sábado, 4 de enero de 2014

Cosechadoras: Su gente y sus historias.

Publicado en "Acercar a la Gente" Nº 76 - 21/03/06

 A partir de la publicación en Internet de todas las notas aparecidas en nuestro periódico desde su creación, son muchos los contactos que establecemos con lectores de todo el país y también de fuera de sus fronteras. Una de esas notas, "Trabajar en las máquinas" realizada en febrero de 2004 a "Nello" Astolfi, motivó el contacto de Hernán Ferrari, un joven de 20 años de la ciudad de Pergamino (Bs. As.) quien nos envió importante material sobre su pasión, las cosechadoras argentinas, que compartimos con ustedes, nuestros lectores.
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 Senor.
Juan y Emilio Senor se establecen allá por el año 1900 en San Vicente, provincia, de Santa Fe, con un taller de herrería dedicándose al arreglo de maquinas agrícolas y a la fabricación de carruajes de tracción a sangre. Posteriormente comienzan a trabajar en la trilla de cereales en parvas con trilladoras accionadas con motor a vapor, incentivo éste que los lleva, en 1920, a construir de su propio ingenio una maquina corta trilla de arrastre que es probada con éxito en la cosecha de trigo de ese año. Este resultado les permite en el año 1921 encarar la fabricación de este tipo de maquinarias con el nombre de Senor.  Con esta marca reciben el merito de haber sido la primera fabrica sudamericana de cosechadoras que la consagro definitivamente en el agro por su fama y por la importante cantidad de unidades que a través de los años se fabricaban, contándose por millares. Se debe tener en cuenta que en los años 1960-1970 producían de 450 a 500 unidades al año de los modelos ya automotrices B3,J.E 40, J.E 50, además de otros implementos como recolectores de girasol y maíz contando con unos 700, obreros que trabajaban directa o indirectamente para la fabrica. 

Rotania. 
En 1915 Don Alfredo Rotania se instala con un taller de maquinas agrícolas en la localidad de Sunchales para atender las necesidades de la zona, se asocian al taller sus hermanos, Miguel, Fernando y Enrique, dedicándose entre los años 1920 a 1930 a la fabricación de elementos para maquinas trilladoras de vapor, a su vez se dedicaban a la explotación de este tipo de maquinas trillando parvas de trigo y lino ,llegando a tener cuatro equipos, ,siguiendo después con la fabricación de maquinas corta trillas de arrastre a caballo o a tractor. Esta experiencia da origen a que estas máquinas podrían desplazarse por sus propios medios. Don Alfredo comienza sus experimentos en 1927 , consiguiendo su propósito al crear una maquina llamada "Espigadora-Trilladora con adaptabilidad de un tren automotriz en el rodado delantero”. Así se la especifica al otorgársele en fecha 18 de diciembre de 1929 el titulo de patente de invención reconociéndosela como la primera cosechadora automotriz del mundo y que, poco después, fue lanzada al mercado, marcando así el fin de la tracción a sangre en los trigales. La marca Rotania alcanzó meritorio prestigio en los campos de la Argentina y en otros países sudamericanos a través de millares de unidades producidas. 

Susana.
 En el departamento de Castellanos veremos que la primera corta trilla nacional (traccionada por caballos, pero con motor incorporado), aparece en el año 1917 en la localidad de Susana con el nombre que la vio nacer, y que seria su marca de fabrica de allí en adelante.
 Conocida como cosechadora Susana fue construida en un taller de motores a vapor, propiedad de don Francisco Rostoni por Luis Gnero ,un mecánico tornero quien luego inicia la fabricación con Miguel Gardiol, llegando a constituir una importante empresa dedicada a la fabricación de cosechadoras, enfardadoras y demás implementos agrícolas ampliamente conocidos en el ámbito agrícola. 

Santiago Puzzi y Cia.
 En ese mismo año pero en la localidad de Colonia Clusellas, en la provincia de Santa Fe, hallaremos a un joven mecánico que busca un modesto local para instalar un taller de reparaciones de trilladoras a vapor. Su artesanía la adquirió en los campos santafecinos bajo el fuerte sol de diciembre ayudando a aquellos maquinistas de principios de siglo, expertos en sus maquinas. Santiago Puzzi, en su juventud chacarera, sintió pasión por las maquinas y fue tan intensa que fijo el derrotero de su vida, alrededor de 1926, observando los problemas del campo y buscando nuevas técnicas de explotación, construyo una maquina que rompía con la tradición de que el vapor era la fuerza motriz mas conveniente o quizás única para las grandes labores agrícolas. En dos años de intensa labor, construyo 7 maquinas cosechadoras, cuyo rendimiento acrecentó la fama del joven mecánico. El éxito obtenido le permitió mayores vuelos y formar una sociedad bajo el nombre de Santiago Puzzi y Cía. para fabricar cosechadoras con sede en la localidad de Josefina, Santa Fe, vecina a la floreciente localidad de San Francisco, Córdoba, lugar donde se instalaría definitivamente hasta su cierre a fin de la década del 80. 

Vasalli. 
“Entre los hierros de esta pequeña herrería de chacra, al ruido del yunque, al canto libre de los pájaros, al mugir de las vacas, al olor del lino me habré de criar”. Así recordaba Don Roque Vassalli su niñez en el campo que trabajaba su padre en la zona de Cañada del Ucle allá por 1920.
 Pasan los años y aquel niño, ahora un hombre, trabaja en su propio taller de herrería haciendo reparaciones y afilando rejas de arado. Culminando la segunda guerra mundial, el país necesitaba tecnología, que a causa de la contienda escaseaba, uno de los problemas era la falta de maquinas agrícolas, en especial cosechadoras, pues las existentes en su mayoría modelos de arrastre comenzaban a ser obsoletas a causa de la escasez de tractores o la falta de caballos para remolcarlas. Muchos agricultoras encuentran solución a esto al ver que estas maquinas podían reformarse a sistema automotriz. Un amigo de Roque Vassalli, Don Lorenzo Pellicione, viéndolo muy capaz a Vassalli para hacer cualquier trabajo le propone que le reforme su cosechadora. En un primer momento Vassalli duda en aceptar tal desafío, pero aquel noble amigo le dice: “Mirá Roque, hacé el experimento, no te aflijas si falla, seguiremos siendo amigos como siempre”. Ante tal grado de confianza, el trabajo se lleva adelante, la corta trilla, una Deering 31R,  de origen norteamericano, tras ocho meses de dedicación queda, por obra del ingenio, transformada en una moderna cosechadora automotriz que al ser probada a campo y comprobado su buen funcionamiento, hace que ante tal éxito, Vassalli se dedique a reformar maquinas de otros agricultores de la zona y a encarar un modelo de diseño propio.
 Atrás queda la vieja herrería de Cañada Del Ucle, ya instalado en el aquel entonces pueblo de Firmat, en el año 1949, inicia la fabricación en serie de sus cosechadoras con la ya clásica marca Vassalli que con el correr de los años se convertiría en sinónimo de calidad nacional e internacional, pues su prestigio le lleva a exportar maquinas a la mayoría de los países sudamericanos incluido México y países de África. Sus modelos Super, Ideal y 3-16 fueron las maquinas que mas difusión tuvieron en especial la 3-16 de las que se fabricaron mas de 7000 unidades. La empresa Roque Vassalli SA fue la primera en levantar una fabrica en Brasil donde se construyeron también miles de unidades. Esta meritoria gestión que, junto con las exportaciones, originó en aquellos años un importante ingreso de divisas al país.  
 Volviendo un poco atrás, en 1951 una nueva creación de Roque Vassalli sale de su ingenio, proyecta y construye de su diseño, su propio modelo de aparato juntador de maíz, denominado El Maicero, y que es aplicable a las cosechadoras, motivado por el problema que existía para juntar la cosecha de maíz, hace que una vez probado y experimentado se produzcan en serie para salir a la venta en las campañas de los años 1952/53, ganando con esto prestigio definitivo. 

Alasia.
 En la localidad de Sunchales surge otra fabrica de maquinas cosechadoras por iniciativa de Don José Alasia, quien siendo chacarero  y contando con la colaboración de sus hermanos, construyó en su chacra de Colonia Raquel, Santa Fe, su primera trilladora fija, con la cual mecanizaron sus cosechas de los años 1922/23. Esto fue lo que dio impulso definitivo a la nueva industria que se inicio en el año 1927, en la localidad de Sunchales, produciendo primeramente corta trillas de arrastre y luego, en la segunda mitad de los años '30, creando su primer modelo de cosechadora automotriz que durante muchos años surcaron los campos argentinos recogiendo sus cosechas.
 Podemos decir con certeza que una buena parte de los fabricantes de maquinas agrícolas argentinas fueron en su momento chacareros o agricultores o tuvieron una vinculación directa con los trabajos del campo en cualquiera de sus ordenes y que luego, movidos por su inquietud y por la mecanización del agro, dieron sus primeros pasos en la dedicación hacia la fabricación de maquinas, implementos o accesorios agrícolas. 

Bernardín. 
En San Vicente, en el año 1923 don Andrés Bernardin levantó una pequeña industria  en un local de solo 800 m2 y, con no mas de 20 obreros, comenzó a fabricar sus primeras cosechadoras de arrastre con la marca Bernardin. Estas recibieron la gran aceptación por parte de los agricultores que, al igual que Senor, las cosechadoras de estas dos marcas tuvieron una meritoria fama por su calidad y eficiencia en la trilla y la limpieza de los cereales.
 Promediando la década de 1930, lanza al mercado su primer modelo automotriz y en los siguientes años surgirían una sucesión de nuevos modelos como las M9K, C47, C52, M11, P59, ML60, M15, M17, TF50, M20, M21 y M23.
 Hacia el año 1960 la ampliación de la fabrica llegaba a 12000 m2 cubiertos empleando unos 300 obreros, a su vez seguía ganando cada vez mas un sólido prestigio que sigue vigente, siendo una de las pocas marcas nacionales que han quedado en el mercado. 

Druetta.
 Don Miguel Druetta, era hijo y nieto de inmigrantes que hacia 1870 se afincaron en Colonia Santa Teresa, llamada Totoras, en la provincia de Santa Fe. Se inicio de muy joven en el trabajo con maquinas trilladoras, allí en los campos que los vieron nacer, llegando a tener un profundo conocimiento sobre las maquinarias, a tal punto que lo llevaran a inventar en 1923, el “recolector de cereales”, que previamente se cortaba para su secado y que quedaba en hileras en el campo, luego, ya seco, este cereal era posible levantarlo con la cosechadora gracias a este recolector.
 Pocos años después, ya instalado en Buenos Aires y en la campaña de cosecha de trigo año 1929/30, probó con éxito otra invención suya, la autocosechadora de cereales con plataforma de corte al frente. Este modelo de maquina automotriz fue la primera en el mundo en su tipo, siendo contemporáneo de Rotania en la creación de maquinas con transmisión de mando propio a las ruedas motoras.
 En los años 1951/52 surge otra creación suya, esta vez para solucionar el problema que representaba la juntada de maíz, al presentar su modelo de plataforma recolectora de maíz aplicable a las cosechadoras, fue un invento y como también lo hicieron sus contemporáneos Santiago Giubergia y Roque Vassalli, siendo así que tres santafecinos fueron quienes revolucionaron la mecanización agrícola en la cosecha de maíz y que repercutió no solo a nivel nacional sino mundial pues años después otros países de avanzada optaron por este sistema. 

Daniele.
 Tambien en 1927 en la localidad de Seeber (Córdoba) Don Simón Daniele construye su primera cosechadora con la firma B y A Fiorito, denominándola cosechadora Fiorito sistema Daniele y hacia 1934 se establece en Porteña formando la firma J. S. Daniele y Cía. S.C. 

Araus. 
En la localidad de Noetinger, Córdoba, se instalan con un taller los señores Araus Hnos. para fabricar máquinas cosechadoras de cereales y juntadora de maíz automotrices. Sus comienzos en la mecanización agrícola se inician en Armstrong, Santa Fe, cuando los hermanos Julián, Romualdo y Tomas Araus, en su chacra, se dedicaban a reparaciones de maquinas, siendo en el  año 1942 que construyen una cosechadora automotriz con satisfactorios resultados. Años después, ya instalados en Noetinger emprenden la fabricación en serie llegando años después a ser una de las mas importantes fabricas del país. 

Draumaq.
 Volviendo un poco atrás respecto a Miguel Druetta, inventor de la cosechadora automotriz marca Druetta, con su fabrica instalada en Ciudadela, Buenos Aires, éste vende a fines de los años '30 su fábrica y se asocia con otra empresa lanzando al mercado un nuevo modelo de cosechadora y una enfardadora con marca Draumaq. Posteriormente junto a los señores Rosatti y Cristofaro se forma la empresa RYCSA (Rosatti y Cristofaro S.A.) que fabricaron en las instalaciones de Ciudadela y en Arrecifes las cosechadoras que llevaron la marca RYCSA hasta su liquidación a mediados de los ''60. Don Miguel continúa por sus medios con una nueva maquina que llevara la marca Druetta. 

Giubergia.
 Si continuamos tras los pasos de estos pioneros y retrocedemos al año 1933, nos encontramos con un chacarero cordobés, don Santiago Giubergia, que llega a la localidad de Venado Tuerto, departamento General López de la provincia de Santa Fe, donde instala una herrería para reparaciones de implementos agrícolas, en la calle Chacabuco al 900. Allí, con la ayuda de su esposa y trabajando de sol a sol, fue ampliando sus actividades lo que le permitió seis años después, junto a su cuñado, instalar un nuevo taller en las calles Moreno y Maipú y, con 4 o 5 empleados, fabricar recolectores de cereales. De esta manera llega al año 1942 en que efectúa la primera reforma de una corta trilla Massey Harris Nº 11 de arrastre, transformándola en automotriz y, en 1944, fabrica su primera máquina, también automotriz pero de diseño total propio con la marca Giubergia, contando entonces con 50 obreros.
 Ya en 1946 forma la sociedad de estilo cooperativista, asociando a 12 empleados y obreros con un capital social de pesos moneda nacional doscientos mil, $ m/n 200.000, que al finalizar el primer ejercicio se elevo a $ m/n 400.000. En el año 1951 fabrica 57 cosechadoras y 185 recolectores de girasol efectuando algunas ventas a Chile. En 1953 hace un valioso aporte a la agricultura al lanzar al mercado su nueva plataforma juntadora de maíz aplicable a las cosechadoras, contándose cien unidades de este tipo en ese periodo. El franco progreso lleva al cabo de algunos años a formar una importante industria con centenares de obreros y alta producción de maquinarias.
 Ya fallecido Don Santiago, una nueva planta industrial se levanta a mediados de los '60 en un predio frente a la ruta 8. De allí, durante años, salen miles de unidades hacia todas las zonas agrícolas del país hasta su cierre definitivo en 1979. 

Margariteña - La Soberana.
 Colonia Margarita también tuvo sus artífices dedicados a las maquinarias que lo llevan, por los años 1938/40, a fabricar máquinas corta trillas de arrastre con la marca Margariteña en reconocimiento al nombre del pueblo. Sus fabricantes, los señores Picco, Apendino y Cía. llevaron adelante esta iniciativa durante varios años, saliendo de sus talleres unas 25 a 30 unidades anuales.
 Después de unos años de actividad en el rubro esta firma se disuelve y se hace cargo de continuar con la producción de estas cosechadoras, el Sr. Juan Bautista Buriasco y Cía. que traslada la fabricación de las mismas a la localidad de Maria Juana. Allí desarrolló un nuevo modelo de máquina pero ya en versión automotriz y con la marca La Soberana, finalizada la década del 40/50, se paraliza en forma definitiva su producción para dedicarse a la fabricación de vagones y material rodante ferroviario. 

Magnano.
 En 1938 se forma por iniciativa de los Srs. Bartolo y Miguel Magnano y Peretti Hnos. la empresa Magnano y Cía. que se dedica a la fabricación de maquinarias para carpintería e implementos agrícolas y luego cosechadoras automotrices que llevaron la marca Magnano. 

Angélica.
 Luis Boschetto, junto con sus hermanos Miguel y Antonio, en sociedad con los hermanos Sebastián y José Raimondo, formaron de común acuerdo el día 11 de mayo de 1939 una sociedad para dedicarse a la fabricación de maquinas corta trillas de cereales en el tipo automotriz en la localidad de Angélica. En ese año construyeron dos unidades que fueron puestas a prueba en la cosecha de trigo de ese periodo. El éxito de la prueba fue la culminación de esa primera etapa que los llevó a ampliar la producción a varias unidades anuales.
 Al retirarse de la firma los hermanos Raimondo la misma quedó constituida bajo el nombre de Luis Boschetto y Hnos. S.A. utilizando como identificación la marca Angélica, o sea, el nombre del pueblo donde se fabricaba. El primitivo taller de 1939 con 480 mts2 cubiertos se fue ampliando hasta que, a finales del '50, era de 7000 mts2 cubiertos, con modernas instalaciones incluyendo sector de oficinas. En ese período llegó a producir hasta 130/140 unidades anuales que se distribuían en todas las zonas cerealeras del país, ocupando sus talleres en los años 60/65 unos 100 obreros. En los comienzos de la década del '70 dejan de producir cosechadoras y se dedican de lleno a la fabricación de plantas de silos. 

Flamini.
 En San Vicente, en la década de 1940, Don Ítalo Flamini (o Flammini), en su taller producía cosechadoras automotrices con la marca Flamini que también merecieron elogios por la calidad del trabajo que efectuaban. Fue una empresa de pequeña dimensión con una producción limitada hasta su cierre definitivo. 

Guasch.
 También en los años '40 unos agricultores de la zona de Casilda, Santa Fe, comienzan a experimentar con un aparato que pudiese cosechar el girasol y el maíz, llegando así a los años 1943/44 a crear un dispositivo que podía usar la corta trilla de cereales para la recolección de maíz. Estos señores son Ramón y Amadeo Guasch.
 Siguiendo con las pruebas llegan al año 1951con su creación a cabo, y que es patentada con el numero 86650 que les permite fabricarlos en serie con su marca de nombre Guasch.. Siguen, años después con la producción de cosechadoras automotrices de diseño propio y sembradoras de granos gruesos, reconocidas en el campo por sus cualidades; totalizando hacia los años 1957/60 una producción de 180 unidades anuales en su establecimiento en la calle Bv. Colon 2418 de Casilda, bajo la razón Establecimientos Industriales Metalurgicos Argentinos Ramón y Amadeo Guasch S.A. 

Baietto - Contardi - Forzani - Esperanza - Balbi. 
 Otras firmas surgieron también en los años '40 dedicándose a esta actividad industrial. Algunas de ellas tuvieron corta vida. Todo dependía de diversos factores, tratándose en especial de un producto como los aquí especificados, cuyas ventas se efectuaban en un solo período del año, siempre y cuando se presentaran las perspectivas de buena cosecha en esa época, debiendo la firma fabricante tener solvencia económica para afrontar enormes gastos durante meses hasta el momento de las ventas.
 Vemos que en localidad de Zenón Pereyra hubo dos firmas que en distintas épocas han fabricado maquinas cosechadoras, fueron Baietto y Cía. y la otra fue Contardi y Cía. , y luego una tercera cuyos integrantes fueron Osvaldo Lino Forzani y Atlio Blas Lino Forzani que conformaban la firma Osvaldo y Atlio Forzani S.R.L. dedicados durante muchos años a la fabricación de cosechadoras y enfardadoras automotrices. Mientras que las dos anteriores estuvieron pocos años en esta actividad, los hermanos Forzani utilizaron su apellido para identificar como marca a sus maquinarias siendo ampliamente conocidas en el país.
 Otras empresas que tuvieron la misma actividad fueron, una instalada en la localidad de Esperanza, que utilizó el nombre como marca para sus maquinarias, y otra de la localidad de Sastre que produjo cosechadoras automotrices con marca Balbi desconociéndose más datos de ambas. 

Marani. 
 Transcurriendo el año 1948, en la ciudad de Rosario, los hermanos Nazareno y Gustavo Marani fundan un taller metalúrgico para fábrica de máquinas agrícolas situado en un local de las calles Ovidio Lagos y San Luís, dedicándose, al igual que otras empresas similares, a la reforma automotriz de cosechadoras. Llegan a un alto grado de perfeccionamiento que les otorga grandes méritos, tales que, años después, al iniciar la fabricación de sus propios modelos de cosechadoras -modelo Súper  58, Súper 90” y las posteriores- tuvieron una bien reconocida fama en todas las zonas agrícolas del país. Es así que ésta empresa que figuraba como Establecimiento Metalúrgico Marani S.R.L. , logra hacerse un lugar destacado en el mercado argentino.
 En los años 1957/58 trabajan en esta planta fabril unos 25 obreros, muchos de ellos calificados por su capacidad, que les permiten producir anualmente, entre reformas y máquinas de su propio diseño, alrededor de 25 unidades. Sus pioneros, Gustavo y Nazareno Marani, fueron los emprendedores de esta empresa que fue ganando cada vez mas prestigio, siendo las cosechadoras Marani las que siempre fueron dotadas de los últimos adelantos que surgían. 

Rector.
 Emilio F. Callegari Bettiol, un hijo de agricultores nacido en Casilda en 1914, era una persona con gran voluntad e iniciativa. Al terminar la segunda guerra mundial, surge la necesidad de la mecanización del agro y Don Emilio abre un taller metalúrgico dedicándose a la reforma de máquinas cosechadoras de arrastre para convertirlas en automotrices, encontrando en esta experiencia la senda que habría de conducirlo a un emprendimiento mayor. Así es que en 1949 construye de su propio ingenio su primera cosechadora automotriz, que al quedar demostrada su eficiencia en las pruebas de cosecha, hace que en 1950 instale su establecimiento en la calle Buenos Aires al 3500, para la fabricación en serie de un nuevo modelo de cosechadoras. La sociedad que se formalizó con Emilio Callegari fue el Establecimiento Industrial Rector S.A.C. Y F., siendo el nombre Rector la marca que llevaría estampada cada máquina que saliera de su fabrica.
 Posteriormente lanzan al mercado las maquinas llamadas mixtas, también automotrices, que podían emplearse en cosecha de grano fino (trigo, lino, etc.) y, con el recambio de accesorios y plataforma de recolección, se convertían en cosechadora de maní. También fabrican las plataformas para cosechar maíz aplicable a todas las cosechadoras. Finalizando la década del '50 trabajaban en este establecimiento mas de 70 obreros y empleados en todos los ordenes de dicha empresa, siendo sus titulares el fundador, Emilio Callegari, Jerónimo P Coirini, Adelqui Calcaterra y Enzo Citadini. 

Di Tulio.
 En Firmat, en la segunda mitad de los años '50, Nicolás P. Di Tullio, un mecánico que acompaño en sus inicios a Vassalli, levanta su propia fabrica construyendo allí sus primeras cosechadoras con marca propia, Di Tulio modelo D 100. La gran capacidad de trabajo de estas máquinas hace que gane adeptos afianzándose su prestigio en el ambiente agrícola. Esto lo lleva, hacia los años 1962/63, a experimentar con las plataformas para cosechar maíz, a las cuales les modifica su sistema de recolección colocando correas alzadoras en lugar de las clásicas cadenas con engranajes que ocasionaban trastornos y roturas en el equipo juntador. Estas plataformas tuvieron un gran merito por su eficiencia en el funcionamiento. Posteriormente fabrican sembradoras y silos con la misma marca siendo la razón social: Industrias Agromecánicas Di Tulio S.A. 

Boffelli.
 Quien fuera un próspero agricultor de San Vicente, de apellido Boffelli, en el año 1921 adquiere la primera cosechadora Senor. Con el correr de los años, en 1958, su hijo Vicente junto a los demás hermanos, más la colaboración de otras personas como Rogelio Boffelli, José Redo, C. Buzzo, A. S. Ambrosino, F, Boretto, Sánchez, Rizza y A, Fumero forman el primer directorio fundador de Industrias Boffelli S.A. dedicada a la fabricación de cosechadoras automotrices, hileradoras, recolectores de girasol y maiz, etc. Estos equipos, que llevaron la marca Boffelli, también tuvieron un amplio reconocimiento de parte de los agricultores argentinos por la calidad del trabajo que realizaban en toda clase de cosechas de cereales, siendo el modelo mas fabricado la J 24. Por diversos problemas esta firma se disuelve en los primeros años de la década del '70 y las instalaciones de la fábrica son posteriormente adquiridas por la firma Bernardin.
 Así queda reflejada esta localidad de San Vicente que, con una población de unos 5000 habitantes en el año 1960, ocupo el 2º lugar en el mundo como consumidora de hierro per capita, por el desarrollo industrial de ese tiempo, siendo galardonada como localidad Cuna de la Cosechadora Argentina. Además fue nombrada, en 1960, sede de la Fiesta Nacional de la Cosechadora, evento que se llevó a cabo por primera vez el 18 de Septiembre de ese año, contando con la presencia del Sr Presidente de la Nación Dr. Arturo Frondizi, el gobernador de la provincia de Santa Fe, Dr. Carlos Silvestre Begnis y otras autoridades. En esa oportunidad se realizó un impresionante desfile de cosechadoras y posteriormente se efectuó la elección de la primera Reina Nacional de la Cosechadora Argentina, resultando agracia da la Srta. Lidia Vidal representante de la firma Magnano de San Francisco, Córdoba. 

Aumec.
 Tal vez una de las fabricas mas jóvenes del país sea Aumec S.A., empresa surgida en Arequito, Santa Fe en la ruta 92 y Belgrano por inquietud de dos personas con experiencia en la materia, Celino Audoglio, mecánico y tornero de reconocida capacidad, que había trabajado en la fabrica Senor de San Vicente y La Margariteña de Colonia Margarita, y Constantino Mecozzi, calificado mecánico de automotores, maquinarias y motores diesel. Ambos se propusieron probar un prototipo de cosechadora para luego iniciar la fabricación en serie de la misma. Este proyecto se lleva adelante en tanto se formaliza la sociedad que conformara la nueva empresa, en fecha 28 de Agosto de 1958 y que se denominara Aumec, nombre derivado del apellido de los iniciadores Audoglio y Mecozzi. Al ser probada la unidad experimental en la cosecha de trigo de ese año y comprobado su funcionamiento, se decide su fabricación que comienza en 1959 con 6  unidades, aumentando a 15 en 1960 y luego incrementándose hasta 60 o 70 unidades anuales de los modelos AM y luego la MD hasta finales de esa década.
 Formaron la sociedad los Sres J. Noccelli, Giuliano, Hnos. Mecozzi, Hnos. Audoglio, Calvetti, Demaria, Sassena, H. Abratte, Hnos. Monti, Formento y J. Campa. Promediando los años '60 el capital social ronda en aproximadamente pesos moneda nacional veinte millones, teniendo en ese tiempo unos 45 obreros en planta. Las cosechadoras Aumec gozaron de un buen prestigio tanto a nivel nacional como en los países vecinos, siendo preparadas también para trilla de porotos y arroz en terrenos pantanosos. La empresa trabajó bajo la denominación Aumec S.A. Fábrica de Máquinas Agrícolas.


GEMA.

Resultó de la unión de dos antiguas empresas rosarinas: Torres y Valenti S.R.L. y Baronio y Melquiot S.R.L., siendo más antigua la 1.ª, fundada en 1910. Don Luis Valenti, precursor, aportó su experiencia en la nueva empresa y Melquiot la figura señera en maquinaria agrícola. La superficie construida de su fábrica, cubría 15.000 m2, saliendo de aquella unas 350 cosechadoras unidades anuales, cuya distribución y ventas se realizaban mediante agencias y concesionarios en gran parte del país. La gran mayoría de los empleados de GEMA eran los propios vecinos del barrio.


 Además de estos propulsores de la cosechadora Argentina, hubo muchos otros, llegándose a establecer en el país más de 38 fabricas dedicadas a la industria de la cosechadora en un período que va desde 1920 hasta finales de la década del '50. Algunas de estas fabricas fueron de gran importancia industrial y comercial y no solo vendían maquinas dentro del país sino que, además las exportaban, generando un importante ingreso de divisas y consolidando una fuente de trabajo para miles de obreros. Teniendo en cuenta una estadística del año 1965, las 21 fabricas en actividad en ese momento (12 en la provincia de Santa Fe y 9 en la provincia de Córdoba), produjeron mas de 4500 unidades, según el testimonio de Vicente Boffelli, titular de la firma del mismo nombre en San Vicente, Santa Fe, contando que además existían otras empresas, unas 14 fabricas más, dedicadas a esta industria diseminadas en las provincias de Córdoba y Buenos Aires.

También a mediados de los '50, en la localidad de Inriville, los hermanos Folguera se dedican a efectuar reformas de arrastre a automotriz de cosechadoras. Luego, instalados en Cruz Alta, se dedican de lleno a la fabricación de cosechadoras tanto de cereales como de forraje. Otras firmas surgen en suelo cordobés como Aipridec y Cía., en Laguna Larga, fundada por los señores Demaria, Votero, Aimar y Cía. S.R.L: en el año 1955, comenzando en la zona rural y estableciéndose en 1958 en dicho pueblo fabricando cosechadoras para maní y un modelo para cereales basado en una cosechadora canadiense. También otra empresa se dedica a la fabricación de máquinas para cosecha de maní y para cereales, fue la firma Edmundo Martellono e Hijo, instalada en la localidad de Ballesteros, en el mismo rubro la firma Bon-Fer de Gral. Cabrera.

 En la década de 1980 la empresa Prats con establecimiento industrial en Marcos Juárez, Córdoba, lanza al mercado la marca Alasia, ya que esta empresa en Sunchales se dedicaba a otros rubros y por ultimo finalizando los 80, don Roque Vassalli, quien se había retirado de la firma que él fundara, diseña y lanza un nuevo modelo de cosechadora que lleva como marca Don Roque que rápidamente tiene amplia difusión. Su funcionamiento fue muy satisfactorio llegando en momentos a ser la única marca que representó a la industria nacional de cosechadoras.

 Así, desde los albores de la industria agrícola, en las épocas románticas de los fabricantes criollos, estos visionarios contribuyeron con su ingenio a remediar en gran medida el problema de las cosechas y trillas en nuestros campos y aportaron en buena parte la solución a la grave falta de maquinarias que hasta esos tiempos era totalmente importada, dificultosa de conseguir y de elevados precios. A pesar de los efectos de campañas insidiosas, orientadas a exaltar las virtudes de la competencia por la vía de la libre importación de equipos extranjeros, la industria agro mecánica argentina, mal comprendida por los gobiernos e ignorada por la opinión publica urbana, siempre pudo demostrar su alto grado de eficiencia y calidad que con orgullo llevó impresa en alguna de sus partes su distinguida procedencia:”INDUSTRIA ARGENTINA”.


                                                   Hernán Ferrari



  

3 comentarios:

  1. Muy bueno, te faltó la Gema

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    1. Ya agregué algo de información de GEMA. Creía que estaba. Gracias por el aporte.

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  2. Excelente, ojala se pudieran colocar fotos también de las evoluciones o inicios

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