La
zona Sur y centro Sur del distrito Santa Isabel perteneció a Diego de
Alvear, cuyo territorio, a fines del siglo XIX, incluían los actuales
distritos de Christophersen, San Gregorio, Diego de Alvear, Teodelina,
Villa Cañás, parte de María Teresa, Santa Isabel, Wheelwright, Hughes,
Juncal y penetraba en casi igual extensión en el norte de la provincia
de Buenos Aires. En 1886 vendió 8.099 has. que pertenecen al distrito de
nuestra localidad delimitadas por lo que hoy se conoce como Avenida
Francia, sobre ruta 2-S, desde campo Glavinovich hasta un poco más allá
de lo que se conoció como monte de los Picnics, desde donde parte una
calle hacia el Sur, hasta el límite con Villa Cañás. Desde ese punto,
por otra calle que corre hacia el NE, cruzando ruta 94, hasta la calle
que viene desde campo Glavinovich.
Luego
de varias ventas, en 1898, el territorio fue heredado por Angela
Tiscornia y sus dos hijas, María Luisa y Lyda Lucrecia Pinasco, quienes
crearon el establecimiento “Las Dos Hermanas”. En 1917, María Luisa,
casada con Federico Coverton, heredó Las Dos Hermanas, mientras que a
Lyda Lucrecia, casada con Ciro Echesortu, le correspondieron 4.710 has.
ubicadas al SO del territorio de su hermana. A raíz de esta división
surgió el establecimiento “La Lyda”.
El Sr. Norberto Dall'Occhio, profundo conocedor de la historia de La Lyda por haber transcurrido su infancia y adolescencia en uno de sus campos, nos acercó esta valiosísima información que describe la las labores y la vida de los colonos que habitaron ese territorio:
Arrendatarios del Campo La Lyda.
Una parte del establecimiento La Lyda fue arrendada bajo el régimen de aparcerías rurales a distintos productores. Eran las denominadas Unidades Económicas que variaban entre 100 y 80 hectáreas. El régimen de aparcerías consistía en entregar al dueño del campo un porcentaje de la producción agrícola que, en la década de 1940, podía llegar hasta el 25% de lo cosechado, trillado, embolsado y puesto en la estación de ferrocarril (generalmente en Rastreador Fournier).
El Sr. Norberto Dall'Occhio, profundo conocedor de la historia de La Lyda por haber transcurrido su infancia y adolescencia en uno de sus campos, nos acercó esta valiosísima información que describe la las labores y la vida de los colonos que habitaron ese territorio:
Arrendatarios del Campo La Lyda.
Una parte del establecimiento La Lyda fue arrendada bajo el régimen de aparcerías rurales a distintos productores. Eran las denominadas Unidades Económicas que variaban entre 100 y 80 hectáreas. El régimen de aparcerías consistía en entregar al dueño del campo un porcentaje de la producción agrícola que, en la década de 1940, podía llegar hasta el 25% de lo cosechado, trillado, embolsado y puesto en la estación de ferrocarril (generalmente en Rastreador Fournier).
El arrendatario podía utilizar hasta un cinco por ciento
de su explotación como potrero con la finalidad de criar algunos
animales tales como aves de corral, cerdos, ovejas, vacunos y caballos.
Cabe destacar que en esos tiempos era muy importante la crianza de
caballos pues las tareas se hacían con tracción a sangre. Por ejemplo,
en la roturación de la tierra se usaba un arado de dos rejas tirado por
seis caballos (no existía la siembra directa). Los caballos del turno
mañana eran cambiado por otros en el turno tarde. Cada arado roturaba
entre una hectárea y una hectárea y media por día.
Las principales siembras eran de trigo y maíz, algo de
lino y girasol, con rotación anual de cultivos. También se cultivó
sorgo. La soja no se conocía pues apareció en la zona en la década de
1970.
En las décadas de 1920-1930 el trigo se cosechaba
mediante una máquina de arrastre denominada espigadora que realizaba el
corte y luego se lo emparvaba. Después llegaba al campo la trilladora
que separaba el grano de la paja. La máquina corta y trilla (cortitrilla)
apareció a fines de la década del '30 y fue un importante avance en la
mecanización del agro que hasta hoy no para de innovar.
En cuanto al maíz, la recolección se hacía a mano
mediante la famosa "juntada" que, generalmente, duraba alrededor de dos
meses mediante la contratación de juntadores golondrinas y también de la
localidad. Las espigas se entrojaban y luego venía la máquina
desgranadora. En la década de 1950 aparecieron las primeras máquinas
juntadoras-desgranadoras de maíz, que con el correr del tiempo se fueron
perfeccionando.
Entre los productores que arrendaron campo en La Lyda se pueden citar a Marcelo Levié, Martinich, Pedro José Dall'Occhio, José Zarich, Eterovich, Mateo Mateasich, José Lorenzo, Lucio Genovesi, Damorio Rocca, Ezio Cónsoli, Cicchini, Gordulich, Restovic, Favaro, Colacelli, Sencovich, Juan y Francisco Zarich y Juan Matiasich.
Entre los productores que arrendaron campo en La Lyda se pueden citar a Marcelo Levié, Martinich, Pedro José Dall'Occhio, José Zarich, Eterovich, Mateo Mateasich, José Lorenzo, Lucio Genovesi, Damorio Rocca, Ezio Cónsoli, Cicchini, Gordulich, Restovic, Favaro, Colacelli, Sencovich, Juan y Francisco Zarich y Juan Matiasich.
A fines de la década de 1940, al estar prohibidos los desalojos, la
estancia La Lyda comenzó a negociar el retiro de algunos arrendatarios
cuyos campos le interesaba recuperar. De esa forma comenzó el éxodo de
colonos que, en general, se fueron a vivir con sus familias a centros
urbanos. Los arrendatarios que quedaron, finalmente tuvieron que
abandonar sus explotaciones en la década de 1960 al quedar liberados
todo tipo de alquiler de inmuebles.
Al
fallecer la dueña del establecimiento, Lyda Pinasco de Echesortu, sus
cuatro hijos herederos subdividieron el campo y continuaron la
explotación sin arrendatarios, con algunas variantes en cuanto a la
titularidad de cada una de las fracciones de tierra.
Club Atlético La Lyda.
En 1941 fue fundado el Club Atlético La Lyda por un grupo de chacareros arrendatarios del campo La Lyda. El objetivo de la institución era el desarrollo de actividades recreativas, sociales y deportivas de las que podían participar las numerosas familias de agricultores de la zona, que incluía también a los residentes en los campos de Las Dos Hermanas, Santa Lucía y Wirsch (en el distrito de Villa Cañás).
Club Atlético La Lyda.
En 1941 fue fundado el Club Atlético La Lyda por un grupo de chacareros arrendatarios del campo La Lyda. El objetivo de la institución era el desarrollo de actividades recreativas, sociales y deportivas de las que podían participar las numerosas familias de agricultores de la zona, que incluía también a los residentes en los campos de Las Dos Hermanas, Santa Lucía y Wirsch (en el distrito de Villa Cañás).
La primer Comisión Directiva fue presidida por
José Lorenzo y su secretario Fue Pedro José Dall 'Occhio. Además, entre
los fundadores estaban Zarich, Sencovich, Mateasich, Favaro, Martinich y
Pereyra (hijo del administrador de la estancia).
El Club funcionaba en la chacra de José Lorenzo. Se construyó una carpa al laco de la chacra, con piso de tierra apisonada. Cuando se realizaban bailes (también hubo algunas funciones de un circo ambulante), se colocaban arpilleras o lonas a los costados y en los techos de la carpa. La iluminación se hacía con faroles llamados "sol de noche" y también mediante generadores de electricidad alquilados. Los bailes populares se realizaban generalmente en épocas de verano y concurría gente de la zona y pueblos vecinos. Animaban la fiesta, por lo general, cuartetos de la región dirigidos por Falleroni o Capellino de Villa Cañás o Rezzano de Santa Isabel.
El Club funcionaba en la chacra de José Lorenzo. Se construyó una carpa al laco de la chacra, con piso de tierra apisonada. Cuando se realizaban bailes (también hubo algunas funciones de un circo ambulante), se colocaban arpilleras o lonas a los costados y en los techos de la carpa. La iluminación se hacía con faroles llamados "sol de noche" y también mediante generadores de electricidad alquilados. Los bailes populares se realizaban generalmente en épocas de verano y concurría gente de la zona y pueblos vecinos. Animaban la fiesta, por lo general, cuartetos de la región dirigidos por Falleroni o Capellino de Villa Cañás o Rezzano de Santa Isabel.
En la parte deportiva, la actividad principal era
el fútbol. Como distintivo se adoptaron los colores rojo y negro, con
camisetas similares a la de Newell's Old Boys de Rosario. El equipo
estaba integrado con jugadores que eran hijos o familiares de los
chacareros de la zona y también peones y jóvenes que trabajaban en las
chacras o en la estancias vecinas.
El primer capitán del equipo fue Jerónimo
Sencovich (que a su vez jugaba en las divisiones inferiores de Juventud
Unida). También integraron el equipo, en distintos momentos, Bartolo,
Juan y José Zarich, Bessone, Zanni, José Eterovich, Jorge Mateasich,
Piacentini, Macagno, Marengo, Santich, Rojas y Aranda.
La cancha estaba ubicada cerca de la carpa y uno de los
campos estaba lindero al Campo Wirsch. Periódicamente se jugaban
partidos amistosos o torneos "relámpagos", en los cuales intervenían,
entre otros, Sol de Mayo de Runciman, el Club Sportivo Las Rosas y el
Club Sportivo Las Encadenadas (Villa Cañás). Como premio, los ganadores
recibían un trofeo u once medallas (en aquel tiempo no se permitía el
cambio de ningún jugador). En reciprocidad el equipo de La Lyda
participaba en torneos de los clubes mencionados y de otras
instituciones de la zona.
Lamentablemente
el éxodo rural que comenzó a partir del año 1949 fue debilitando la
acción social y deportiva del Club, situación que finalmente determinó
la cesación de sus actividades.
Dirigentes,
simpatizantes y jugadores del Club Atlético La Lyda en un
torneo organizado en su campo de deportes el 30 de marzo de
1947. Entre los jugadores aparecen Bessone, Jerónimo
Sencovich, Piacentini, Zanni y Bartolo Zarich.
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