pueblo.


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