Por Norberto Oscar Dall’Occhio
A
modo de introducción de esta nota sobre básquet que abarca el período
comprendido entre 1940 y fines de la década de 1950- conviene aclarar
que en ella se tratan temas vinculados con la práctica de ese deporte en
el Club Belgrano, en la región y en el orden nacional.
También se hace un comentario sobre el origen del básquet, juego que se
ha extendido a la mayoría de los países del mundo . Además se mencionan
algunos problemas extra deportivos vividos en esa época por la comunidad
isabelense.
Origen del básquet.
Hay testimonios escritos señalando que en la América precolombina, las
civilizaciones mayas y aztecas practicaban variados juegos de pelota que
tenían cierta afinidad con el básquet. Los jugadores utilizaban una
pelota maciza que lanzaban con el propósito de que atravesara un aro o
un anillo, o bien trataban de meterla en el agujero de una piedra.
Pero la cuna del
basketball (basket=canasta, ball=pelota) o baloncesto, fue Estados
Unidos.
Su creador fue James
A. Naismith, joven profesor de educación física de un colegio de
Springfield, en el estado de Massachussets.
En 1891, Naismith, a
pedido de las autoridades del colegio, ideó un juego de equipos para
practicarlo en una cancha de dimensiones reducidas. El objetivo era
aprovechar el gimnasio techado del instituto de enseñanza y permitir el
entretenimiento y el desarrollo de la actividad física del alumnado, en un
lugar cerrado, protegido por los intensos fríos invernales.
El juego de los
participantes consistía, en esencia, en embocar una pelota de fútbol en
improvisadas cestas o canastas de duraznos, colocadas a tres metros de
altura en dos extremos de la cancha.
Se establecieron
numerosas normas básicas, muchas de ellas aún vigentes. Por ejemplo,
estaba prohibido darle un puñetazo al balón o jugarlo con el pié. El
reglamento inicial se fue modificando con el correr de los años,
adaptándolo a las necesidades del juego.
En nuestro país la
práctica del básquet se inició con en 1912. Para algunos comenzó en
Buenos Aires, para otros en Bahía Blanca.
Un evento
especial.
Durante los veranos de los
años 1950, 1951 y 1952, el Club Belgrano vivió un simpático y singular
hecho deportivo que acaparó la atención de socios y simpatizantes de la
Institución y también de gente del pueblo.
El Club, por iniciativa
de algunos socios, analizó la posibilidad de organizar un Torneo de
Básquet para Aficionados. La idea prosperó muy rápidamente y de
inmediato se empezaron a formar equipos.
Como circunstancia poco
feliz, en esos años Santa Isabel y toda la región sufrió las
consecuencias de una intensa sequía que se prolongó por muchos meses.
Además, el pueblo soportó por varios años constantes cortes de luz
debido a graves inconvenientes en el suministro de electricidad por
parte de la Cooperativa de Luz y Fuerza local. Fue la época del famoso
"pan negro" (pan de centeno) que la población argentina, por decisión
del gobierno, se vio obligada a consumir ante la falta de harina blanca,
por el fracaso de la cosecha de trigo.
Por suerte, los
pobladores de Santa Isabel -los que residían en el campo y los del radio
urbano-supieron sobrellevar con entereza estos serios problemas y
sinsabores que les tocó vivir... y el curso de la vida isabelense
continuó.
En esos momentos en
nuestro país el básquet había alcanzado una gran difusión popular. El
punto álgido lo constituyó el hecho de que en 1950 el Seleccionado
Argentino había obtenido por primera vez en su historia el título
mundial de la especialidad al vencer por 64 a 50 al poderoso equipo de
Estados Unidos en la final disputada en el Luna Park de Buenos Aires.
Cabe destacar que en
1952, cuatro integrantes de este prestigioso equipo campeón estuvieron
en Santa Isabel. Los jugadores Rubén Menini, Raúl Perez Varela, Carlos
Uder y Leopoldo Contarbio formaron parte del equipo de Racing Club
de Avellaneda que, por invitación de General Belgrano, visitaron la
localidad jugando dos partidos nocturnos en las instalaciones del Club.
Fue un verdadero
acontecimiento deportivo, dada la jerarquía del equipo visitante ,que
despertó sumo interés en la localidad y en los pueblos vecinos y quedó
como un gratísimo recuerdo para todos aquellos que vivieron esos
inolvidables momentos.
Después de finalizado el
primer partido, la fiesta continuó con un gran baile y, al día
siguiente, la delegación racinguista fue agasajada con un asado
campestre efectuado en el monte de la familia Carpi.
El conjunto de Belgrano que enfrentó al Racing
Club estuvo representado por varios de sus jugadores base y contó con el
refuerzo de destacados basquetbolistas de la zona. Fueron ellos
Bonifacio "Facio" Asenjo, de Sportsman, y Duilio Vrancovich, de
Studebaker, ambos de Villa Cañás; y, de Venado Tuerto, Víctor Rébora,
Héctor Rébora, de Atenas, y Cattáneo, de Centenario.
El
básquet de Belgrano.
En la década de 1950, Belgrano
tenía un equipo de básquet muy competitivo. La base del conjunto
azulgrana estaba integrada por Vicente Basignani, Ernesto "Tito"
Pellegrini, Héctor Palau, "Lalo" Brondello, Rodolfo "Rulo" Dedominici,
Aldo Vanni y Carlos Forneris. Más adelantese incorporaron Carlos
Angeleri, Miguel Palacios y Rubén Dedominici.
Anteriormente, a fines
de la década de 1930 y comienzos de la de 1940, Emilio Palau, "Chiquito"
Colomba, Penecino, Rodolfo "Flaco" Enrico y Ángel "Lili" Benso, entre
otros, fueron los pioneros del primer equipo de básquet que vistió la
casaca de Belgrano. Jugaban en una cancha con piso de polvo de ladrillo
aledaña al salón de la Sociedad Italiana, dado que Belgrano todavía no
había adquirido el lugar en que luego estableció su sede e
instalaciones.
Alrededor de 1951
Belgrano también inició la práctica del básquet femenino.
Integraron el primer equipo las jugadoras Yolanda Palacios, Teresa
Brondello, "Coca" y "Nuchi" Picola, Ana María Arena, Katy Vila, Marta
Vanni, Mary Forneris e Ilda Imnocenzi.
Mientras tanto, en la
década de 1940 y principios de la década de 1950, en la región, Atenas
de Venado Tuerto seguía acumulando títulos y tenía el monopolio de los
campeonatos organizados por la Asociación Venadense de Básquet (fundada
en 1940). La racha exitosa de catorce títulos consecutivos de Atenas fue
interrumpida por Sportsman en 1956. El equipo de Villa Cañás también tuvo
el mérito de consagrarse campeón en 1957 y 1958.
Torneo de
Básquet para Aficionados.
Para aquel primer
torneo, en 1950, se formaron varios equipos integrados, algunos de
ellos, por jugadores que nunca habían practicado básquet y que, incluso,
desconocían las reglas del juego.
Aunque la mayoría eran
adolescentes novatos, aparecían ciertos jóvenes y algunas personas que
podríamos llamar "algo más madura", que nunca se imaginaron participar
activamente y ser protagonista de una competencia basquetbolística.
Ciertos nombres de los
equipos llamaban la atención por su originalidad. Por ejemplo PROAL, que
era una sigla que significaba "Pro Odio al Laburo". Se trataba de un
grupo de adolescentes que, aparentemente, no eran muy proclives al
trabajo.
Otro nombre llamativo
fue Phillips 66, homónimo al equipo de básquet norteamericano, muy
conocido mundialmente, que en aquella época había visitado la Argentina.
Entre otros,
participaron y animaron el torneo conjuntos como ""El Grillo", que
representaba al bar con ese mismo nombre, propiedad de Obdulio Paulini;
"Luz y Fuerza" formado casi en su totalidad por empleados de la
Cooperativa Eléctrica; "Hotel Central", promovido por los dueños de ese
hotel, la familia Bassignani; "Pichón 14", bajo la tutela de Enrique "Nino"
Colombo; "Cooperativa Agrícola Unión y Fuerza", integrada por empleados
de la entidad; y "CT" (Correo y Telecomunicaciones), formado en su
mayoría por empleados del Correo.
En el público había
despertado mucho interés y curiosidad la circunstancia de poder ver de
cerca lo que amablemente podríamos llamar "conocidas figuras del
pueblo", vestidas de pantalón corto, tratando de dominar un balón y
meterlo en un aro sostenido por un tablero. En pocas palabras: verlos
participar de un juego, es decir, correr haciendo picar una pelota,
saltar, eludir a un rival, atacar, tirar al aro, defender... y de paso
divertirse un poco.
Entre esas "figuras
conocidas" podríamos citar al Dr. Carlos Farr, a Renzo Bassignani, "Titi"
Montes, Aroldo Carra, "Mingo" Scandizo, Al Dr. Alfredo Vázquez, a Dino
Ferro, Leandro Quatrín, Cirilo Colomba, Arne Sampo, Diego Colomba, Raúl
Severini, Leandro Romero y Alberto Arminchiardi.
En general, en los
partidos se anotaban muy pocos tantos dada la inexperiencia de la
mayoría de los participantes. Algunos jugadores, muy resignados, solían
comentar que les resultaba muy difícil meter "ese enorme balón" en
"ese pequeño aro".
Debe tenerse en cuenta
que en aquella época no existía el triple. Con la pelota en juego el
tanto valía "doble" y el acierto en los tiros libres representaba un
tanto.
La noche de la
inauguración del Torneo resultó una verdadera fiesta. Por su colorido,
por lo divertido y por las variadas muestras de ingenio que cada equipo
eligió para su presentación.
Cada conjunto, por
riguroso orden, hacía su entrada al campo de juego de manera muy
especial. El público festejaba la creatividad y, a veces, la osadía que
los equipos mostraban al presentarse. Producían situaciones risueñas que
provocaba el comentario de la gente.
Quedó en la memoria de
los presentes el novedoso ingreso de los jugadores de Phillips 66,
atravesando un enorme aro vertical empapelado, al que rompían al salir a
la cancha, al estilo de los famosos Harlem Globetrotters cuando
aparecían en el Luna Park de Buenos Aires.
Se recuerda a "Nino"
Colombo, acompañando a su equipo y entrando a la cancha con su Ford T
"Pichón 14"; a "El Grillo", con un integrante interpretando una canción
con su acordeón; a "Hotel Central", con jugadores disfrazados de
cocineros con gorro blanco y llevando utensilios y baterías de cocina;
al equipo de la "Cooperativa Unión y Fuerza" entrando con una adornada
carroza que llevaba a la "Reina del Campo" que estaba representada por
un disfrazado Dino Ferro, quien tuvo la envidiable fortuna de tirar al
aro desde la carroza y encestar el balón, hecho que fue muy festejado
por el público, que rubricó el acierto con un sostenido aplauso.
La culminación del
Torneo resultó otra jornada atractiva y alcanzó gran lucimiento. Produjo
una enorme concurrencia de espectadores dispuestos a disfrutar del
último evento y contemplar la consagración del equipo campeón.
Phillips 66, bajo la
batuta de "Lili" Benso, fue el ganador del certamen, con un gran festejo
de parte de sus integrantes, con el aporte de varios jugadores
disfrazados que con sus ocurrencias animaron la noche.
Fue el broche de oro de
un divertido y novedoso torneo nocturno de verano, desarrollado durante
varias semanas, que contó con la valiosa colaboración de jugadores y
público en general y quedó grabado en la memoria de la gente como un
hermoso recuerdo de originalidad, por sus notas de color y sabor local,
por sus momentos graciosos y por el entusiasmo de sus protagonistas, que
contribuyeron al brillo de la competencia.
Estos torneos de
aficionados, con algunas variantes, se repitieron en los años
siguientes. Luego fueron reemplazados por los denominados "Campeonatos
Comerciales". Pero eso es otra historia.
Torneo
para Aficionados. Equipo de "El Grillo". De pié, de
izquierda a derecha: Rubén Dedominici, Benjamín "Gomito"
Sánchez, y O. Serafini "Pizeroto". Agachados: Primitivo
Sánchez, E. Bazán y Norberto Dall'Occhio.
Equipo de General Belgrano
en la década de 1950. De izquierda a derecha: Rodolfo
Dedominici, Rubén Dedominici, Ernesto Pellegrini (capitán),
Carlos Forneris, "Lalo" Brondello, Aldo Vanni y Vicente
Bassignani.
Torneo para
Aficionados.
Equipo de "Luz y Fuerza". De
pié, de izquierda a derecha: Ernesto "Tito" Pellegrini
(director técnico), Arne Sampo, Cirilo Colomba, "Palomo"
Bolognese. Agachados: Raúl Severini, "Franco" Pellegrini,
Antonio Bilós y Diego Colomba. Al costado derecho,
integrantes del equipo "CT" (Correos y Telecomunicaciones)
H. Costaguta y "Coco" Pennacchietti.
Equipo Femenino de Básquet
del Club Belgrano en la década de 1950.
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