Publicado en "Acercar a la Gente" Nº 29 del 05/08/2001
En su vivero crea las
plantas que vende y colecciona. Mientras, recuerda su vida en el campo.
Hay
un lugar empecinado en espantar los fantasmas del invierno a golpes de
futuras primaveras. Y también un hombre dedicado de lleno a que eso
ocurra. Se trata de Leonardo Desiderio Arona o, mejor dicho,
"Nardo", apodo que surge de su primer nombre y que recuerda a
aquella flor blanca y de fragancia agradable.
No está mal que se le llame así a un hombre que ha pasado la mayor parte de su existir creando vida y prolongando la suya en tantísimos frutos, flores y sombras del presente y del porvenir.
Nardo no es un simple vendedor de plantas. Además de "fabricar" muchas de ellas, también las colecciona. En su terreno de 35 por 40 metros, donde charlamos, hay una suerte de jardín botánico en el que él conoce los nombres, procedencias, fechas de floración y de maduración de los frutos de cada especie. Orgulloso del vivero que trabaja todos los días, muestra sus plantas: "Esa que está media ladeada se llama acacia rosea, antes de hacer las hojas, ahora en septiembre, se llena de flores rosado fuerte. Aquel es el árbol de Judea, ese que tiene las chauchas, también antes de sacar las hojas se llena de flores. Estas son granadas de jardín, aquellas son guayabas, este es un olivo..." También muestra el algodón cosechado el año pasado y las semillas que está por sembrar.
Increíble lugar donde se apiñan las especies más variadas: nísperos, cítricos, muérdagos, rosas, ligustros, palmeras, álamos, quebrachos, fresnos, pinos, encinas, lapachos y tantas otras.
Pero no todas han sido plantas en su vida, ni tampoco lo único que ha coleccionado. Nardo tiene mucho para contar.
= Tengo 78 años y soy nacido, criado y todo en Santa Isabel. Mi mamá se llamaba Emma Mistura y mi padre Clemente Arona. Yo estoy en la segunda categoría de los fundadores del pueblo. Mi abuelo, el viejo Arona, en 1902 compró campo en Santa Lucía. Contaba que para comprar algo tenían que ir a Venado o a Villa Cañás, que ahí había tres o cuatro casas bolicheras. Y mi papá, que tenía máquinas trilladoras, en el año '12 compró la chacra a Devoto y Cía, 42 hectáreas, cerca de la laguna de Raimundi, adelante de Soler. Entonces ellos quedaron como fundadores, aunque el día que sacaron la foto con todos los fundadores del pueblo mi padre no salió porque en ese momento estaba trillando.
¿A que distancia está ese campo?
= Del campo me quedaba casi a la misma distancia, unas dos leguas, el boliche de Runciman o el pueblo.
Así que conoce bien la zona de Runciman...
= Yo fui a la escuela de Runciman, todo lo aprendí ahí. Fue fundada en el año '27, el 16 de agosto y los ladrillos los donó la estancia La 76. Pertenecía a la nación, era la Escuela Nacional N° 256, pero en los '70 la pasaron a la provincia y pasó a ser N° 6256.
Ahí también está el Club...
= El Club Sportivo y Recreativo Sol de Mayo, estuve 23 años en la Comisión. El Club cumple años el 10 de mayo, por eso lo de "Sol de Mayo", yo tenía 2 años cuando lo fundaron. Todos los martes teníamos reunión de Comisión, yo tenía un Jeep y siempre iba a las reuniones. Ahora no hay más Comisión, la de la escuela maneja también el Club.
¿Que actividades tenía el Club?
= En una época tenía canchas de bochas. También se organizaban partidos de fútbol, el tradicional, que se hacía dos veces al año, era el de solteros contra casados, se hicieron en los años '60 y principios de los '70. Había una copa, que había hecho un bolichero, Castro, a la que le poníamos la inscripción de los que la ganaban. No se si estará todavía. Después de los partidos había cena y baile.
Además, durante 24 años, para todos los aniversarios del Club, venía Eleuterio Pigliapoco con la orquesta. El penúltimo año le hicimos una cena a él y los músicos y le entregamos una medalla. En 24 años, nunca nos falló, cuando terminaba el baile, lo hablábamos y ya lo contratábamos para el otro año. El tipo nos hacía el contrato ahí mismo porque sino no lo pescábamos más.
En Runciman también está el boliche. ¿Recuerda quienes fueron sus dueños y qué vendían?
= Bueno, ahora creo que el dueño es uno de Venado Tuerto que no conozco.
En el año '32, cuando empecé a ir a la escuela, ya estaba Maltagliati, que era el dueño y estuvo hasta el'56. Era boliche y almacén de ramos generales... ¡Había de todo ahí! La gente del campo iba a hacer las compras.
Había una peluquería, de un tal Rafael Roca, que ahora está en María Teresa. Y también tenía muchas cosas: era tienda, vendían pan, cosas de almacén, y del otro lado estaba la carnicería. Además estaban las mesas donde se podía tomar algo y jugar a las cartas. Tenían dos canchas de bochas muy lindas y se jugaba mucho. Esto anduvo hasta no hace mucho, cuando estaban Castro y Vera.
Estuvo primero Maltagliatti, hasta el año '40, después lo alquilaron los Piancatelli, estuvieron dos o tres años y entró otra vez Maltagliatti que estuvo varios años más. Después, en el cincuenta y pico, estuvo Pablo Benso hasta el año '67. Cuando yo entré en la comisión del Club Sol de Mayo vinieron Castro y Vera, que son de María Teresa y lo tuvieron hasta hace poco.
¿Cómo le nació esta pasión por las plantas y el vivero?
= Después del servicio militar empecé con esta afición. De yapa vino un gringo a juntar maíz a casa, era de Mendoza y sabía injertar. Sabía mucho de plantas y como me enseñaba empecé a entusiasmarme, a poner una planta y otra y a comprar libros... Tengo muchos libros ahí, "El Arte de Podar Frutales", "El Cuidado de los Frutales", " Plantas Exóticas Argentinas"...
En el año '53 vino un ingeniero agrónomo, era de San Pedro, y fuimos a una quinta de Venado Tuerto, que tenía como dos mil y pico plantas de duraznos, y me enseñó a podar bien. Yo podo como él me enseñó, y funciona bien. Después, con el asunto de las rosas, vino una ingeniera de Australia que nos enseñó a podarlas y a hacer injertos.
¿Por qué el vivero se llama El Ceibo?
= En San Pedro había un vivero que tenía más de 100 hectáreas y se llamaba El Ceibo, y mi hermana de La Plata me cargaba porque yo tenía apenas media hectárea en la chacra. Y ella decía "el vivero de mi hermano es como El Ceibo de San Pedro"... aveces me daba bronca. Cuando llegó el día de inscribirlo, vino un ingeniero agrónomo, tomó todos los datos y me dijo: "Tiene que ponerle un nombre". Pensé un poco y dije "le voy a poner El Ceibo". Y le puse El Ceibo... y ahí quedó nomas.
¿Solo se dedicó al vivero?
= Allá, en la chacra, también tenía cerdos, hacienda y todo, pero siempre trabajaba mucho en las plantas. Al último las chacras se fueron dejando, hay poca gente que vive en el campo... Vine a vivir al pueblo el 14 de agosto de 1991.
¿Cuantas plantas tiene en este terreno?
= Y, por ejemplo, de duraznos debe haber 54 variedades, que son mías, no para vender. Ciruelas hay 32 variedades. Además debe haber como 400 tipos de plantas distintas.
También tengo 110 rosales distintos, que tampoco los vendo, son para mi. No se cuantas plantas hay, porque de cada especie hay muchas variedades.
¿Y de donde saca las plantas que vende?
= De un vivero de Arequito, yo traigo de allá desde hace 25 años. Es un vivero grande, de 15 hectáreas. Hacen rosas, pinitos y otras plantas, pero a las de duraznos y citrus las traen de San Pedro.
¿Y Ud. no hace plantas aquí?
= Si, esto es un vivero porque acá también se hacen plantas: rosales, arbustos, árboles... Tengo inscripto al vivero desde hace 53 años en la Secretaría de Agricultura.
Con las rosas, por ejemplo, yo hago injertos y me prenden muy bien, pero también traigo, porque con la edad que tengo mucho no puedo trabajar.
¿En qué época vendió más?
=Cuando estaba en la chacra. Si tenía trescientas o cuatrocientas plantas de duraznos las vendía a todas.
El año pasado vendí 35 plantas de citrus, pero he llegado a vender 250. Estaban las chacras pero ahora nadie más planta en los campos, y si ponés una planta al otro día no está más, te la llevan.
En verano se vende algo, pero lo fuerte es julio, agosto y septiembre, tengo ahora unas cuantas encargadas. El año pasado traje unos 60 rosales y los vendí todos.
Además de árboles y arbustos, también vemos un almácigo. ¿Qué sembró?
= Eso es lino. Tenía unas plantas y les saqué las semillas, ahora las sembré porque ésta es la época. Un día, hará cosa de dos años, un vecino me trajo como tres o cuatro bolsas con bosta de gallinas y yo la tiré en la tierra y dentro de eso nacieron dos o tres plantas.
Las tengo por tener nomas. He trabajado tanto detrás de ese lino...! Era una porquería. Cuando se cortaba, si ibas con pantalones cortos, te rallaba todas las piernas, porque es alto como el trigo. Hubo una época en que en la chacra se sembraba mucho, por el '30. Pero después cuando se terminaron esas trilladoras viejas, a vapor, también se dejó de sembrar.
¿Es cierto que cuando estaban en flor y el viento las movía parecían las olas de un mar?
= Ah, si, si. Porque estaba la "lineta", que era con flores blancas y azules, parecía propiamente la bandera argentina. Después estaba el "malabrigo", ese era todo azul. Y este debe ser "malabrigo", porque es todo azul.
Se usa para hacer aceite fino. Acá se sembraba para aceite, para hacer hilos lo cortaban verde y al ras cuando estaba por florecer.
¿Usted trabajó en esas viejas trilladoras a vapor?
= Si. Mi padre tenía una máquina que vendió en el '28. Y yo trabajé dos años con mi tío Mistura, en el '38 y '39. Tenían 25 o 26 personas trabajando, había que cortar el trigo con la cortadora a caballo, después se juntaba con una rastra y se hacían unas parvas bárbaras, con horquillas, en el medio del campo. Entonces arrimaban la máquina y trillaban. La misma que se usaba para el trigo también servía para otros cereales, se cambiaban las zarandas. Lo único que se sembraba en esa época era trigo, lino, alpiste, avena, cebada y maíz. Girasol no existía, soja menos.
Tengo entendido que además de plantas, también colecciona otras cosas.
=Colecciono varias cosas. Por ejemplo botellas. Hay nuevas y muy viejas de licores, whiskys, gaseosas, vinos, soda... Tengo una, que me la dieron en el vivero de Arequito, que calculan que tiene como cien años, porque los dueños la encontraron en un pozo de una tapera cuando eran chicos y ahora ellos tienen más de 80 años: El Abuelo Gonzalo, Saenz y Cía, dice en el vidrio. Hará unos 20 años que las colecciono. Algunos me dicen "¿Te tomaste todo eso?" No me tomé casi nada, son botellas que junté.
Otra colección que tengo es la de etiquetas de cigarrillos, hay más de cuatrocientas, algunas marcas o variedades que hace 30 o 40 años que no se venden más: Cleveland, Phillips Morris, Camel, Jockey Club, Saratoga, 43.70, Embajadores, Royal Club, Virginia Slim, Le Mans, Vencedor, Parliament, Arizona, Apache, Fontanares, Vía Apia, Parissiennes, Particulares, Simplex, Derby... La mayoría son argentinas, pero también hay importadas.
También tengo una colección de monedas. Hay una de 1900 y también de cuando se fundó el pueblo en 1908.
Y la colección más importante es la de estampillas.
¿Por qué es la más importante?
= Porque siempre compro las que van saliendo. Como estoy asociado, del correo me traen la información de todas las que van a salir. Tengo más o menos 1700 y compro los álbumes para colocarlas. Las estoy juntando desde hace unos 30 años y está todo en orden, año por año. De 1930 a la fecha solo faltan algunas, 10 o 12 nada más, porque las difíciles son caras. Pero del '30 para atrás me faltan bastante. A muchas las mandé a comprar a casas de filatelia.
¿Porqué esto de las colecciones?
= Y, no se... locuras que uno tiene.
Cuando en esta primavera aparezcan las primeras flores y las hojas de los árboles comiencen a refrescar con su sombra, Nardo habrá cumplido una vez más, como lo hace desde más de medio siglo, con su tarea de prolongarse en la vegetación y en el tiempo.
*
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus palabras siempre son bienvenidas. Gracias por comentar.