Por Norberto Oscar Dall’Occhio
Durante las décadas de 1930, 1940 y 1950 visitaron Santa Isabel numerosos conjuntos orquestales, algunos de ellos de gran jerarquía y de renombre internacional. Tal es el caso del famoso maestro Francisco Canaro, quien a principios de 1950 actuó con su Orquesta Típica (así se la denominaba a la orquesta que tocaba tangos) en un baile popular realizado en las instalaciones de la Sociedad Italiana. Fue un gran acontecimiento con una enorme concurrencia de público que colmó la sala, debiendo las autoridades habilitar una pista al lado del salón, aprovechando una noche con clima agradable.
A principios de la década de 1950 la otra gran atracción fue la visita del notable cantor popular Alberto Castillo, que a pesar de haber actuado un día lunes, llenó totalmente el salón de la Sociedad Italiana. Castillo se alojó en el Hotel Central y mucha gente recuerda que cuando llegó al pueblo varios admiradores del cantor se aproximaron al hotel para saludarlo. Castillo agradeció la demostración de afecto y desde los balcones del patio interior, donde estaba ubicada su habitación, entonó “a capella” una canción de su exitoso repertorio. En otro orden artístico, también hubo muchas visitas de conjuntos de radioteatro de renombre que, en las emisoras de Buenos Aires y de Rosario, tenían gran éxito representando temas que atraían a los oyentes. Era una ficción donde hombres y mujeres de todas las edades quedaban atrapados por un relato verosímil, a través de las sugestivas voces de los actores y actrices y por los efectos especiales creados por excelentes sonidistas que, con su magia incentivaban la imaginación de la gente que los escuchaba. Esos elencos radiales luego realizaban giras en los pueblos y de esa forma la gente del interior podía verlos actuar en el teatro de su localidad. Desde Rosario solían venir las compañías dirigidas por Federico Fábregas y por Norberto Blesio, que daban obras, entre otras, como “Genoveva de Bravante”, “El León de Francia”, “El Forastero que llegó una tarde” y “Fachenzo el maldito”. De Buenos Aires lo hacía el elenco dirigido por Atilano Ortega Sanz que a la tarde transmitía con mucho éxito, por Radio Mitre, obras camperas que contaban con la valiosa animación de “Pichirica”, rol que estaba a cargo del destacado actor cómico Humberto Lopardo. Ortega Sanz era un prolífico creador de obras de radioteatro, luego representadas en los escenarios de los pueblos de campaña. Entre otras, se pueden mencionar “El boyerito de la cara sucia”, “La chacra del árbol seco”, “Corazón de chacarero” y “Cuando sangran los trigales”.
Anteriormente, en la década de1930 provenientes de la Capital Federal actuó en un baile la orquesta de tango de Roberto Zerrillo, donde también hubo un concurso de cantores locales. En otra ocasión lo hizo el conjunto “Los Bohemios” dirigido Mario Pugliese “Cariño”. “Los Bohemios” formaban parte de un grupo teatral muy popular que representaba graciosos temas cómico-musicales con raros instrumentos. Además el conjunto tenía programas radiales en las emisoras de Buenos Aires y actuaba en importantes teatros de esa ciudad.
A principios de la década de 1950 se realizó un baile popular. El atractivo fue la filmación de una película documental con tomas generales del público y varias de carácter individual, especialmente de la gente que estaba sentada en los palcos. El film fue proyectado en la sala tiempo después.
Era tradición cada año realizar, en noviembre, una reunión danzante como despedida de los conscriptos que al año siguiente serían incorporados al servicio militar obligatorio. Como se decía en la jerga popular "el baile es para los muchachos que tienen que hacer la colimba” el año que viene.
Todos estos acontecimientos artísticos se llevaban a cabo en las instalaciones de la Sociedad Italiana. Allí, en la década de 1940, actuó el dúo cómico Buono-Striano, de enorme popularidad por su conocida participación radial en emisoras porteñas. En la misma sala, en otra oportunidad, tuvo gran repercusión la actuación de un mago e hipnotizador que presentaba escenas de levitación. Su atrayente espectáculo lo denominaba “Nostradamos” con “Salomé la Vidente”, con la participación en algún momento del público presente.
También desde Buenos Aires solía visitar Santa Isabel la compañía de teatro que representaba “Gran Pensión El Campeonato”, un programa auspiciado por Jabón Federal en Radio Belgrano (emisora de la Capital Federal que transmitía en cadena al interior). El programa era muy difundido y tenía mucha audiencia en todo el país, especialmente por parte del mundo futbolero durante la disputa del Campeonato Oficial de la A.F.A. En el elenco sobresalía la actuación del excelente actor Félix Mutarelli, quien hacia el papel de “Don Pedrín El Fainero” (el hincha fanático de Boca). También otros importantes actores representaban diversos clubes de primera división. En ese programa radial de Jabón Federal también solía participar -entre otros destacados artistas nacionales e internacionales- el Cuarteto de Juan Cambareri, llamado el “El Mago del Bandoneón”. Cambareri visitó varias veces Santa Isabel amenizando bailes que organizaba la Sociedad Italiana y que lograban gran asistencia de público. En varias oportunidades también actuó el famoso Cuarteto de Tango dirigido por Roberto Firpo, contratado por la Sociedad Italiana.
Otra visita importante la constituía la presencia de la “Orquesta de la Argentinidad” dirigida por Lorenzo Barbero, de Buenos Aires, que actuaba en las instalaciones del Prado Español. Barbero presentaba un atrayente y colorido espectáculo musical de danza tanguera y de otras melodías que contaba con la asistencia de numerosas familias de la zona.
En 1955, también en el Prado Español, se llevó a cabo en la pista una especie de maratón individual a cargo del patinador Alfonso García, que intentaba batir su propio récord mundial de 80 horas de permanencia en patines, sin dormir y sin parar ni de día nide noche; objetivo que logró. El primer día no se pagaba entrada, en la segunda jornada se abonaba un modesto importe, en la tercera aumentaba el monto y en la culminación, al cuarto día, la entrada era más cara. Había servicio de buffet permanente a cargo de la Heladería Miculán, que organizaba el espectáculo. La reunión finalizó con el festejo de la hazaña deportiva, acompañada con un baile.
En los bailes locales también solían actuar las orquestas de Juan Antonio Manzur, de Rosario; “Maipo”, “Víctor” y “Marchetti y Morelli”, de Venado Tuerto, y el Cuarteto “Boedo”, de Villa Cañás. En este último conjunto, a veces intervenían músicos, cantores y presentadores de Santa Isabel. Conviene aclarar que en aquella época sólo se podían realizar bailes populares en las instituciones, con el consiguiente permiso de las autoridades locales. No existían las discotecas privadas ni lugares parecidos.
Fuera de lo artístico, en la década de 1940, una noche de verano -con la presencia de mucho público- se presentó en el terreno contiguo a la Sociedad Italiana un atlético deportista con una gran contextura física, quien hizo alarde de su fuerza y resistencia corporal. Para demostrar su gran vigor, el fornido atleta comenzó doblando con sus enormes brazos gruesos alambres de hierro. También mostró todas sus energías levantado pesas. Más adelante se realizó una interesante cinchada utilizando una soga; como contrincantes tenía a un grupo numeroso de personas de Santa Isabel que, en forma colectiva tomados de la soga, luchaban para no ser arrastrados por el forzudo; pero los muchachos locales finalmente fueron vencidos. Como cierre del espectáculo el protagonista colocó su cuerpo acostado casi debajo de la rueda de un camión. A continuación el vehículo fue puesto en movimiento y una rueda pasó por encima de su pecho -le habían colocado una tabla encima- sin causarle ningún problema.
En el año 1956 se realizó con mucho éxito en la Sociedad Italiana una Velada Artística que colmó la capacidad de la sala. Fue protagonizada por gente residente en el pueblo y constituyó toda una novedad por su ingenio y creatividad con mucho de sabor local, que fue muy festejada por la gente. En el primer acto se presentó una pareja de tango compuesta por Ilda Imnocenzi y Diego Tobío, quienes bailaron en una simulada pantalla de televisión construida en mayor escala; una notable creación del recordado Oscar Severini que tuvo a su cargo la escenografía de la velada. En otro sketch Aroldo Carra y Rodofo “Flaco” Enrico hicieron una reidera parodia mediante la interpretación cantada de una grabación de la ópera “El Barbero de Sevilla”. La noche finalizó con la representación de una comedia teatral con un libreto de color local. Entre otros, actuaron Diego Colomba y Mary y Carlos Forneris; pero la verdadera revelación fue la actuación de Carlos “Lito” Gavio que se ganó los aplausos del público. Cumplió la función de director de escena Cavalieri, estafetero del Ferrocarril San Martín. El apuntador fue Jack Romero. Todos los participantes guardaron un rigoroso secreto en el pueblo acerca de lo que iban hacer. De esa forma sorprendieron al público, resultando una hermosa expresión artística, finamente preparada. Una gran velada sabelense, muy comentada, que quedó en el recuerdo.
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