jueves, 2 de enero de 2014

Cómo era nuestra zona en el año de la Revolución de Mayo.

Publicado en "Acercar a la Gente" Nº 110 - 04/06/10  

  Cumplidos ya los 200 años del nacimiento de la Patria, cabe preguntarse que pasaba en esos tiempos en la llanura pampeana, especialmente en nuestra región (mucho antes de la fundación de nuestros pueblos) lugares tan lejanos e inhóspitos para aquellos que vivían en las ciudades del Virreinato. 

Un artículo publicado el miércoles 26 de mayo en el diario de Venado Tuerto "La Guía Regional", que lleva la firma del reconocido historiador Roberto Landaburu, da respuestas a estos planteos. 

 
 Dice Landaburu: " Para el año 1810, podemos afirmar aunque parezca raro, que ya existían -desde muchos años antes-, varias fortificaciones y rancheríos en estas dilatadas pampas, cuyo paisaje sí, era diferente al que conocemos en la actualidad. No existían montes, y la vista se perdía en la curvatura de la estepa, en un espectáculo sobrecogedor". 

"Para el año 1779 el fuerte de Melincué alzaba su mangrullo junto a la laguna. Más al oeste y para el lado de Loreto-Maggiolo, el Marqués de Sobremonte había mandado construir en 1785 el fuerte de Nuestra Señora de Loreto, y por el lado de Arias-Alejo Ledesma se levantaba el fortín Las Tunas. Para el norte el cantón de Guardia de la Esquina ya estaba levantado 40 años antes de la Revolución de Mayo".


"Por el año 1660 o antes pasaba por el Venado Tuerto, la larga rastrillada de Las Tunas, el camino que unía Chile -a través de Mendoza- con Buenos Aires, pasando por Punta del Sauce o La Carlota, Loreto, Hinojo o Venado Tuerto, Melincué y el Pergamino".


 "Caravanas de carretas tiradas por bueyes y arrías de mulas, iban y venían, llevando frutos y mercaderías al puerto, pasajeros, vino, telas, herramientas…Para el 1650 en toda esta zona de fértiles pastos surcada de aguadas, se asentaban enormes manadas de ganado cimarrón, tanto vacuno como caballar, y hasta aquí se venían los criollos del Buenos Aires a practicar las famosas vaquerías. No era otra cosa que la matanza de esos animales desjarretándolas a la carrera, mientras otros degollaban y cuereaban. Se dice de largas filas de ganado cimarrón que se media a veces en leguas, pasaban frente a atónitos y ocasionales viajeros".

"La fauna autóctona era riquísima, principalmente la de lagunas, como también las manadas de venados, guanacos, rápidos ñandúes, pumas y cuántos más bichos del campo". 


"Reinaba un silencio desolador; silencio de muerte le llamço Charles Darwin cuando pasó por aquí cerca, en lo que le decían el desierto. El chirriar de los ejes de las carretas se escuchaba desde lejos, a kilómetros de distancia".


"Para 1806 don Luis de la Cruz se vino desde Chile queriendo llegar a Buenos Aires, lo hacia acompañado por caciques pampeanos liderado por el propio Carripilun, que le hizo de guía hasta el Melincué. Detalló todo lo que encontró a su paso, minucioso, detallista, Al llegar al viejo fuerte de Melincué -se encontraba en estado ruinoso por el avance de la laguna-, había mucha agitación que venía del sur, de Buenos Aires: Los ingleses habían invadido el Virreinato, y la gente y su Virrey huían hacia Córdoba".


"Muchos criollos poblaban la estepa criando sus animales a campo, junto a lagunas como la de Los Leones Murphy, en la zona del Estaqueadero-Villa Cañás, en las aguadas del Venado Tuerto, y tantas otras más".

"Sí, para 1810 había mucha vida en lo que nos enseñaron que no había nada. La pampa sureña santafesina hacia rato ya que palpitaba, y fuerte. Tierra de lejanía, huellas y pisadas.


Aún los que se animan, en las largas noches estrelladas, por la vieja senda de Las Tunas, saben escuchar el trotar agitado de caballos pampas que pasan raudos para el naciente, y otros vuelven agitados con tropeles de ganado buscando los montes del Mamuel Mapu. Algunos escuchan mugir de toros, rebuznes de burros y chirriar de carretas, gritos y alaridos, susurros y deslices… que vuelven y vuelven, para no hundirse en el silencio de los tiempos!"

 Estos territorios -incluido el distrito actual de Santa Isabel- fueron dominados por los aucas o araucanos. Eran indios que incursionaban desde la cordillera a lo largo del Río Quinto con el fin de cazar la abundante fauna de ésta zona. En la época del Virreinato del Río de la Plata, los Pampas, luego invadidos por los araucanos, que se hallaban en posesión del caballo, contaban con abundante ganado cimarrón para asegurarse el sustento mientras que -tal como lo comenta Landaburu- el gaucho se dedicaba a diezmar el ganado. En 1852 esta zona quedó comprendida dentro de la línea de frontera que unía Río Cuarto, La Carlota, Laguna de Hinojo (Venado Tuerto), Melincué y Fortín Chañar (Teodelina). En 1857 Santa Isabel era un sitio remoto, campo abierto, sin alambrado ni vallas, con ganado arisco. En ese año Don Miguel Rueda compró un terreno compuesto de dieciocho mil varas de frente (15 kms) por doce mil de fondo (10 kms) es decir seis leguas superficiales. Pero esta es otra historia que se acerca más a nuestro tiempo dejando atrás los años y los hechos que dieron origen a nuestro país.


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1 comentario:

  1. Soy nieta de Erasmo Ciuro, uno de los fundadores de Santa Isabel, en el libro de los 100 años se habla de mi abuelo, hay fotos de ellos y de mi padre Esteban Ciuro, nacido en esa localidad en el año 1909 y vivió en ella hasta 1946. Tengo hermosos recuerdos de esa localidad ya que todos los años íbamos a visitar a nuestros tíos y abuelos, tanto paternos como maternos. La familia de mamá era de apellido Farina, primero vivieron en Va Cañás y luego se radicaron en Sta Isabel. En nuestros viajes junto a mi hermana recibíamos serenata de los Hermanos Zabala, fuimos de la barra de los Penachietti, Zani, Achile, de los chicos Carpi, Saleme, y tantos que hoy no recuerdo bien sus nombres.
    Gracias por tan lindos recuerdos del pueblo de mis abuelos y de mis padres, cada tanto paso a visitar algún primo/a y encuentro todo muy cambiado.

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