martes, 12 de marzo de 2013

Eran otros tiempos cuando estaba "La Cantina".

Publicado en "Acercar a la Gente" N° 44 del 30/08/2003

 Raúl Bilós hace una breve reseña del lugar que en Santa Isabel y la zona hizo historia con sus bailes y fiestas.

  Durante casi tres décadas de la vida isabelense Cantina El Ancla fue uno de los lugares de diversión en el que se han dado miles de situaciones, imposibles de olvidar, en espectáculos, encuentros de amigos o de familias, cumpleaños y, sobretodo, en los bailes. Las elecciones de reinas o los encuentros de Pedros, Juanes y Pablos eran eventos clásicos. Repasar todo esto sería interminable, pero como nadie que haya transitado ese tiempo puede ignorar la existencia de "La Cantina" (como más comúnmente se la ha llamado), seguramente esta charla con Raúl Bilós, hijo de quienes dieron nacimiento al negocio, Juan Bilós y Elba Giordano, será un momento para la evocación. 

Esta es una rápida síntesis de su historia. 

 Durante casi tres décadas de la vida isabelense Cantina El Ancla fue uno de los lugares de diversión en el que se han dado miles de situaciones, imposibles de olvidar, en espectáculos, encuentros de amigos o de familias, cumpleaños y, sobretodo, en los bailes. Las elecciones de reinas o los encuentros de Pedros, Juanes y Pablos eran eventos clásicos. Repasar todo esto sería interminable, pero como nadie que haya transitado ese tiempo puede ignorar la existencia de "La Cantina" (como más comúnmente se la ha llamado), seguramente esta charla con Raúl Bilós, hijo de quienes dieron nacimiento al negocio, Juan Bilós y Elba Giordano, será un momento para la evocación.
Esta es una rápida síntesis de su historia.

  ¿Cómo surge Cantina El Ancla?
= Todo arranca en Buenos Aires. Mi viejo y mi vieja eran de acá, pero mi papá trabajaba en Buenos Aires, en el puerto. Yo nací en el '56, estuvimos un tiempo en Elortondo y en el '58 nos fuimos a vivir a Buenos Aires, a La Boca; estuvimos 10 años. Nuestra casa quedaba a dos cuadras de las cantinas de La Boca y mi escuela estaba en medio de todas las cantinas. Estábamos en la calle Aristóbulo del Valle, a una cuadra y media de Puente Avellaneda y a cinco de la cancha de Boca. Así que imaginate...
  Esto fue generando la idea...
= Claro, mi vieja trabajaba en las cantinas uno o dos días a la semana y como estábamos ahí veíamos el ambiente. Un mes antes de inaugurar volvimos a Santa Isabel, porque murió mi abuelo Bilós. Unos treinta días después inauguramos La Cantina.
  ¿Adonde estaba la primer Cantina?
= Frente a la plaza, en lo que había sido una estación de servicio (Mitre y Belgrano). Era de Marino, que vivía al lado; papá hizo un arreglo con él por tres años.
En la primera época dormíamos ahí, en una piecita chiquita de la estación. Estaban la fosa, las puntas de los surtidores, la canilla que salía contra la vereda...
  Pero ustedes reformaron el lugar...
= Si, se tapó la fosa con tablas, se revocó, se arregló el techo, se pintó bien, se hizo una cocina contra la pared.
  ¿Por qué la llamaron "El Ancla"?
= Primero porque papá había trabajado en el puerto, 25 años, y además, porque se había conseguido dos anclas de barcaza, que todavía las tenemos y que siempre estaban colgadas.
  ¿Qué recordás de La Boca? 
= Como papá trabajaba en el puerto he tenido cosas que en ese tiempo eran espectaculares, como unos aviones de juguete para armar, hermosos. Habré ido 10 veces al puerto, pero cada vez que iba me quería ir en un barco, porque cuando te subís te enloquecés. Había gente de todos lados, rusos, franceses, alemanes, italianos...
Yo estuve cinco años, de los 7 a los 12 años, estudiando guitarra, solfeo, folklore, inglés, dibujo, fútbol.. ¡en la cancha de Boca! Igual que mi hermana, Dorita, ahí aprendió profesora de baile español y de folklore.
 El primer día de La Cantina, el 21 de diciembre del '68, yo iba a zapatear y Dorita a bailar español dentro de lo que se hacía en la inauguración, pero había tanta gente que no se pudo hacer. Mi hermana sí bailó folklore con un amigo
  ¿Cómo fueron los comienzos de El Ancla?
= Era un lugar chiquito, metías 150 o 200 personas y estaba lleno. Durante la semana se daba de comer y los domingos se agregaban los bailes con orquestas de la zona. Al principio no se cobraba entrada, pero un día mi viejo decidió cobrar. La gente no quería entrar y no quería entrar, hasta que un grupo se metió y todo el mundo empezó a pagar entrada.
  ¿Los bailes siempre fueron los domingos?
= Al principio eran los domingo. Después de tres años, cuando nos cambiamos al otro local se empezaron a hacer los viernes.
 Cuando empezó La Cantina también papá hizo bailes en la pileta de Belgrano durante las dos primeras temporadas, en el verano.
  ¿Cuando se cambiaron?
= Después de tres años, en el '71, nos pasamos para lo que ahora es "Loft" (Belgrano al 1100). Ahí papá compró una casa vieja y grande, con varias habitaciones. Esa casa se desarmó y atrás hicimos una casa nueva, después la mía arriba, y además quedó todo el salón adelante. Entraban unas 400 a 500 personas, con mesas y todo.
 Ahí empezamos con los bailes los viernes y los domingos con orquestas de tango. Él trató de buscar la gente grande, veía que los bailes eran muy problemáticos con la gente, las peleas y todas esas cosas, entonces trataba de que el domingo cambiara el ambiente, de que fuera más familiar, por eso le mezclaba el tango. Trajo a grandes como Argentino Ledesma, Marino, Los Solistas de D'arienzo, Floreal Ruiz, Morán, Néstor Fabián. Después empezó a mezclar el tango con otros músicos como Los de Siempre, esa vez llenamos, había como 600 personas, 400 a cenar.
 Él se fue dando cuenta de que el tango no le redituaba, tenía mucho gasto porque toda esa gente venía de Buenos Aires, y de que el domingo era lo más fuerte de La Cantina. Entonces se pasó al domingo nada más. En ese tiempo estaban Los Príncipes, Espectro's, Eleuterio Pigliapoco, Gaitán, Tirabassi, Brugnara, Los Marcianos, Misión Cumplida...
  Pero a veces había más de dos orquestas...
= Se ponía o una bien conocida o dos orquestas. En esa época el escenario era chico y las orquestas no traían tanto equipo de sonido como pasaba en los últimos tiempos que te volvían loco con el sonido. Nosotros teníamos que estar diciéndoles "¡Bajen!, ¡Bájen!".
En la segunda Cantina, mi papá puso el escenario en la mitad del salón y después lo terminamos poniendo a la entrada, porque se escuchaba mejor, y había más espacio..
  Pero después tuvieron que dejar este local, ¿Que pasó?
= Papá se metió con el banco para hacer reformas y otras cosas. Bilós era muy corajudo y se metía en créditos, pero al local lo perdimos porque él pensaba que le podía ganar al banco. Puso un abogado pensando que le iba a ganar, después empezaron los juicios, pasaron los años …
  Y tuvieron que cambiarse a otro local...
= Si. En 1981 alquilamos la esquina donde ahora hay un gimnasio (G. López e Irigoyen) y estuvimos dos años. Desde ahí empezó a funcionar bien La Cantina, porque era una cosa de meter gente y gente; una cosa de locos; más que antes. Era un lugar chico que habíamos reformado y que tenía doble piso, ahí metíamos 150 o 200 cenas todos los domingos y después venían otras 300 más para el baile. Se trabajaba bien los sábados, 100 o 120 personas a comer.
 Desde ahí y unos 4 o 5 años de la última Cantina fue cuando más gente metíamos.
  ¿Cuánto tiempo estuvieron en esa esquina?
= Dos años. En el '83 nos pasamos la última Cantina (Mitre frente al terreno del ferrocarril). Papá se la compró a Walter Ronco en $ 100.000 de ese tiempo.
 Era el salón y toda la casa de Ronco. Se cerró una galería y se tumbaron las paredes de cinco habitaciones. Después hicimos dos casas y agrandamos, a los cinco años, el salón, en un costado de la parte de atrás.
De apoco se fue arreglando el patio. Primero se hizo una pista al centro, de ocho lados y como de un metro de alto.  Después cambiamos el escenario, porque había quedado pegado a la pista.
  A este lugar vinieron muchos artistas famosos...
= Fueron 34 espectáculos grandes que trajimos los domingos. Eso lo traje yo, aunque cuando estaba mi viejo ya habían venido Estela Raval, Luisito Aguilé, Galán, Sebastián... Eso empieza a partir del '89, queríamos levantarla a La Cantina y no sabíamos que traer. Y así empezamos: que Aldo Monges, que Carlos Torres Vila, Miguel Angel Robles, el Trío San Javier, Cacho Castaña, el Paz Martínez... y era un promedio de 800 personas. A las dos de la mañana empezaba el espectáculo pero también había una orquesta para bailar.
 Con el Trío San Javier teníamos 400 cenas vendidas, eso iba a ser un boom, pero a las 8 y media se vino un tornado! Estaba toda la calle llena de agua, era un desastre, no se podía llegar... El Trío ya estaba acá pero lo pasamos para otro mes.
 Y algo parecido pasó con el Paz Martínez. Metimos como 400 cenas y el baile se hizo, pero cuando empezó a cantar se vino una tormenta. Como era en el patio la gente llevaba las sillas, las mesas, todo para adentro; un lío bárbaro!
  ¿Cómo llegan al cierre de La Cantina? 
= Como había otra vez problemas económicos se la transferí -mi viejo ya había fallecido en el '92- a otra persona, para poder arreglar algunos de estos problemas. La tuvo durante dos años, 1995 y 1996 y después devolvió el negocio.
A partir de ahí estuvimos un año y medio pagando una deuda bancaria que había quedado, queríamos por todos los medios salvar la propiedad y que volviera a nosotros. Me propuse llegar a los 30 años de La Cantina, que fueron los dos últimos años que la trabajamos.
  ¿Siempre hubo ambientes de peleas?
= Si, fueron muy pesados siempre. Los problemas arrancaron ya desde la primer Cantina. En el primer lío grande el único que fue en cana fue mi viejo.
Resulta que un tipo de Venado andaba de novio con una chica de Villa Cañás. El padre de ella era policía, habían comido un asado en la comisaría y después de eso fueron a La Cantina, estaban todos mamados. Algo pasó con esta chica, no sé bien qué, lo cierto es que el tipo se agarró a las piñas con otro y papá se metió a separar. Dos milicos, que estaban de civil y que también venían del asado de la comisaría, lo agarraron de los brazos, y el que estaba peleando, del cogote. Me parece que lo estoy viendo... a mi viejo lo llevaban de un lado para el otro entre los tres. Ahí se metieron otros para sacárselos porque lo estaba ahorcando. Te lo juro, si lo hubiera tenido un minuto más moría ahorcado.
 Después que los separaron mi viejo sacó un revólver que tenía en una piecita. Cuando dijeron que había un arma salieron todos afuera, rompieron el equipo de sonido, una guitarra, una batería... Al revólver se lo sacaron entre dos personas amigas... Pero vino la cana y se llevaron.
 De ahí arrancaron los problemas. Después los problemas eran los viernes cuando venía la mafia más grande de Venado. Si no eran todos los viernes, era viernes por medio.
 Por eso también cortamos con los bailes de los viernes, porque éstos no venían los domingos. Aunque después empezaron a venir los domingos también.
 Pero siempre hubo gente de seguridad.
  ¿Cuando empezaron a poner personal de seguridad? 
= Cuando ya estábamos en la segunda cantina. Pero ojo, no todos los días había problemas; el que peleaba no entraba más.
 Uno que estuvo mucho tiempo fue "Lita Cuello", campeón de box, que lo tuvimos 8 años. Además dos policías, porque nos exigieron poner policías por cualquier problema que tuviera esta gente.
 Y eso mantenía el ambiente más tranquilo, aunque los líos no se fueron nunca.
 Con el "Lita" nos cansamos de hacer bailes afuera, porque yo también hacía bailes en otros lados. Cinco años en Chapuy, en el Club Las Colonias, después hice un año en Elortondo, ahí llevé a Riki Maravilla, al Trío San Javier...
  ¿Tu mamá también trabajaba en El Ancla? 
= Mamá trabajó en la primera Cantina, después de ahí se pasó a la segunda. Cuando hacíamos esa Cantina también se estaba haciendo el motel y cuando se terminó, mamá se fue a vivir ahí y dejó La Cantina. Sí iba alimpiar, pero nada más.
  Cuando hacían bailes en el patio, los vecinos se quejaban porque no podía dormir...
= Si tuvimos muchas quejas, había problemas al otro día.
  ¿Competían con el boliche, con Neptuno?
= Era otra época, era otra gente. La gente de La Cantina era de La Cantina y la de Neptuno estaba en Neptuno. La Cantina empezaba a las once y cuarto y terminaba a las tres y cuarto y la confitería arrancaba de las dos de la mañana en adelante.
 Mucha gente se quedaba hasta esa hora y después iba a Neptuno. Después, cuando empezaron los espectáculos, se estiró el horario de la Cantina.
 Pero nosotros siempre trabajábamos con la gente de bailes, gente de campo, más familiar. Nosotros tratábamos de que la gente viniera a comer con la familia, todo arrancaba de ahí, de la cena primero. Venía mucha gente de los pueblos de alrededor.
 Venían primero a comer, se quedaban un rato al baile, 1 o 2 de la mañana y después se iban. Después venía los más jóvenes.
 Cuando la gente estaba comiendo el postre ya arrancaba el baile.
A demás, los domingos a la madrugada, durante muchos años, era costumbre que la gente que salía de los boliches, a las 5 o 6 de la mañana, llegaran a comer.
  Entre los espectáculos también hubo rock, una vez trajiste a Juan Carlos Baglietto...
= Si, pero fue en el Club Juventud el 18 de enero de 1985. Esa vez metí apenas 300 personas y estaba Daniel Grinbank que había venido a cobrar. Pero también he traído espectáculos para gente querida, Como Los Ángeles Negros que me lo pidió Antoñito Duran, que era fanático y que cantó una canción con ellos. O a Fernando de Madariaga, que me lo pidió mi mujer.

 Han pasado seis años del cierre definitivo de La Cantina y no es casualidad que el lugar donde se reunía tanta gente -y tan variada- para pasar un buen momento, haya desaparecido luego de largos años de regresión social, económica y laboral de nuestro pueblo y del país.







 Desde el comienzo la elección de reinas fue un clásico de cantina El Ancla.





 Mozos y personal de cocina.







 Juan Bilós junto a Miguel Angel Cuello campeón de box y personal de seguridad de La Cantina.




 Elba y Juan Bilós, iniciadores de cantina El Ancla.







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