A partir de la
publicación en Internet de todas las notas aparecidas en nuestro
periódico desde su creación, son muchos los contactos que establecemos
con lectores de todo el país y también de fuera de sus fronteras. Una de
esas notas, "Trabajar en las máquinas" realizada en febrero de 2004 a "Nello"
Astolfi, motivó el contacto de Hernán Ferrari, un joven de 20 años de la
ciudad de Pergamino (Bs. As.) quien nos envió importante material sobre
su pasión, las cosechadoras argentinas, que compartimos con ustedes, nuestros
lectores.
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Senor.
Juan y Emilio Senor se establecen allá por el año 1900 en San Vicente,
provincia, de Santa Fe, con un taller de herrería dedicándose al arreglo
de maquinas agrícolas y a la fabricación de carruajes de tracción a
sangre. Posteriormente comienzan a trabajar en la trilla de cereales en
parvas con trilladoras accionadas con motor a vapor, incentivo éste que
los lleva, en 1920, a construir de su propio ingenio una maquina corta
trilla de arrastre que es probada con éxito en la cosecha de trigo de
ese año. Este resultado les permite en el año 1921 encarar la
fabricación de este tipo de maquinarias con el nombre de Senor.
Con esta marca reciben el merito de haber sido la primera fabrica
sudamericana de cosechadoras que la consagro definitivamente en el agro
por su fama y por la importante cantidad de unidades que a través de los
años se fabricaban, contándose por millares. Se debe tener en cuenta que
en los años 1960-1970 producían de 450 a 500 unidades al año de los
modelos ya automotrices B3,J.E 40, J.E 50, además de otros implementos
como recolectores de girasol y maíz contando con unos 700, obreros que
trabajaban directa o indirectamente para la fabrica.
Rotania.
En 1915 Don Alfredo Rotania se instala con un taller de
maquinas agrícolas en la localidad de Sunchales para atender las
necesidades de la zona, se asocian al taller sus hermanos, Miguel,
Fernando y Enrique, dedicándose entre los años 1920 a 1930 a la
fabricación de elementos para maquinas trilladoras de vapor, a su vez se
dedicaban a la explotación de este tipo de maquinas trillando parvas de
trigo y lino ,llegando a tener cuatro equipos, ,siguiendo después con la
fabricación de maquinas corta trillas de arrastre a caballo o a tractor.
Esta experiencia da origen a que estas máquinas podrían desplazarse por
sus propios medios. Don Alfredo comienza sus experimentos en 1927 ,
consiguiendo su propósito al crear una maquina llamada
"Espigadora-Trilladora con adaptabilidad de un tren automotriz en el
rodado delantero”. Así se la especifica al otorgársele en fecha 18 de
diciembre de 1929 el titulo de patente de invención reconociéndosela
como la primera cosechadora automotriz del mundo y que, poco después,
fue lanzada al mercado, marcando así el fin de la tracción a sangre en
los trigales. La marca Rotania alcanzó meritorio prestigio en los campos
de la Argentina y en otros países sudamericanos a través de millares de
unidades producidas.
Susana.
En el departamento de Castellanos veremos que la primera corta trilla
nacional (traccionada por caballos, pero con motor incorporado), aparece
en el año 1917 en la localidad de Susana con el nombre que la vio nacer,
y que seria su marca de fabrica de allí en adelante.
Conocida como cosechadora Susana fue construida en un taller de motores a
vapor, propiedad de don Francisco Rostoni por Luis Gnero ,un mecánico
tornero quien luego inicia la fabricación con Miguel Gardiol, llegando a
constituir una importante empresa dedicada a la fabricación de
cosechadoras, enfardadoras y demás implementos agrícolas ampliamente
conocidos en el ámbito agrícola.
Santiago
Puzzi y Cia.
En ese mismo año pero en la localidad de Colonia Clusellas, en la
provincia de Santa Fe, hallaremos a un joven mecánico que busca un
modesto local para instalar un taller de reparaciones de trilladoras a
vapor. Su artesanía la adquirió en los campos santafecinos bajo el
fuerte sol de diciembre ayudando a aquellos maquinistas de principios
de
siglo, expertos en sus maquinas. Santiago Puzzi, en su juventud
chacarera, sintió pasión por las maquinas y fue tan intensa que fijo
el
derrotero de su vida, alrededor de 1926, observando los problemas del
campo y buscando nuevas técnicas de explotación, construyo una maquina
que rompía con la tradición de que el vapor era la fuerza motriz mas
conveniente o quizás única para las grandes labores agrícolas. En dos
años de intensa labor, construyo 7 maquinas cosechadoras, cuyo
rendimiento acrecentó la fama del joven mecánico. El éxito obtenido le
permitió mayores vuelos y formar una sociedad bajo el nombre de
Santiago Puzzi y Cía. para fabricar cosechadoras con sede en la
localidad de
Josefina, Santa Fe, vecina a la floreciente localidad de San
Francisco,
Córdoba, lugar donde se instalaría definitivamente hasta su cierre a
fin
de la década del 80.
Vasalli.
“Entre los hierros de esta pequeña herrería de chacra, al ruido del
yunque, al canto libre de los pájaros, al mugir de las vacas, al olor
del lino me habré de criar”. Así recordaba Don Roque Vassalli su niñez
en el campo que trabajaba su padre en la zona de Cañada del Ucle allá
por 1920.
Pasan los años y aquel niño, ahora un hombre, trabaja en su propio
taller
de herrería haciendo reparaciones y afilando rejas de arado.
Culminando
la segunda guerra mundial, el país necesitaba tecnología, que a causa
de
la contienda escaseaba, uno de los problemas era la falta de maquinas
agrícolas, en especial cosechadoras, pues las existentes en su mayoría
modelos de arrastre comenzaban a ser obsoletas a causa de la escasez
de
tractores o la falta de caballos para remolcarlas. Muchos agricultoras
encuentran solución a esto al ver que estas maquinas podían reformarse
a
sistema automotriz. Un amigo de Roque Vassalli, Don Lorenzo
Pellicione, viéndolo muy capaz a Vassalli para hacer cualquier trabajo
le propone que le reforme su cosechadora. En un primer momento
Vassalli
duda en aceptar tal desafío, pero aquel noble amigo le dice: “Mirá
Roque, hacé el experimento, no te aflijas si falla, seguiremos siendo
amigos como siempre”. Ante tal grado de confianza, el trabajo se lleva
adelante, la corta trilla, una Deering 31R, de origen norteamericano,
tras ocho meses de dedicación queda, por obra del ingenio,
transformada
en una moderna cosechadora automotriz que al ser probada a campo y
comprobado su buen funcionamiento, hace que ante tal éxito, Vassalli
se
dedique a reformar maquinas de otros agricultores de la zona y a
encarar
un modelo de diseño propio.
Atrás queda la vieja herrería de Cañada Del Ucle, ya instalado en el aquel
entonces pueblo de Firmat, en el año 1949, inicia la fabricación en
serie de sus cosechadoras con la ya clásica marca Vassalli que con el
correr de los años se convertiría en sinónimo de calidad nacional e
internacional, pues su prestigio le lleva a exportar maquinas a la
mayoría de los países sudamericanos incluido México y países de África.
Sus modelos Super, Ideal y 3-16 fueron las maquinas que mas
difusión tuvieron en especial la 3-16 de las que se fabricaron mas de
7000 unidades. La empresa Roque Vassalli SA fue la primera en levantar
una fabrica en Brasil donde se construyeron también miles de unidades.
Esta meritoria gestión que, junto con las exportaciones, originó en
aquellos años un importante ingreso de divisas al país.
Volviendo un poco atrás, en 1951 una nueva creación de Roque Vassalli sale
de su ingenio, proyecta y construye de su diseño, su propio modelo de
aparato juntador de maíz, denominado El Maicero, y que es aplicable a
las cosechadoras, motivado por el problema que existía para juntar la
cosecha de maíz, hace que una vez probado y experimentado se produzcan
en serie para salir a la venta en las campañas de los años 1952/53,
ganando con esto prestigio definitivo.
Alasia.
En la localidad
de Sunchales surge otra fabrica de maquinas cosechadoras por iniciativa
de Don José Alasia, quien siendo chacarero y contando con la
colaboración de sus hermanos, construyó en su chacra de Colonia Raquel,
Santa Fe, su primera trilladora fija, con la cual mecanizaron sus cosechas de
los años 1922/23. Esto fue lo que dio impulso definitivo a la nueva
industria que se inicio en el año 1927, en la localidad de Sunchales,
produciendo primeramente corta trillas de arrastre y luego, en la
segunda mitad de los años '30, creando su primer modelo de cosechadora
automotriz que durante muchos años surcaron los campos argentinos
recogiendo sus cosechas.
Podemos decir con certeza que una buena parte de los fabricantes de
maquinas agrícolas argentinas fueron en su momento chacareros o
agricultores o tuvieron una vinculación directa con los trabajos del
campo en cualquiera de sus ordenes y que luego, movidos por su inquietud
y por la mecanización del agro, dieron sus primeros pasos en la
dedicación hacia la fabricación de maquinas, implementos o accesorios
agrícolas.
Bernardín.
En
San Vicente, en el año 1923 don Andrés Bernardin levantó una pequeña
industria en un local de solo 800 m2 y, con no mas de 20 obreros,
comenzó a fabricar sus primeras cosechadoras de arrastre con la marca Bernardin.
Estas recibieron la gran aceptación por parte de los agricultores que,
al igual que Senor, las cosechadoras de estas dos marcas tuvieron una
meritoria fama por su calidad y eficiencia en la trilla y la limpieza de
los cereales.
Promediando la década de 1930, lanza al mercado su primer modelo
automotriz y en los siguientes años surgirían una sucesión de nuevos
modelos como las M9K, C47, C52, M11, P59, ML60, M15, M17, TF50, M20, M21 y M23.
Hacia el año 1960 la ampliación de la fabrica llegaba a 12000 m2 cubiertos
empleando unos 300 obreros, a su vez seguía ganando cada vez mas un
sólido prestigio que sigue vigente, siendo una de las pocas marcas
nacionales que han quedado en el mercado.
Druetta.
Don Miguel Druetta, era hijo y nieto de inmigrantes que hacia 1870 se
afincaron en Colonia Santa Teresa, llamada Totoras, en la provincia de
Santa Fe. Se inicio de muy joven en el trabajo con maquinas trilladoras,
allí en los campos que los vieron nacer, llegando a tener un profundo
conocimiento sobre las maquinarias, a tal punto que lo llevaran a
inventar en 1923, el “recolector de cereales”, que previamente se
cortaba para su secado y que quedaba en hileras en el campo, luego, ya
seco, este cereal era posible levantarlo con la cosechadora gracias a
este recolector.
Pocos años después, ya instalado en Buenos Aires y en la campaña de
cosecha de trigo año 1929/30, probó con éxito otra invención suya, la
autocosechadora de cereales con plataforma de corte al frente. Este
modelo de maquina automotriz fue la primera en el mundo en su tipo,
siendo contemporáneo de Rotania en la creación de maquinas con
transmisión de mando propio a las ruedas motoras.
En los años 1951/52 surge otra creación suya, esta vez para solucionar
el
problema que representaba la juntada de maíz, al presentar su modelo
de
plataforma recolectora de maíz aplicable a las cosechadoras, fue un
invento y como también lo hicieron sus contemporáneos Santiago
Giubergia y Roque Vassalli, siendo así que tres santafecinos fueron
quienes revolucionaron la mecanización agrícola en la cosecha de maíz y
que repercutió no solo a nivel nacional sino mundial pues años después
otros países de avanzada optaron por este sistema.
Daniele.
Tambien en 1927 en
la localidad de Seeber (Córdoba) Don Simón Daniele construye su primera
cosechadora con la firma B y A Fiorito, denominándola cosechadora
Fiorito sistema Daniele y hacia 1934 se establece en Porteña formando la
firma J. S. Daniele y Cía. S.C.
Araus.
En
la localidad de
Noetinger, Córdoba, se instalan con un taller los señores Araus Hnos.
para fabricar
máquinas cosechadoras de cereales y juntadora de maíz automotrices.
Sus
comienzos en la mecanización agrícola se inician en Armstrong, Santa
Fe,
cuando los hermanos Julián, Romualdo y Tomas Araus, en su chacra, se
dedicaban a reparaciones de maquinas, siendo en el año 1942 que
construyen una cosechadora automotriz con satisfactorios resultados.
Años después, ya instalados en Noetinger emprenden la fabricación
en serie llegando años después a ser una de las mas importantes
fabricas
del país.
Draumaq.
Volviendo un poco
atrás respecto a Miguel Druetta, inventor de la cosechadora automotriz
marca Druetta, con su fabrica instalada en Ciudadela, Buenos Aires, éste vende a
fines de los años '30 su fábrica y se asocia con otra empresa lanzando al
mercado un nuevo modelo de cosechadora y una enfardadora con marca Draumaq.
Posteriormente junto a los señores Rosatti y Cristofaro se
forma la empresa RYCSA (Rosatti y Cristofaro S.A.) que fabricaron en
las instalaciones de Ciudadela y en Arrecifes las cosechadoras que
llevaron la marca RYCSA hasta su liquidación a mediados de los ''60. Don
Miguel continúa por sus medios con una nueva maquina que llevara la
marca Druetta.
Giubergia.
Si continuamos tras
los pasos de estos pioneros y retrocedemos al año 1933, nos
encontramos con un chacarero cordobés, don Santiago Giubergia, que llega
a la localidad de Venado Tuerto, departamento General López de la provincia de
Santa Fe, donde instala una herrería para reparaciones de implementos
agrícolas, en la calle Chacabuco al 900. Allí, con la ayuda de su esposa
y trabajando de sol a sol, fue ampliando sus actividades lo que le
permitió seis años después, junto a su cuñado, instalar un nuevo taller
en las calles Moreno y Maipú y, con 4 o 5 empleados, fabricar
recolectores de cereales. De esta manera llega al año 1942 en que efectúa la
primera reforma de una corta trilla Massey Harris Nº 11 de arrastre,
transformándola en automotriz y, en 1944, fabrica su primera máquina,
también automotriz pero de diseño total propio con la marca Giubergia,
contando entonces con 50 obreros.
Ya en 1946 forma la sociedad de estilo
cooperativista, asociando a 12 empleados y obreros con un capital social
de pesos moneda nacional doscientos mil, $ m/n 200.000, que al finalizar
el primer ejercicio se elevo a $ m/n 400.000. En el año 1951 fabrica 57
cosechadoras y 185 recolectores de girasol efectuando algunas ventas a
Chile. En 1953 hace un valioso aporte a la agricultura al lanzar al
mercado su nueva plataforma juntadora de maíz aplicable a las
cosechadoras, contándose cien unidades de este tipo en ese periodo. El
franco progreso lleva al cabo de algunos años a formar una importante
industria con centenares de obreros y alta producción de maquinarias.
Ya
fallecido Don Santiago, una nueva planta industrial se levanta a
mediados de los '60 en un predio frente a la ruta 8. De allí, durante años,
salen miles de unidades hacia todas las zonas agrícolas del país hasta
su cierre definitivo en 1979.
Margariteña - La
Soberana.
Colonia Margarita
también tuvo sus artífices dedicados a las maquinarias que lo
llevan, por los años 1938/40, a fabricar máquinas corta trillas de
arrastre con la marca Margariteña en reconocimiento al nombre del
pueblo. Sus fabricantes, los señores Picco, Apendino y Cía. llevaron adelante
esta iniciativa durante varios años, saliendo de sus talleres unas 25 a
30 unidades anuales.
Después de unos años de actividad en el rubro
esta firma se disuelve y se hace cargo de continuar con la producción de
estas cosechadoras, el Sr. Juan Bautista Buriasco y Cía. que traslada la
fabricación de las mismas a la localidad de Maria Juana. Allí desarrolló
un nuevo modelo de máquina pero ya en versión automotriz y con la marca
La Soberana, finalizada la década del 40/50, se paraliza en forma
definitiva su producción para dedicarse a la fabricación de vagones y
material rodante ferroviario.
Magnano.
En 1938
se forma por iniciativa de los Srs. Bartolo y Miguel Magnano y Peretti Hnos.
la empresa Magnano y Cía. que se dedica a la fabricación de maquinarias
para carpintería e implementos agrícolas y luego cosechadoras
automotrices que llevaron la marca Magnano.
Angélica.
Luis Boschetto,
junto con sus hermanos Miguel y Antonio, en sociedad con los hermanos
Sebastián y José Raimondo, formaron de común acuerdo el día 11 de
mayo de 1939 una sociedad para dedicarse a la fabricación de maquinas
corta trillas de cereales en el tipo automotriz en la localidad de
Angélica. En ese año construyeron dos unidades que fueron puestas a prueba
en la cosecha de trigo de ese periodo. El éxito de la prueba fue la
culminación de esa primera etapa que los llevó a ampliar la producción
a varias unidades anuales.
Al retirarse de la firma los hermanos Raimondo la misma quedó constituida bajo el nombre de Luis Boschetto y
Hnos. S.A. utilizando como identificación la marca Angélica, o sea, el
nombre del pueblo donde se fabricaba. El primitivo taller de 1939 con
480 mts2 cubiertos se fue ampliando hasta que, a
finales del '50, era de 7000 mts2 cubiertos, con modernas instalaciones
incluyendo sector de oficinas. En ese período llegó a producir hasta
130/140 unidades anuales que se distribuían en todas las zonas cerealeras del
país, ocupando sus talleres en los años 60/65 unos 100
obreros. En los comienzos de la década del '70 dejan de producir
cosechadoras y se dedican de lleno a la fabricación de plantas de silos.
Flamini.
En San Vicente, en la década de 1940, Don Ítalo Flamini (o Flammini), en su taller
producía
cosechadoras automotrices con la marca Flamini que también merecieron
elogios por la calidad del trabajo que efectuaban. Fue una empresa de
pequeña dimensión con una producción limitada hasta su cierre
definitivo.
Guasch.
También en los años
'40 unos agricultores de la zona de Casilda, Santa Fe, comienzan a
experimentar con un aparato que pudiese cosechar el girasol y el maíz,
llegando así a los años 1943/44 a crear un dispositivo que podía usar
la corta trilla de cereales para la recolección de maíz. Estos señores
son Ramón y Amadeo Guasch.
Siguiendo con las pruebas llegan al
año 1951con su creación a cabo, y que es patentada con el numero 86650
que les permite fabricarlos en serie con su marca de nombre Guasch.. Siguen, años
después con la producción
de cosechadoras automotrices de diseño propio y sembradoras de granos
gruesos, reconocidas en el campo por sus cualidades; totalizando hacia
los años 1957/60 una producción de 180 unidades anuales en su
establecimiento en la calle Bv. Colon 2418 de Casilda, bajo la razón
Establecimientos Industriales Metalurgicos Argentinos Ramón y Amadeo
Guasch S.A.
Baietto
- Contardi - Forzani - Esperanza - Balbi.
Otras firmas
surgieron también en los años '40 dedicándose a esta actividad
industrial. Algunas de ellas tuvieron corta vida. Todo dependía de diversos factores,
tratándose en especial de un producto como
los aquí especificados, cuyas ventas se efectuaban en un solo período
del año, siempre y cuando se presentaran las perspectivas de buena
cosecha en esa época, debiendo la firma fabricante tener solvencia
económica para afrontar enormes gastos durante meses hasta el momento de
las ventas.
Vemos que en localidad de Zenón Pereyra hubo dos firmas que
en distintas épocas han fabricado maquinas cosechadoras, fueron Baietto
y Cía. y la otra fue Contardi y Cía. , y luego una tercera cuyos
integrantes fueron Osvaldo Lino Forzani y Atlio Blas Lino Forzani que
conformaban la firma Osvaldo y Atlio Forzani S.R.L. dedicados durante
muchos años a la fabricación de cosechadoras y enfardadoras
automotrices. Mientras que las dos anteriores estuvieron pocos años en esta
actividad, los hermanos Forzani utilizaron su apellido para identificar
como marca a sus maquinarias siendo ampliamente conocidas en el país.
Otras empresas que
tuvieron la misma actividad fueron, una instalada en la localidad de
Esperanza, que utilizó el nombre como marca para sus maquinarias, y otra
de la localidad de Sastre que produjo cosechadoras
automotrices con marca Balbi desconociéndose más datos de ambas.
Marani.
Transcurriendo el
año 1948, en la ciudad de Rosario, los hermanos Nazareno y Gustavo Marani
fundan un taller metalúrgico para fábrica de máquinas agrícolas situado
en un local de las calles Ovidio Lagos y San Luís, dedicándose, al igual
que otras empresas similares, a la reforma automotriz de cosechadoras.
Llegan a un alto grado de perfeccionamiento que les otorga grandes
méritos, tales que, años después, al iniciar la fabricación de sus propios
modelos de cosechadoras -modelo Súper 58, Súper 90” y las posteriores-
tuvieron una bien reconocida fama en todas las zonas agrícolas del país.
Es así que ésta empresa que figuraba como Establecimiento Metalúrgico
Marani S.R.L. , logra hacerse un lugar destacado en el mercado argentino.
En los años 1957/58 trabajan en esta planta fabril unos 25 obreros,
muchos de ellos calificados por su capacidad, que les permiten producir
anualmente, entre reformas y máquinas de su propio diseño, alrededor de 25
unidades. Sus pioneros, Gustavo y Nazareno Marani, fueron los
emprendedores de esta empresa que fue ganando cada vez mas prestigio,
siendo las cosechadoras Marani las que siempre fueron dotadas de los
últimos adelantos que surgían.
Rector.
Emilio F. Callegari
Bettiol, un hijo de agricultores nacido en
Casilda en 1914, era una persona con gran voluntad e iniciativa. Al
terminar la segunda guerra mundial, surge la necesidad de la
mecanización del agro y Don Emilio abre un taller metalúrgico
dedicándose a la reforma de máquinas cosechadoras de arrastre para
convertirlas
en automotrices, encontrando en esta experiencia la senda que habría de
conducirlo a un emprendimiento mayor. Así es que en 1949 construye de su
propio ingenio su primera cosechadora automotriz, que al quedar
demostrada su eficiencia en las pruebas de cosecha, hace que en 1950
instale su establecimiento en la calle Buenos Aires al 3500, para la
fabricación en serie de un nuevo modelo de cosechadoras. La sociedad que
se formalizó con Emilio Callegari fue el Establecimiento Industrial
Rector S.A.C. Y F., siendo el nombre Rector la marca que llevaría
estampada cada máquina que saliera de su fabrica.
Posteriormente lanzan
al mercado las maquinas llamadas mixtas, también automotrices, que
podían emplearse en cosecha de grano fino (trigo, lino, etc.) y, con el
recambio de accesorios y plataforma de recolección, se convertían en
cosechadora de maní. También fabrican las plataformas para cosechar maíz
aplicable a todas las cosechadoras. Finalizando la década del '50
trabajaban en este establecimiento mas de 70 obreros y empleados en
todos los ordenes de dicha empresa, siendo sus titulares el fundador,
Emilio Callegari, Jerónimo P Coirini, Adelqui Calcaterra y Enzo
Citadini.
Di Tulio.
En Firmat, en la
segunda mitad de los años '50, Nicolás P. Di Tullio, un mecánico que
acompaño en sus inicios a Vassalli, levanta su propia fabrica
construyendo allí sus primeras cosechadoras con marca propia, Di Tulio
modelo D 100. La gran capacidad de trabajo de estas máquinas hace que
gane adeptos afianzándose su prestigio en el ambiente agrícola. Esto
lo
lleva, hacia los años 1962/63, a experimentar con las plataformas para
cosechar maíz, a las cuales les modifica su sistema de recolección
colocando correas alzadoras en lugar de las clásicas cadenas con
engranajes que ocasionaban trastornos y roturas en el equipo juntador.
Estas plataformas tuvieron un gran merito por su eficiencia en
el funcionamiento. Posteriormente fabrican sembradoras y silos con la
misma marca siendo la razón social: Industrias Agromecánicas Di Tulio
S.A.
Boffelli.
Quien
fuera un
próspero agricultor de San Vicente, de apellido Boffelli, en el
año 1921 adquiere la primera cosechadora Senor. Con el correr de los
años, en 1958, su hijo Vicente junto a los demás hermanos, más la
colaboración de otras personas como Rogelio Boffelli, José Redo, C.
Buzzo, A. S. Ambrosino, F, Boretto, Sánchez, Rizza y A, Fumero forman el
primer directorio fundador de Industrias Boffelli S.A. dedicada
a la fabricación de cosechadoras automotrices, hileradoras,
recolectores
de girasol y maiz, etc. Estos equipos, que llevaron la marca Boffelli,
también
tuvieron un amplio reconocimiento de parte de los agricultores
argentinos por la
calidad del trabajo que realizaban en toda clase de
cosechas de cereales, siendo el modelo mas fabricado la J 24. Por
diversos problemas esta firma se disuelve en los primeros años de la
década del '70 y las instalaciones de la fábrica son posteriormente
adquiridas por la firma Bernardin.
Así queda reflejada esta
localidad de San Vicente que, con una población de unos 5000
habitantes
en el año 1960, ocupo el 2º lugar en el mundo como consumidora de
hierro per capita, por el desarrollo industrial de ese tiempo, siendo
galardonada como localidad Cuna de la Cosechadora Argentina. Además
fue
nombrada, en 1960, sede de la Fiesta Nacional de la Cosechadora,
evento que se llevó a cabo por primera vez el 18 de
Septiembre de ese año, contando con la presencia del Sr Presidente de
la
Nación Dr. Arturo Frondizi, el gobernador de la provincia de Santa Fe,
Dr. Carlos Silvestre Begnis y otras autoridades. En esa oportunidad se
realizó un
impresionante desfile de cosechadoras y posteriormente se efectuó la
elección de la primera Reina Nacional de la Cosechadora Argentina,
resultando agracia da la Srta. Lidia Vidal representante de la firma
Magnano de San Francisco, Córdoba.
Aumec.
Tal vez
una de las
fabricas mas jóvenes del país sea Aumec S.A., empresa surgida en
Arequito,
Santa Fe en la ruta 92 y Belgrano por inquietud de dos personas con
experiencia en la materia, Celino Audoglio, mecánico y
tornero de reconocida capacidad, que había trabajado en la fabrica
Senor de San Vicente y La Margariteña de Colonia Margarita, y
Constantino Mecozzi, calificado mecánico de automotores, maquinarias y
motores
diesel. Ambos se propusieron probar un prototipo de cosechadora para
luego
iniciar la fabricación en serie de la misma. Este proyecto se lleva
adelante en tanto se formaliza la sociedad que conformara la nueva
empresa, en fecha 28 de Agosto de 1958 y que se denominara Aumec,
nombre
derivado del apellido de los iniciadores Audoglio y Mecozzi. Al ser
probada la unidad experimental en la cosecha de trigo de ese año y
comprobado su funcionamiento, se decide su fabricación que comienza en
1959 con 6 unidades, aumentando a 15 en 1960 y luego incrementándose
hasta 60 o 70 unidades anuales de los modelos AM y luego la MD hasta
finales de esa década.
Formaron la sociedad los Sres J. Noccelli,
Giuliano, Hnos. Mecozzi, Hnos. Audoglio, Calvetti, Demaria, Sassena, H. Abratte, Hnos. Monti, Formento y J. Campa. Promediando los años '60 el
capital social ronda en aproximadamente pesos moneda nacional veinte
millones, teniendo en ese tiempo unos 45 obreros en planta. Las
cosechadoras Aumec gozaron de un buen prestigio tanto a nivel nacional
como en los países vecinos, siendo preparadas también para trilla de
porotos y arroz en terrenos pantanosos. La empresa trabajó bajo la
denominación Aumec S.A. Fábrica de Máquinas Agrícolas.
GEMA.
Resultó de la unión de dos antiguas empresas rosarinas: Torres y Valenti S.R.L. y Baronio y Melquiot S.R.L., siendo más antigua la 1.ª, fundada
en 1910. Don Luis Valenti, precursor, aportó su experiencia en la nueva
empresa y Melquiot la figura señera en maquinaria agrícola. La
superficie construida de su fábrica, cubría 15.000 m2, saliendo de
aquella unas 350 cosechadoras unidades anuales, cuya distribución y
ventas se realizaban mediante agencias y concesionarios en gran parte
del país. La gran mayoría de los empleados de GEMA eran los propios
vecinos del barrio.
Además de estos propulsores de
la cosechadora Argentina, hubo muchos otros, llegándose a establecer en
el país más de 38 fabricas dedicadas a la industria de la cosechadora en
un período que va desde 1920 hasta finales de la década del '50. Algunas
de estas fabricas fueron de gran importancia industrial y comercial y no
solo vendían maquinas dentro del país sino que, además las exportaban,
generando un importante ingreso de divisas y consolidando una fuente de
trabajo para miles de obreros. Teniendo en cuenta una estadística del
año 1965, las 21 fabricas en actividad en ese momento (12 en la provincia
de Santa Fe y 9 en la provincia de Córdoba), produjeron mas de 4500
unidades, según el testimonio de Vicente Boffelli, titular de la
firma del mismo nombre en San Vicente, Santa Fe, contando que además
existían otras empresas, unas 14 fabricas más, dedicadas a esta industria diseminadas en las provincias de Córdoba y Buenos
Aires.
También a mediados
de los '50, en la localidad de Inriville, los hermanos Folguera se
dedican a efectuar reformas de arrastre a automotriz de cosechadoras.
Luego, instalados en Cruz Alta, se dedican de lleno a la fabricación de
cosechadoras tanto de cereales como de forraje. Otras firmas surgen en
suelo cordobés como Aipridec y Cía., en Laguna Larga, fundada por los
señores Demaria, Votero, Aimar y Cía. S.R.L: en el año 1955,
comenzando en la
zona rural y estableciéndose en 1958 en dicho pueblo fabricando
cosechadoras para maní y un modelo para cereales basado en una
cosechadora canadiense. También otra empresa se dedica a la
fabricación
de máquinas para cosecha de maní y para cereales, fue la firma Edmundo
Martellono e
Hijo, instalada en la localidad de Ballesteros, en el mismo
rubro la firma Bon-Fer de Gral. Cabrera.
En la década de 1980
la empresa Prats con establecimiento industrial en Marcos Juárez,
Córdoba,
lanza al mercado la marca Alasia, ya que esta empresa en Sunchales se
dedicaba a otros rubros y por ultimo finalizando los 80, don Roque
Vassalli, quien se había retirado de la firma que él fundara, diseña y
lanza un nuevo modelo de cosechadora que lleva como marca Don Roque que
rápidamente tiene amplia difusión. Su funcionamiento fue muy
satisfactorio llegando en momentos a ser la única marca que representó a
la industria nacional de cosechadoras.
Así, desde los
albores de la industria agrícola, en las épocas
románticas de los fabricantes criollos, estos visionarios contribuyeron
con su ingenio a remediar en gran medida el problema de las cosechas y
trillas en nuestros campos y aportaron en buena parte la solución a la
grave falta de maquinarias que hasta esos tiempos era totalmente
importada, dificultosa de conseguir y de elevados precios. A pesar de
los efectos de campañas insidiosas, orientadas a exaltar las virtudes de
la competencia por la vía de la libre importación de equipos
extranjeros, la industria agro mecánica argentina, mal comprendida por
los gobiernos e ignorada por la opinión publica urbana, siempre pudo
demostrar su alto grado de eficiencia y calidad que con orgullo llevó
impresa en alguna de sus partes su distinguida procedencia:”INDUSTRIA
ARGENTINA”.
Hernán
Ferrari