domingo, 17 de marzo de 2013

José Vargas.

Publicado en "Acercar a la Gente" Nº 65 del 22/02/2006 
 
 Su vida y el "Hotel Central" de antaño.
 
  Nació en Tostado, provincia de Santa Fe, donde vivió hasta los 11 años cuando tras el fallecimiento de su madre, su padre lo dejó a cargo de unos tíos en Fray Luis Beltrán para irse a trabajar a Buenos Aires. Allí iba a la escuela y trabajaba en el reparto de carne hasta que, un año después, se fue a vivir a Rosario, a trabajar de canillita para un kiosquero conocido de su padre.
 Relata que estuvo unos 16 meses pasando una vida difícil. "Vivía en una casa con el dueño del kiosco y otro muchacho, pero no tenía cama, dormía en un sillón; yo quería salir de Rosario porque no me gustaba, era sacrificado, comía de vez en cuando, mi almuerzo era un remo, leche con chocolate..."
 Durante los '80 conocimos a José Vargas por sus programas radiales de música y lectura. Pero no era nuevo en la localidad, porque varios años antes había estado viviendo mucho tiempo en Santa Isabel.
Los invitamos a compartir una nueva historia de vida que, como es costumbre en este espacio, las vivencias se mezclan con las historias de nuestra localidad.

 ¿ Como llega a Santa Isabel?
=Estando en Rosario un día un hombre, al que siempre le llevaba el diario, me ofreció ir a otro lugar. "Cuando yo viaje te aviso”, me dijo, y al poco tiempo me habló de un hotel en Santa Isabel donde necesitaban gente para trabajar en la cocina. Así que acepté la oferta y me vine en el colectivo de un tal Ventura, que era de Cañás. Yo tenía 12 años, eso sería en 1931.
 ¿Quienes eran los dueños del hotel?
=Eran Aurelio, un rumano, cocinero profesional, y Dafara, italiano, que puso la plata para el negocio cuando en Buenos Aires se asociaron para instalar un hotel en el interior.
 ¿Como fue su trabajo allí?
=Habré trabajado dos o tres días en la cocina porque Aurelio me puso a hacer los mandados y otras cosas. A él le gustaba el jardín, las flores, todo lo que sea naturaleza, mientras que el italiano no quería saber nada de todo eso. Así que yo era el encargado, por ejemplo, de comprarle en lo de Pietrobón las plantas, en un vivero que había en el chalet donde ahora está la escuela Nº 214. Debido a eso yo podía dormir un poco más, pero me fue enseñando a ser mozo, que fue el trabajo que más hice.
El hotel estaba en la esquina de Santa Fe y Sarmiento, en lo que después fue Alianak y Gioni, y ahora es "La Fachada". Pero esta gente hizo construir el Hotel Central, de Santa Fe y San Martín que terminaron en 1936, más o menos. Un hotel lindo pero que tenía la dificultad de no tener baños individuales, por eso a veces la gente retaceaba quedarse, aunque empezó a trabajar muchísimo. Venían muchos a almorzar o cenar, la mayoría viajantes. En aquel entonces en el campo se hacían chorizos, longanizas, todo tipo de fiambres, salamines a la grasa, jamones... A todo eso les hacían una muy buena presentación y la gente, especialmente los que venían de Buenos Aires, se volvían locos.
Yo salía muy poco porque siempre estaba trabajando; muchas veces, cuando ya eran las 11 de la noche, llegaba algún cliente retrasado y se quedaba hasta la una de la mañana, y lo tenía que atender. Después tuve más tiempo para salir, que fue cuando conocí a mi esposa Amelia.
 ¿Cuando dejó de trabajar en el Hotel Central?
=Pasó que Aurelio, el que sabía cómo manejar el hotel, se murió. Dafara, junto a una hermana de unos 60 años, decidió seguir y empezó a traer cocineros de Rosario, pero para el cliente ya no era como antes, porque estos no ponían las ganas que sí ponía Aurelio, además de hacer un gasto mayor. Así, la clientela fue mermando hasta que el italiano decidió vender, aunque no lo hizo enseguida.
En ese tiempo mi padre me ofreció un trabajo en el norte de Santa Fe, en un desmonte de Santa Margarita, departamento 9 de Julio. Trabajé en el hotel de ese lugar dos años. A las 10 de la noche ya no había luz, eran unas dos manzanas donde estaba todo el comercio y después, alrededor, gente muy pobre. Ahí todavía estaban compañías que se manejaban como La Forestal, a la gente le pagaba con vales... Se iban a trabajar cuando todavía estaba oscuro y volvían de noche. Y cuando había baile se gastaban lo poco que habían ganado. Todo era una gran pobreza.
Después, durante unos seis meses, hice el mismo trabajo en Tostado, pero me volví al Hotel Central de Santa Isabel; tenía 22 años.
 ¿Cómo estaban las cosas por el hotel?
=No andaban bien, la gente muchas veces protestaba por la comida, y un día Dafara me dijo, “mirá José, de ahora en adelante al que te proteste decile que se vaya". Es que muchos protestaban por cualquier cosa, y había un tipo que me tenía mal; siempre venía tarde y me prepoteaba; así que una noche le dije al dueño, y entonces fue y lo echó.
Cuando tenía 24 años, con mi mujer decidimos casarnos, hasta ese tiempo yo había vivido en el hotel. Un día recibí la carta de un primo mío, que era sub jefe de armería en el Batallón de Arsenales en Fray Luis Beltrán, diciéndome que había un trabajo para mí con un buen sueldo, por eso dejé definitivamente el hotel y nos fuimos a vivir allá. Unos años después, en 1948, el Hotel Central pasó a manos de Basignani.
 ¿Qué me puede decir del nuevo trabajo? 
=Cuando fui había una orden de no tomar más personal. Me quedé sin trabajo, así que pasé a ser pintor de casas como empleado, lo que seguí haciendo aún cuando finalmente entré, pero reparando armamento, con un sueldo bastante bajo. También trabajaba en una fábrica de azul para blanquear ropa que había puesto mi primo, pero que se fundió.
Después de unos 6 años me pasaron al taller de galvanoplastía. Ese era un trabajo diferente, trabajaba 6 horas por ser insalubre. Ponía las piezas de metal, de armas o de vehículos, en los baños de niquelado, bronceado, cromado, etc. También hacía el empavonado, eran trabajos con varios pasos hasta lograr lo que se buscaba, y que me gustaba porque me permitía escuchar música con tranquilidad. En 1979 me jubilé y volvimos a Santa Isabel.
 Siempre le gustó la música...
=La música y la lectura. A pesar de haber llegado hasta 5º grado, la lectura me permitió adquirir conocimientos. Cuando uno lee, se concentra, siente y asimila. Así viaja por todo el mundo.
 Ahora, además se ha volcado a la religión...
=Después de la muerte de mi esposa decidí vivir solo, pero no me sentía bien. Por eso una amiga me acercó a la religión que me cambió la vida para bien, soy otra persona.
 ¿Cómo ve a los jóvenes?
=A veces la juventud está apagada. Acá hay algunos jóvenes que hacen algo, pero la juventud debería ayudar más a la gente pobre, no solamente con plata, ¿qué hacemos con que usted me de hoy de comer si mañana me ve en la calle y me ignora?. La gente necesita amor. En este momento, en que el pueblo está queriendo desprender, mejorar, los chicos deberían tratar de aprender oficios como carpintería, electricidad, etc. Eso es lo que falló en la Argentina, la falta de gente capacitada.
 
 

"El eterno". Nelso Omar Jurado.

Publicado en "Acercar a la Gente" Nº 66 del 21/09/2006 
 Ex futbolista, animador de fiestas, músico, empleado y ahora comerciante. Nos cuenta parte de su intensa vida.
 Dialogamos con Nelso Omar Jurado, el "Negro Jurado", como se lo conoce comúnmente o, como alguien le puso alguna vez, el "Eterno".
Ex futbolista, animador de fiestas, músico, empleado y ahora comerciante, a los 70 años, el Negro nos cuenta parte de su intensa vida en estas cuestiones.

Comencemos por su niñez. ¿Donde nació?
= En María Teresa, pero vine a los tres años, yo pertenezco a Santa Isabel. Cuando yo era chico, mi papá entró a trabajar en la estancia La Lyda cuidando animales para llevar a exposiciones y cuando empecé la escuela ya me quedé en el pueblo, en una pensión que era de la Viuda de Aldabe. Mis viejos venían todos los días. Hice hasta 6º grado, y me fui a Venado Tuerto a estudiar en el colegio Sagrado Corazón, donde me recibí de perito mercantil.
Y volvió al pueblo...
=Estuve un año trabajando de pintor con el padre de Edy, mi mujer, porque no había trabajo de oficina. Trabajaba en el ferrocarril también, como ayudante en el mantenimiento de las máquinas, estaban Miguel Cugnoflis, Gabriel, Valentín Lamelza, había mucha gente, como 15 o 16 personas.
¿Cuando empezó a jugar al fútbol?
= A los 8 años en un equipo infantil de Juventud y cuando estaba en el Sagrado Corazón yo ya jugaba. En esa época no estaban las inferiores, acá se empezaba a jugar en la Segunda, y después pasabas a la primera.
En la época de la primaria yo ya era muy amigo de Aldo Vanni, ibamos juntos a la escuela y practicábamos en la cancha vieja de Belgrano, todos los días meta fútbol. Pero me fiché para Juventud, porque mi viejo era de Juventud y trabajaban con él, en la estancia, tres o cuatro muchachos que jugaban para Juventud. Aldo Vanni siempre me cargaba por esto.
Yo entré directamente en Primera a los 16 años, junto con "Beto" Benedetto y el "Zurdo" Pierani, fue en el '50. Empecé a jugar en primera y no largué más. Hubo dos años en la cual Juventud, no se por qué motivo no participó en la Liga Venadense, por eso Sportman me pidió a préstamo. Allí jugué dos años de los cuales en un año salí campeón, jugaban el "Gallego" Fassio, Martinelli, Zanotti, "Coquito" Sampietro....
¿Volvió a Juventud Unida?
=Si, en 1958 ganamos en la Fiesta del Fútbol, en la que participaron todos los equipos de la Liga Venadense y en 1959 salimos campeones. El campeonato terminó en el 60 porque las finales se jugaron en marzo.
También participamos en la copa de Iriarte en la que participaron cuadros de Junin o Chacabuco. Juventud iba reforzado, de acá fue el Negro Ribas y otros jugadores de Belgrano. Me acuerdo que una vez vino Carlitos Chabaño, que había jugado en Belgrano y estaba en Mexico, y cuando vino lo llevaron a este torneo.
¿Cuál era su puesto?
=Jugaba de 9, pero ahora se habla mucho de carrilero, de volante de ataque, de volante de contención. Antes, estaban los wing, los centrofoward, un 6. Y cuando atacaban, atacaban los cinco, era un juego distinto. Yo no era de los que se quedan estáticos, andaba por todos lados, por eso salí goleador. En el '59 le ganamos a San Martín de Chovet en la final, jugamos tres partidos. El primero 4 a 4, el segundo 2 a 2 y al tercero lo ganamos 3 a 2.
¿Cómo eran los clásicos?
= Existía eso de no pisar uno u otro club, pero ahora se ha progresado muchísimo, aunque la rivalidad futbolística siempre existió. Antes, cuando yo era chico, cuando Juventud salió campeón en el '43, había un grupo de mujeres de Belgrano y otro de Juventud que se trenzaban a las puteadas y algunas veces se iban a las manos. Yo era chico y me acuerdo de eso...
¿Cómo es esa historia de cuando lo vinieron a buscar en avión?
= En el campeonato del '59 yo fuí goleador de la Liga. Mi viejo trabajaba en La Lyda y el administrador de la estancia, un tal Olivero, que vivía en Buenos Aires había jugado para Argentino de Las Parejas, en la Liga de Cañada de Gómez. Estaba en la comisión de River y me había querido llevar a las inferiores, pero mi papá no quiso.
Y mirá lo que son las casualidades, en el 59 se lesionó el 9 que ellos tenían en Argentinos, y este Olivero, que siempre iba a Las Parejas les hablo de mí, "no tienen que ir a verlo jugar, vayan a buscarlo que va a venir", les dijo.
Y ahí llegó el avión...
= Habrá sido marzo de 1960. Un día, a eso de las 4 de la tarde empezó a dar vueltas un avión. Yo estaba en la casa de mis viejos, en el pueblo. El avión aterrizó en el campo de Mancini, detrás de lo que es ahora la Cooperativa Agropecuaria y hasta casa los trajo el taxi de Berolo. Se bajaron dos tipos y los atendí yo. "Venimos en busca de Jurado". Sí, quien ¿mi papá o yo? "No, no, el que juega al fútbol, venimos de parte del Sr. Olivero para que nos ponga en contacto con el presidente o secretario del club porque queremos que venga a jugar a Las Parejas, tiene que ser ya porque a las 7 y media cierra el libro de pases ".
Me bañé y salimos. Fuimos a lo de Sunde, el presidente, y fuimos a ver a Lantaret, y ellos decidieron no negarme el pase. Así que salimos en el avión y llegamos a las 7 y cuarto a Cañada de Gómez. Entramos nosotros a la sede de la Liga y cerraron las puertas. Ni ropa había llevado!
Esa noche comimos un asado con todos los del equipo que eran casi todos de afuera, muchos de Rosario, el otro club es Atlético, en esa época y ahora ponían mucha plata y había mucha rivalidad. Esa noche fuimos al club a comer un asado con los otros muchachos, y antes de las 11.00, nos llevaron a dormir. Al otro día era el partido, y yo jugué sin que nadie me hubiera visto hacerlo. En ese partido hice dos goles en Villa Eloísa y quedaron todos contentos.
En las Parejas estuve unos cinco años, porque después me casé y estuvimos un año y medio más viviendo allá.
¿En ese club tenía un buen sueldo?
=Esa fue otra sorpresa que me llevé. Porque acá yo nunca cobré ni quise cobrar, yo jugaba porque sentía amor a la camiseta. Y después de ese primer partido, cuando estábamos en el vestuario llegó el secretario con un sobre para cada uno. Yo no lo podía creer, eran 70 pesos de esa época, que para mí era un platal! Y te cumplían rigurosamente.
En ese tiempo que estuve no se ganaron campeonatos pero siempre andábamos medios entreverados. Los clásicos eran más bravos que los de acá, y ahora también.
Ellos me habían conseguido trabajo y estuve en las oficinas de varias fábricas.
¿Lo expulsaron alguna vez de la cancha?
= Una sola vez. Acá, en la cancha de Juventud. Yo se que estuve mal, pero por ahí da que pensar. Jugábamos con Independiente y ganábamos fácil, porque Independiente no tenía nada en ese tiempo. Y había un muchacho, Santich, un grandote, que me había pegado tantas patadas! Me marcaba y no me lo podía sacar de encima. Vos sabés que me chorreaba sangre, porque en esa época no usábamos canilleras, yo jugaba con las medias caídas, hasta que en una de esas me volvió a pegar y se cayó. Y cuando quedó en el suelo, me di vuelta y le pegué una patada en la espalda. Me echaron de la cancha.
Santich me tiró cincuenta mil trompadas, decí que se metieron los otros y no me pudo pegar ninguna. Después nos hicimos amigos y cuando nos encontramos nos acordamos de eso.
¿Se ha quedado con alguna bronca por cosas como estas? 
=Nunca le he guardado rencor a ninguno. He tenido grandes rivales. En Belgrano jugaba el "Beto" Cohego y hemos sido muy amigos, con "Tito" Pellegrini o con Nello Astolfi, que pegaban, pero no porque eran malintencionados, sino porque el físico los llevaba a pegar. porque ponían el corazón en la cancha. Y sin embargo siempre fuimos amigos, igual que con otros.
¿Cómo fue la vuelta a Santa Isabel?
=El día que teníamos que partir teníamos las cosas cargadas y no sabíamos si venirnos o quedarnos. El motivo era que Edy estaba embarazada de nuestro primer hijo, nuestros padres nos querían acá, ya me habían conseguido trabajo en la Cooperativa Unión y Fuerza. Así que nos vinimos, entre a trabajar en la cooperativa y estuve 39 años hasta que me jubilé .

¿Cómo llega a vincularse con la música y la locución?
=Yo era muy amigo de Freto Angeleri, del Negro Ribas, de mucha gente de Belgrano. Y para una fiesta de aniversario del Club Belgrano, en 1973, Freto me dice: "Negro, a vos que te gusta la payasada, por qué no hacés algo para presentar en la fiesta, algún número". Y bueno, se lo comenté a Nancy Parodi y a Eduardo Rasello, los dos tocaban la guitarra. Nancy le dijo a Analía Tocchetti que también se entusiasmó y, como nos faltaba una primera guitarra, hable con Carlitos Iglina de Villa Cañás y aceptó. Comenzamos a ensayar en la Sociedad Italiana, hicimos unos cuantos temas y debutamos esa noche con el nombre de Los Arrieros.
Después de eso actuamos en Villa Cañás y en Venado Tuerto, y nos entusiasmamos, por eso me puse en contacto con los organizadores del festival de Cosquín. Nos pidieron algunos datos, una grabación y otros requisitos, y como teníamos todo, fuimos aceptados y tocamos en el escenario mayor, en la semana anterior al festival mayor de Cosquín. La plaza estaba llena de gente, nos aplaudieron y todo!.
¿Por qué le dicen "El Eterno"?
= Me lo puso Adrián Giacardi, cosa de muchachos. Porque tenía un montón de años y jugaba al fútbol con los chicos, yo jugué hasta los 63 años en los Señors, cuando los otros andaban por los 40 o 45. Está bien que no hacía mucho, pero me defendía.
También se dedicó al periodismo...
=Si, yo trabajaba en la cooperativa y a la vez tenía un programa en O.P.S.I., cuando era circuito cerrado, de doce a doce y media, que se llamaba "Jurado y sus Noticias". Todos los días llevaba gente para charlar y reportear. Era muy escuchado porque a la gente le gusta saber las cosas que pasan en el pueblo. Y en ese tiempo no había tanta televisión como ahora, por eso se escuchaba mucho.
Y ahora se sigue dedicando a estas cosas?
=No. Ahora no estoy en esos temas, solo para cantar algo en algún asado, para divertirse, para pasar el tiempo. Hay que dejar el paso a los jóvenes, aunque no me siento viejo, eh?. Yo tengo 70 años pero trato de actualizarme. No te voy a decir que me quiero hacer el joven, pero tampoco quiero quedarme atrás, que intervenís en una conversación y no sabés que decir.
Por su trabajo en la cooperativa y ahora, dedicado a la venta de maquinarias conoce bien a la gente de campo y su trabajo. ¿Cual es su opinión?
= Según mi punto de vista hay que darse cuenta de que si los chacareros ganan plata le van a dar trabajo, indirectamente a mucha gente. Cuando compran una camioneta le están dando de ganar a la agencia, al que fabrica, al que vende, a los obreros, a todo el mundo.
Por otra parte te puedo decir que el problema de nuestra zona es que estamos rodeados de estancias, no han quedado más colonos en las estancias y además, muchos vendieron el campo que tenían. Pero hay lugares, no muy lejos, en la zona de Chovet, por ejemplo, en los que todavía hay muchas chacras habitadas, son como las de antes, con sus animales y todo, pero con las comodidades actuales.
Un balance de su vida...
= Yo creo que la vida ha sido para mi muy buena porque gracias a Dios tengo unos buenos hijos, mi mujer, mis nueras, ahora tengo cuatro nietas... El balance es positivo.
Son etapas, jugué primero al fútbol, cuando se terminó esa etapa anduve con la música, con la orquesta de Cuarteto Impacto. Con mi esposa vamos a todos lados... Eso si, no tengo plata, pero no me interesa ese tema, sí vivir bien, con salud y con la familia bien.


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Entre historias y trabajo.

Publicado en "Acercar a la Gente" Nº 67 del 05/05/2006
 Yolanda y Alberto Tavani nos atienden en su negocio de tejidos. Llegamos hasta allí atraídos por la curiosidad, para conocer sobre los orígenes de este trabajo que realiza este matrimonio desde hace más de seis décadas en Santa Isabel y para conocer historias del comienzo de nuestro pueblo que sabemos nos van a contar.

Yolanda y Alberto Tavani nos atienden en su negocio de tejidos que manejan en su propia casa de Irigoyen 861. Llegamos hasta allí atraídos por la curiosidad, para conocer sobre los orígenes de este trabajo que realiza este matrimonio desde hace más de seis décadas en Santa Isabel y para conocer historias del comienzo de nuestro pueblo que sabemos nos van a contar.

Alberto comienza con la de su familia, la de sus padres, que vivían aquí cuando Santa Isabel aun no había nacido:

=Mi padre nació en Italia y fue a trabajar a Brasil. Al lado de ellos estaba Joaquín Polverini y su esposa, que tenían una hija que se llamaba Santa. Los dos trabajaban juntos, y se miraron, se miraron, hasta que se casaron. Eso fue en el Brasil. Mi papá se llamaba José, y allá nació Alejandro Tavani. Después se vinieron a la Argentina, a Teodelina, y de Teodelina vinieron a Santa Isabel.
Ellos estuvieron antes de que se hiciera el pueblo, frente a la estación del ferrocarril (la vieja), en la esquina del campo de Las Dos Hermanas (Santa Fe y Francia). Había un almacencito, que era de Goría, Bautista y Marini. La gente venía de Villa Cañás o de Teodelina en sulki, en breque o de a caballo; iban a Melincué a pagar los impuestos, porque por acá no se cobraba nada. Entonces paraban ahí y le pedían a mi mamá una comida, una taza de mate, o un churrasquito. Y mi papá les largaba el caballo en el corral, le daba un poco de pasto y agua y, cuando terminaban, les agarraba el caballo y se iban. Y a la vuelta, volvían a hacer lo mismo.
O sea que ellos estuvieron cuando se realizó el remate que dio origen al pueblo...
= Si. El martillero de Devoto remataba los campos y mi papá le llevaba el mapa y los portafolios.
La gente quería ver donde estaba el terreno que iban a comprar. No había ninguna demarcación, nada, estaba lleno de yuyos, y mi papá los llevaba al lugar. Me acuerdo que cuando yo era chico, y ya habían pasado varios años del remate, amigos de mi padre venían a retarlo porque no les gustaba el terreno que habían comprado. Con el yuyal que había en el momento en que se hizo el remate, qué sabían si un terreno era bajo o no! Claro, cuando cortaron los yuyos, llovía y por ahí veían que se formaba una lagunita, y venían a retarlo al viejo! Qué sabía yo, decía, si estaba lleno de yuyos.
¿Qué trabajos hizo su padre?
= Él era albañil. Trabajó en la construcción de la iglesia de Melincué y en la de la alcaidía. Allá murió una hermanita de 6 meses. Mis hermanos eran Alejandro, que nació en Brasil, después Margarita, Marcelina, Edmundo, Pedro, yo, Teresa y la Ida. Criaron 11 hijos.
¿También fue campesino?
= Compró una quinta, pasando el cementerio, cuando termina la calle, después de varios años de que se había fundado el pueblo. Cuando Devoto remató otra vez, que ya se iva del pueblo la compañía, le quisieron dar el campo en el que después estuvo Dall'Ochio. Dijo, ¿si no tengo un caballo, con que lo voy a arar?
Después de unos años compró 20 hectáreas y un caballo, y con el arado de mano, el de mancera, araba la quinta. ¡Mirá vos!, ¡y ahora, las máquinas que hay!
Ahora trabaja menos gente en el campo...
= Mirá gringuito, la Biblia dice que va a haber una miseria espantosa por culpa de la misma gente, por el gran adelanto y la capacitación que tiene, que van a hacer cosas que sacan el trabajo a la gente. En el correo, en el banco, ¿cuantos había?
Yo ahora, pido el hilo por teléfono, después me voy al banco y les hago una transferencia. Cuando vengo a casa llamo a la fábrica y ellos comprueban que ya está depositado. Antes tenías que hacer el cheque, el sobre, la carta, y pagar el envío por correspondencia con aviso de retorno. Ahora ya no se hace todo eso.
Cuentan que su papá era un hombre de carácter fuerte, muy especial...
= Tuvo que criar a 11 hijos,¿ es fácil criar chicos?...
Él, hacía cosas que hoy nadie hace. Por ejemplo, en dos o tres oportunidades se fue caminando a Villa Cañás. ¿Hoy quién lo hace?
Te cuento también que cuando hicieron el mástil de la plaza, en 1935, papá hizo un cajoncito de cemento en el que pusieron todas las firmas de las autoridades y de los que trabajaban, y pusieron plata de 1 peso hasta 100, por si pasaba algo, y ahí está, en algún lugar de la base.

Por su parte Yolanda, "Yoli", nos habla brevemente de su familia, de los Arona, de cuando llegaron a la Argentina:

= Mis abuelos vinieron de Italia y compraron 1000 hectáreas en Luján, pero como el campo en ese entonces se inundaba, las vendieron y compraron 500 hectáreas acá, en la zona de Santa Lucía. Mi papá era el más grande de los hermanos y en 1910, más o menos, compró a Devoto una chacra que está cerca de la laguna de Raimondi (El Aljibe) Después, con el tiempo las distintas partes de la herencia se fueron vendiendo.

Cuéntenos, Alberto, como llegan Uds. a dedicarse al negocio textil.
= Yo, cuando tenía 13 o 14 años manejaba un camión, de esos con bigotes, que era de Mateljan.
Mateljan era cerealista y tenía el negocio en la esquina de lo que es ahora el Club Juventud, era una casa grande, compraba y vendía cereal.
Antes se cortaba el trigo y se ataba. Después se amontonaba y se emparvaba y después iba la máquina y lo trillaba. Por eso había tanto trabajo. Ahora las máquinas agarran 20 metros y al lado está el camión cargando.
Y yo hacía viajes del campo a la estación Otto Bemberg llevando el cereal en bolsas.
Después, cuando ya tenía 17 o 18 años, me entusiasmé con un camión nuevo que vendía Garabano, en Villa Cañás. El primer camión con cabina de lujo que vino a Santa Isabel, fue el mío, que me lo regaló mi papá. Un Ford cuatro cilindros. Después de un tiempito me gustó un Chevrolet que tenía más fuerza y que cargaba más, que también compramos en Villa Cañás.
Con estos camiones llevaba cereal a Rosario. Íbamos por caminos de tierra, se pasaba Melincué hasta Chabás. Ahí empezaba el asfalto, y justo en la entrada había un boliche donde parábamos cuando iba con mi papá. Él se tomaba una o dos cervezas, pero yo no, porque nunca me gustó.
Iba al puerto de Rosario, levábamos el cereal en bolsas y se descargaba todo a mano. Muchos decía que no era para mi ese trabajo, pero a mi me gustaba, cargaban las bolsas y yo las acomodaba en el camión. Y en Otto Bemberg, cuando se descargaba del camión y las cargaban en los vagones del ferrocarril, ahí tenía que descargarlas uno.
En Rosario, a veces había una cola de varias cuadras y yo miraba los camiones de todas partes. Una vez vi un International importado de norteamérica y le pregunté al dueño donde lo había comprado. Me dijo que en Junín, entonces cuando vine lo hable con papá.
¿Quien lo vende? Fulano de tal en Junín. El sábado vamos a comprarlo, me dijo. Fuimos y me vine con el camión nuevo. Cuando vino la guerra, no se fabricaban repuestos acá ni podían traerlos, entonces los colectiveros que tenían esa marca fueron al sindicato a preguntar quien tenía el camión mejor equipado. Alberto Tavani les dijeron. Me lo pagaron el doble de lo que pagué cuando lo compré, porque lo usaron para repuestos.
¿Ahí termina su vida de camionero y comienza otra?
= Si. Mi hermano Edmundo estaba estudiando violín en Buenos Aires y lo fui a visitar. Él me aconsejó dedicarme a la fabricación de medias porque conocía a amigos que hacían ese trabajo. Y me compré una máquina.
Después quería comprar otro camión más grande, pero Yoli me dijo que compremos más máquinas, y que trabajemos juntos. Y acepté, ¡y todas las máquinas que llegamos a tener! Tuvimos como 20 chicas trabajando.
Más adelante comenzamos a comprar máquinas para tejer, para hacer prendas, con las que se necesitaba menos gente para trabajar.
Ahora, mi sobrina Silvana, sigue haciendo medias por encargo. Porque Edmundo, después dejó de estudiar violín, se casó y puso también un tallercito en Santa Isabel. Ellos llegaron a fabricarles medias a Los Pumas y a Vilas.
Quienes han sido sus clientes de medias y pulloveres? 
Yoli= Nosotros siempre vendimos en Venado Tuerto. Teníamos unas 6 tiendas que nos compraban. Era tanto el trabajo que cuando se iban las chicas nosotros seguíamos tejiendo hasta las 11 de la noche, porque teníamos muchos pedidos.
Ahora seguimos vendiendo, pero ya somos viejos los dos y trabajamos menos.
Alberto = Yo ya cumplí 92 años, si sabés quien quiere comprar un tallercito, se lo vendo.
Ya no quiero trabajar más... Te parece poco a vos?
Yo nací en el campo. Cuando nos casamos nos quedamos dos o tres meses allá y después compré esta casa y nos vinimos. Después con la plata del camión agrandamos y compranos las máquinas. Y siempre trabajando.
Yoli estudió de modista de chica, y ella por ejemplo te toma el contorno, de acuerdo al contorno tiene que anotar cuantas agujas pone en la máquina, te dice cuanto largo tenés que tejer.
Yoli = Y hay que tener mucha memoria, yo llevo todo en la cabeza.
Ahora estamos trabajando tres tardes por semana nada más. Si fuéramos a vender a Venado como antes no daríamos a basta. Nosotros se lo hacemos a la gente que nos pide.
También hemos vendido algo en Buenos Aires y en La Plata, ahí vendía mi nuera.
En Buenos Aires le vendimos a Gat & Chávez y también a Harrod's.
Alberto = Una vez, en Gat & Cháves, me encargaron tantas prendas que no podíamos abastecerlos, así que no fui más porque no iba a poder cumplir.
¿Desde cuando fabrican tejidos?
Yoli =A los pulloveres estamos trabajandolos desde el año '55. Durante un tiempo seguimos con las dos cosas. Teníamos 10 chicas de medias y las de pulloveres. Nosotros dejamos las medias en el año '60.

El orgullo aflora en las cara de ambos cuando deciden hablar de su hijo Eduardo. No es para menos, tienen mucho y bueno para exhibir de él

Yoli = Cuando terminó la escuela secundaria, a los 17 años, entró a estudiar en la facultad de La Plata. Porque para estudiar la carrera que el quería no había en Rosario, había en Santa Fe; y como nosotros ibamos seguido a Buenos Aires, se inscribió en la Plata donde estudió Ingeniería química. Es ingeniero, investigador, científico...

Y muestran infinidad de diplomas de todas partes del mundo que lucen su nombre en letras refinadas, mientras remata Alberto con emoción:
= El va a otros países con sus colegas, a abrir distintos congresos, pero esté donde esté, en cualquier parte del mundo, después de las 9 de la noche nos habla por teléfono, todos los días.
 
 1950 aproximadamente: Alberto y Eduardo Tavani (izq.), Yoli (segunda a la derecha) y empleadas junto a las máquinas de fabricar medias.




 
*


 

Club Belgrano. 90 años en azul y rojo.

Publicado en "Acercar a la Gente" Nº 68 del 12/06/2006
 Este 18 de junio de 2006 se cumplen 90 años de aquella primera reunión de jóvenes isabelenses que dieron nacimiento a lo que hoy es el Círculo Social y Deportivo General Belgrano, . Intentar reflejar en este espacio tantos hechos, tanta gente, tantos momentos, tanta trayectoria dentro de la sociedad isabelense, es tarea imposible. Solo será una breve reseña con los hitos fundamentales en el devenir de lo tiempos. 

Fundación:
 En junio de 1916, 8 años después de nacido el pueblo, un grupo de jóvenes fundaron un club dedicado a la práctica del fútbol, el Belgrano Foot Ball Club. Tiempo en que el juego ingles se afianzaba en la popularidad mundial y en el que en Santa Isabel sobraban los baldíos para improvisar canchas y dar rienda suelta a la práctica deportiva. El 1º de enero de 1917 se redactó la primer acta. Allí se habla de la consolidación de la institución y se resume la historia diciendo: " A mediados del próximo año pasado un grupo de jóvenes entusiastas footballistas se reunieron en este pueblo con el objeto de hacer lo posible para poder principiar a practicar el deporte de football, a cuyo fin se llegó formando provisionalmente el club que lleva por título el apellido del ilustre patriota argentino Don Manuel Belgrano, en esta forma Belgrano Football Club.  Dice además que se había formado una comisión directiva provisional que lleva como presidente a Francisco Perna (h), Vicepresidente Carlos Steopovich (sic), Secretario Carmelo Carrea, Tesorero, Alberto Poch y Capitán Ernesto Di Battista.  Se transcribe un inventario que detalla todos los elementos con que contaba la institución: dos arcos, un pito, una lezna, dos pelotas usadas, un inflador, un pomo solución, un sello, una almohadilla tinta, un reglamento, una caja tipos, un talonario de recibos, papel y sobres.
 Se agrega sobre el Club que "en estos últimos meses empezó a decaer, quedando casi desorganizado, en vista de lo cual varios jóvenes que recién habían entrado de socios resolvieron , con la conformidad de los demás, que se fundase de nuevo el Club y que se designase una nueva Comisió Directiva. La misma estuvo constituida por: Presidente: Juan Paulina, Secretario: Alberto Poch, Tesorero: Hugo Severini y Capitan: Ernesto Di Battista. También firmaban Héctor Severini, Vicente Paresi, Carlos Di Battista, Antonio Dedominici. Toda gente muy joven, el presidente, por ejemplo, tenía 19 años.
Instalaciones:
 Desde el comienzo se trabajó en procura de las instalaciones para desarrollar el deporte y las actividades sociales o institucionales. La primera casa del Club Belgrano fue una habitación del domicilio de la Sra de Paulini, (hoy transporte Dante) Santa Fe 927, luego se trasladó a la que ahora es Farmacia Miculán, Belgrano 1118.Posteriormente la Secretaría se ubicó en lo que es Rectificadora Fassi, San Martín 1150, luego estuvo un tiempo en Belgrano 1169 y pasó después a Santa Fe 1076, hoy Transporte Ruta Joven. Después se ubicó en un local que pertenece a la Cooperativa Unión y Fuerza, en Sarmiento 1240, aproximadamente, hasta recalar en la actual sede de Gral. López 965, aún antes de que esa propiedad fuera del Club. La antigua construcción fue derribada y en los '60 se construyó el actual edificio que ha sido reformado en varias oportunidades. En lo que era el patio se construyó una cancha de básquet y pelota a paleta que luego fue techada.

Canchas:
 Otra preocupación fue lograr las instalaciones para la práctica del fútbol. Al principio fueron simples baldíos con el agregado de los arcos y la marcaciones. Primeramente fue en un terreno de Santa Fe y 25 de Mayo, esquina Norte. Luego estuvo en 25 de Mayo al 1430 aproximadamente, después se mudó más al centro, a media cuadra de la plaza en José Ingenieros 862. De ahí pasó a la esquina Norte de Corrientes y Mitre, donde ahora es el Hogar de Niños.
 Finalmente, el 12 de abril de 1927 adquirió la manzana comprendida por las calles Sarmiento, Chaco, San Martín y Misiones, actualmente Barrio Fonavi (en la esquina de Misiones y Sarmiento aún se encuentra, convertidos en vivienda, lo que fueron los vestuarios y la entrada). Al finalizar la década del '60 se inauguró el actual estadio de calle España y Gral. López.


El Polideportivo:
 Luego de inaugurada la cancha de fútbol se dio paso a la construcción de lo que se llama el Polideportivo Manuel Boggio.  En 1970 se inauguró la pileta olímpica y detrás de ella vinieron, a través de los años, las instalaciones del bar y vivienda, las canchas de boley, básquet, paddle, tenis y los vestuarios y restaurante de "El Quincho".

Deportes:
 El fútbol es, desde el comienzo, ha sido la actividad deportiva más importante del Club. La primitiva camiseta de color celeste y blanco fue reemplazada, en los primeros años, por la actual azul y rojo. Belgrano ha sido siempre un gran animador de los campeonatos en los que participó y obtuvo, en 1930, el campeonato de la desaparecida Liga Regional del Sud. A fines de la década del '30 se comenzó con la práctica del básquet utilizandose, primeramente, las instalaciones que la Sociedad Italiana tenía en 9 de Julio y Gral. López, hasta que se construyeron las propias. La pelota a paleta es otro deporte tradicional, siendo esta la única cancha de la localidad desde hace más de 40 años.
 El tenis, el boley, paddle y la natación son otros de los deportes que se practican en la Institución. También el automovilismo tiene su capítulo con las carreras de Ford T que se realizaban en un sector de estancia Las Dos Hermanas o la del circuito de Fomento Vnadense en los ´70, sobre lo que luego fue el desvío de la ruta 94

Red-Belgrano:
 Así se denominó al grupo integrado por el Círculo Social y Deportivo General Belgrano, la Asociación Mutual del Club Belgrano y la Cooperativa de Servicios Públicos Belgrano Ltda. La Mutual, creada en 1984 ha sido un importante pilar económico de la institución. A pesar de algún altibajo, esta entidad se ha consolidado fuertemente lo que le permite ampliar las prestaciones a sus asociados, no solo en el rubro financiero, sino también en servicios como salud, seguros o turismo, representando a otras entidades, o el recientemente inaugurado panteón social. En poco tiempo se estima que se comenzará a construir las nuevas oficinas en calle Mitre al 1200. La Cooperativa Belgrano, creada en 2003 con objetivos muy amplios, hoy brinda a la comunidad el servicio de internet dial-up y banda ancha inalámbrica.

El Futuro:
 Dicho así, el transcurso de estos 90 años parecieran rápidos y fáciles. Sin embargo ha sido el tesón, el esfuerzo y la dedicación de miles de personas los que hicieron posible el potencial social y económico del Belgrano actual. Hoy sus dirigentes tienen la posibilidad de contribuir en forma sustancial al desarrollo de Santa Isabel. 


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Escuela 214 - La Fiesta de los 50.

Publicado en "Acercar a la Gente" Nº 69 del 12/07/2006
 
 El sábado 1º de julio de 2006 se realizaron los distintos eventos que estaban programados para festejar el 50ª Aniversario de la Escuela de Enseñanza Media Nº 214. En esta nota resumimos la vida del establecimiento escolar y repasamos los momentos inolvidables que dejó esa fecha cargada de sentimientos y recuerdos.

Un poco de historia
“Estábamos en un bar de Rosario", cuenta el farmacéuticos Humberto Albanesi, "era sábado por la noche y temábamos una cerveza junto a “Pipo”
Tabaco (hoy Ingeniero mecánico), teníamos veinte años y entre copa y copa nos preguntamos porque Santa Isabel no tiene una escuela secundaria, nosotros en cierta manera eramos privilegiados ya que pudimos cursar nuestros estudios en Venado Tuerto y luego pasar a la Universidad, pero la mayoría no lo podía hacer. Ese mismo domingo lo fuimos a ver al Sr. Alfredo Vázquez que había sido Jefe de Policía en el Departamento Gral López, vivía en Rosario y era persona influyente, Vázquez nos aconsejó que veamos a su hermano Justo que era Interventor en la Comuna de Santa Isabel y hacia allí partimos, llegamos al cruce de la ruta 8 y 94 a las 4 de la mañana y nos fuimos caminando hasta el pueblo, esperamos en la cuadra de una panadería a que se hicieran las 8 de la mañana y de allí nos fuimos a ver al Interventor que ya estaba avisado de que veníamos, le gusto la idea, citó a reunión para las dos de la tarde y con gente del pueblo comenzamos a trabajar e hicimos realidad la escuela.
Olda Nesprías, ex profesora de matemáticas y una de las organizadoras de la escuela cuenta: “Salimos por el pueblo y el campo a buscar alumnos, teníamos que juntar la mayor cantidad posible y pudimos inscribir a 38, luego dos desertaron y comenzaron las clases 36 jóvenes muy entusiasmados con la posibilidad que se les brindaba; la fecha de la primera clase fue un 1ro. de julio de 1956 en las instalaciones de la Escuela Nº 779”. El gobierno provincial de ese entonces permitió crear la escuela pero sin aportar sueldos para los docente, pero el primer grupo de profesores decidió trabajar gratis y por dos años lo hicieron así.
Por su parte, la actual Directora del establecimiento, la prof. Hebe María Celia Cazes de Cueto, informó que "la escuela se creó en 1956, en base a un proyecto imaginado por dos jóvenes de aquel entonces: Humberto Albanesi y Edgar Tabacco, ambos pensaban en lo importante y hermoso que sería que Santa Isabel tuviera una escuela de nivel secundario. En sus comienzos, funcionó en la actual escuela Nº 779, por suerte el establecimiento fue creciendo y, por supuesto, por aquello de que todo el mundo quiere casa propia, miembros de la Asociación Cooperadora, docentes, padres de alumnos, ex-alumnos y vecinos, comenzaron a realizar trámites para adquirir una propiedad..." "En la década del '70, se presentó la oportunidad y adquirieron una manzana completa en la que solo estaba edificado un chalet, se trataba de una quinta en la que su dueño, Pietrobom, cultivaba todo tipo de verduras y las comercializaba, Después, a esa propiedad adquirida por la cooperadora hubo que donarla a la Provincia de Santa Fe cumpliendo una disposición imperativa: Si queríamos tener la Escuela de Enseñanza Media Provincial, debíamos donar la propiedad a la provincia.

La actualidad
Con respecto al momento por el que atraviesa actualmente la escuela, la directora de la 214 dijo que "desde hace varios años, rondamos entre los 280/300 alumnos. Por la mañana funcionan en forma doble: 1º, 2º y 3º Año del Polimodal en Ciencias Naturales y Economía. Es decir que tenemos dos primeros, dos segundos y dos terceros. Por lar la tarde concurren los chicos de E.G.B. con tres octavos y dos novenos. También se cumplen las horas en contra turno. Es decir, la escuela funciona en forma continua." "Todos los años se construyen nuevas dependencias y todos los años se van necesitando más... Tenemos ocho aulas, un salón multiuso, un salón para archivo, un laboratorio muy bien dotado, una sala multimedia con nueve computadoras muy nuevas y cuatro baños..." "En estos momentos la Asociación Cooperadora está abocada a pintar todo el edificio.
En cuanto a los títulos que otorga informó que "por muchos años y hasta que se produjo la reforma otorgaba el título de Peritos Mercantiles, ahora, con los Polimodales, los estudiantes egresan con orientación en Ciencias Naturales y/o Economía."
Con respecto al personal comentó que "el plantel docente está bien, solo nos falta bibliotecaria, porque además de estar al servicio de estudiantes y docentes, la biblioteca funciona con carácter público y está abierta de 18:00 a 20:00 horas, para todo aquel que quiera concurrir a leer. La persona que actualmente desempeña esa tarea, es pagada por la Asoc. Cooperadora. También carecemos de laboratorista." "Las escuelas provinciales, están en desigualdad con las escuelas nacionales, nosotros con 300 alumnos contamos con un solo preceptor, yo soy directora única, no tenemos vicedirectora. Entro a las diez de la mañana y continúo hasta el fin de la jornada"."Quiero destacar, que tengo bien cubierta la Secretaría con tres personas, gente muy joven, activas y una lucidez asombrosa: Alejandra Risso (secretaria); Carina Agostinelli (prosecretaria) y Liliana Zarich de Tobío. Como personal de maestranza, contamos con una sola persona y además tenemos dos personas a cargo de la limpiez".

Lo que vendrá
En cuanta a los proyectos, la Sra Cueto dijo quepara la mitad de la manzana, que no posee construcción "tenemos planificado y nivelado el terreno para hacer, a cielo abierto, canchas de básquetbol y voleibol. Solo falta colocar el piso de cemento; esa es la otra patriada que tendremos que llevar a cabo cuando terminemos con la pintura.

El acto... Los recuerdos...
Con la presencia de autoridades educativas de la región y del gobierno local, el 1º de julio se realizó un acto protocolar en las instalaciones de la escuela para conmemorar el 50ª Aniversario.
En nombre de la primera promoción, de ex alumnos y de los actuales alumnos hablaron la Sra. Estrella Bendaham, María Rosa Chiapuzzi y Daiana Acosta respectivamente. Representando a los profesores lo hicieron Norma Olda Nesprías (Oldita) y Silvia Costas, mientra que por parte de los distintos directores lo hizo la prof. Ana Victoria Bendaham. También se escucharon las palabras de Miguel Bertrán, actual presidente de la Cooperadora Escolar.
A su turno, la actual directora, Hebe Cazes de Cueto se alegró al ver "tantas caras hermosas, de aquellos que fueron nuestros alumnos y hoy se encuentran al frente de importantes instituciones". La directora recordó la media ruta, las calles de tierra, el cruce conflictivo del monte y la posterior "asaña" que fue la adquisición de la casa propia y afirmó: "Yo les digo siempre a los alumnos, si observan un poco a la comunidad se darán cuenta de que todos los lugares importantes están a cargo de quienes fueron alumnos nuestros, entonces, si ellos tienen un saber claro, si ellos están con el conocimiento, están cumpliendo el camino de un futuro."
A la hora de los homenajes los Srs. Humberto Albanesi y Ehgar Tabaco -este último no se encontraba presente- fueron los primeros en ser mencionados por haber sido los impulsores de la escuela. También hubo un reconocimiento a los primeros profesores: Dr. Carlos Farr, Norma Nesprías de Angeleri, Alberto Armichiardi, Dr. Roberto Busto, Enrique Criado, José Luis Benedetti, Haydeé Martínez de Nesprías, Carlos Gavio, Héctor Nesprías, Elda Zoppi y Alfredo Vázquez.
Además recibieron un presente los primeros alumnos o sus familiares que, en 1956, comenzaron en 1er año: Ítalo Agostinelli, Nancy Margarita Alonso, Elena Amadio, Alberto Arias, Ana Maria Carolina Arona, Juan Jorge Baldessari, Estrella Bendahan, Aida Bocchino, Anita Boglic, Juan Atilio Borsato, Humberto Eduardo Carpi, Norberto Raul Colomba, Alicia Alcira Dall´Occhio, Raul Ricardo Dall´Occhio, Ana Maria Farache, José Francisco Ferro, Matilde Alicia Fiorito, Gladys Gallegani, Mario Kovacevic, Angel Osvaldo Laffi, Blanca Esther Mazza, Eduardo Miguel Mercé, Florinda Teresa Mistura, Ilda Monsalvo, Norma M. Piñol, Margarita Griselda Ponce, Roberto Rogelio Ponce, Mirtha Betriz Roca, Gladys M. Sforsini, Ida Alba Siarrusta, Juan Carlos Tasello, Licia Tazzioli, Nelva Nora Verolo y Anita Villalba.

También se entregaron recordatorios a los directores de la institución escolar o sus familiares por parte de la actual directora, la Sra. Cazes de Cueto: a Dr. Carlos Farr, Isabel Abarno, Héctor Nesprías , Carol Mitchell,
 Anita Boglic, Zulma Alech Risso, Ana Victoria Bendaham, Ana María Munge, Silvia Costas, José Benzaquen, María Teresa Richard y Zulma Delavalle. En cuanto a los secretarios fueron reconocidas los trabajos de Héctor Raúl Nesprías y Zulma Paulina con un presente entregado a los familiares del primero y a Zulma personalmente por parte de la Prosecretaria Ana Carina Agostinelli y la Secretaria actual Alejandra Risso, respectivamente. Hubo reconocimientos para Elsa Romero, portera de la escuela y para los presidentes de las sucesivas cooperadoras: Héctor Perna, Francisco Sunde, Manuel Balassone, Pedro Delavalle, Adolfo Amadio, Dr. Carlos Farr, Humberto Albanesi, Daniel Canal, Eduardo Mercé, Alfredo Urselay, Oscar Bassano, Alfredo Alech Risso, Juan Carlos Urselay, Beatriz Gieco de Palumbo, Ubaldo Carpi y Graciela Pérez.
Fue un momento para el recuerdo, los reconocimientos, las lágrimas emocionadas y el reencuentro.
Luego una comitiva se trasladó al cementerio local para recordar a todas los fallecidos que de una u otra manera pasaron por la escuela.

La gran Fiesta
Una noche verdaderamente inolvidable, colmada de alegría, diversión y reencuentros, se vivió el pasado sábado 1º de julio al realizarse la Cena del 50ª Aniversario de nuestra escuela en las instalaciones del Club Belgrano.
El clima de buena onda ya se palpaba en el ingreso a la fiesta cuando se iban produciendo los primeros reencuentros entre ex compañeros y antiguos profesores. La charla continuaba en las mesas dispuestas para la cena que fue servida impecablemente por el servicio de Bomberos Voluntarios de Santa Isabel.
Y después de algunas breves palabras y homenajes vino el infaltable "Feliz Cumpleaños" coreado por todos los presentes y precedido por la música para bailar sabiamente compaginada por "Dinchu" y "Peki" que rememoró todos los tiempos con los grandes hits de cada época.
El clima de algarabía era tal que la pista que se había dispuesto para el baile rápidamente quedó chica y se improvisó una nueva que abarcó toda la cancha de pelota a paleta del club. Los más de 700 asistentes a esta fiesta sin igual estuvieron bailando hasta el amanecer del domingo.
No hubo borrachos (alegres, si), No hubo cotillón. No hacen falta para divertirse cuando hay ganas de hacerlo. Y vaya que sí hubo diversión!!






 Humberto Albanesi y Eve C. de Cueto.






 Ana Victoria Bendaham.





 Oldita Nesprías y Silvia Costas.






 Acto en el establecimiento de la 214.






sábado, 16 de marzo de 2013

De carne somos.

Publicado en "Acercar a la Gente" Nº 56 del 23/02/2005
 Atilio Lombardi, carnicero por medio siglo, recorre el mundo de las carnicerías y su gente de un Santa Isabel de otro tiempo.
  Una actividad histórica de los argentinos ha sido, por tradición y por gusto, la visita diaria a una carnicería. Hasta no hace mucho, la pampa era un extenso mar de cultivos salpicados por espacios de tierras con miles y miles de manchas negras o parduzcas, algunas inmóviles, otras desplazándose lentamente. Era el ganado vacuno destinados a satisfacer la tradición carnívora nacional. Eran animales que nacían y se desarrollaban en plena libertad a los que cada tanto se los llevaba a lotes con pastura fresca para que continuaran con su desarrollo. 

Si bien el paisaje rural se ha modificado, al menos en nuestra zona, por la masificación de la agricultura y por la cría cada vez más difundida de estos animales en lugares cerrados, el gusto por la carne no ha disminuido y las carnicerías, en su versión moderna, insertas en supermercados, autoservicios o despensas, siguen plenamente vigentes.

Atilio Lombardi, carnicero por medio siglo en el local ubicado en 25 de mayo 1228 de Santa Isabel, nos cuenta las costumbres y formas de trabajar en este negocio. También surgen los nom-bres, de los car-niceros de otros tiempos y colaboradores, gente dedicada a satisfacer ese deseo que continúa vigente como siempre: la carne.
 ¿Cuándo empezó como carnicero?
= En el año 1946, con mi hermano Juan que ya tenía la carnicería en el mismo lugar desde unos 7 u 8 años antes. Tuvo distintos socios como Paggi, Cavagnolo y Caldera, también la alquiló a Natalio Colombo por un año y después, cuando vine del servicio militar, en el '46, entré con él. Estuve 50 años trabajando en esa carnicería. Yo era más de salir y mi hermano de estar en el mostrador. Salía a repartir, a carnear o a tropear.
 ¿Cómo se abastecían de carne?
= Comprábamos vacunos en las ferias. Estaba la de Rovea, que tenía feria en Villa Cañás y acá; esa estaba donde ahora está Parodi (ruta 2-S y camino hacia Estación Fournier). Estuvo la feria de Maffia y Sarlenga, también comprábamos en Villa Cañás, de Manzino y de Vicente Cudós. Después se hizo la feria de la Cooperativa Unión y Fuerza (a unos metros del camino entre la vieja ruta 94 y Estación Fournier); que prácticamente no la manejó; primero estuvo al frente Enrique Canal y después Víctor Codutti.
También comprábamos a particulares como a Don Juan Perna. A veces un colono ofertaba dos o tres animales y se lo comprábamos. Nosotros los íbamos a buscar, yo principalmente porque mi hermano atendía el mostrador. Teníamos un caballito para llevarlos desde el campo o la feria al matadero. Más de tres o cuatro animales por vez no se podían llevar ahí porque había poco pasto. A los que comprábamos en la feria los dejábamos allí y después, a medida que íbamos precisando, los llevábamos al matadero.
De Cañás, al principio un tropero traía los animales arreando para 4 o 5 carniceros juntos, le ponía unas cinco horas. Después ya se empezó a traer en camioncitos. Se llevaban a la feria porque ahí además de los corrales había potreros. Es que en el matadero, principalmente en el invierno, no había nada de comer, se venían muy abajo, o había que llevarles fardos pero como estaban todos juntos comían también los animales de los otros.
 ¿Vendían otro tipo de carne que no fuera vacuna?
= Casi nunca. Después se empezaron a carnear corderos y lechones para Navidad y Año Nuevo. Era nada más que carne vacuna, y nada de vender carbón y otras cosas. Así más o menos tirabas, pero después empezó a venir eso de que con la carne sola ya no podías vivir entonces se le fueron agregando otro tipo de cosas para vender.
 ¿Con qué herramientas contaban?
= A la vaca la cortaba al medio yo con una sierra manual de dientes grandes y, en el mostrador, mi hermano cortaba con la otra sierra, también a mano. Más adelante, con la sierra eléctrica, la carne se empezó a trabajar mejor.
 Antes se picaba la carne a mano, con la máquina de hacer chorizos, después llegaron las picadoras eléctricas.
 ¿Cada cuanto se hacían las ferias?
= Prácticamente todas las semanas, especialmente en el tiempo en que había dos ferias. En ese tiempo había muchos colonos tanto en Las Dos Hermanas como en La Lyda o en Las Rosas, y todos tenían sus animalitos que mandaban a la feria.
 ¿Qué tipo de vacunos compraban, como los elegían?
= En las ferias ya estaban los corrales hechos, después, cuando se remataban, se ofertaba y se compraba. Por lo general se carneaba novillo o vaquillonas.
 ¿Siempre fue así, o hubo épocas que se carneaban vacas?
= También se carneaban vacas, especialmente en el tiempo de la juntada de maíz, cuando había más salida y que venía gente de afueras. Pero si no, había que tener mercaderías buena.
La carne de vaca es más económica pero inferior. Se entreveraba, no era todo novillo, porque por ahí, en un corral comprabas vaquillonas y entre el grupo de cuatro o cinco venía alguna que ya era tipo vaca.
 ¿Qué cantidad de animales han llegado a vender?
= Nosotros, por ejemplo, en el tiempo de la juntada de maíz eran siete, ocho y hasta nueve animales por semana. Pero después no, ya después se carneaban cuatro por semana, o a veces cinco.
 ¿Qué carnicerías recuerda Usted?
= Cuando empecé estaba la de Costas, atendía Guido y en el matadero le carneaba un tal Rossi, después estaba Otamendi, la Viuda, que le carneaba el “Loco” Rueda. Otamendi era uno de los más antiguos, después murió y siguió la mujer y más adelante el hijo, la carnicería siempre estuvo en el mismo lugar (Belgrano casi Sarmiento). La carnicería de Costas (G. López al 100) también ha sido de las más antiguas, primero estaba el padre y después siguieron los hijos Enzo, Guido y Héctor. A veces yo salía a repartir al campo con Enzo.
Otro que estaba era Juan Costaguta, donde después estuvo Armando Bottacini (Mitre 1244) . Otra carnicería era le de De Filippi, que estaba donde está Audicana (Irigoyen 1158), que ahora es del frigorífico. Por ahí pasaron muchos, en un tiempo estuvo Giardini, “Yiyi” Vannni, después Bartolomé Pijuán, que era todo un personaje. A él le carneaba Eduardo Tombolini. Masciarelli estaba en la zona del hospital y tenía reparto en el pueblo con un carro, él tenía como un mostrador acomodado en el carro y una sierra y llevaba la carne.
También Colombo, ellos le alquilaron a mi hermano y después pusieron carnicería donde está el Banco de Santa Fe (San Martín y Gral. López), ahí estuvieron una punta de años hasta que después “Busi” (César Colombo) se fue a la esquina del frente.
Armando Bottacini, el “Didi”, es más nuevo. Cuando abrió revolucionó a las carnicerías con los cortes que hacía, empezó a clasificar la carne y a presentarla bien, la carne bien acomodadita en el mostrador, a cortar milanesas... Un tipo muy inteligente para trabajar la carne; lo que es pulpa era pulpa y tenía su precio, el puchero, puchero, el asado, asado...
También “Finito” Bottaccini más adelante abrió su carnicería, estaba Alonso... normalmente siempre eran unas siete u ocho carnicerías en el pueblo.
 ¿Cómo funcionaba el matadero?
= Eso siempre fue de la Comuna (sobre ruta 94 vieja y “la loma”) y estaba desde mucho antes que yo empezara. Había un corral, un brete y se enlazaba el animal. Antes de que se hiciera el galpón techado (1961), eran solo corrales.
A los animales los podíamos tener unos días ahí. Larripa los enlazaba, nosotros los degollábamos, le sacábamos la panza, lo cargábamos y lo traíamos a la carnicería donde se terminaba de limpiar. Pero en el matadero siempre había gente que ayudaba en los trabajos como "Polo" Herrera o Vicente Escudero
En el verano se carneaba a eso de las cuatro de la mañana. A medida que llegábamos se iba enlazando por turno; a veces a las tres ya habíamos algunos para agarrar turno, porque el que salía primero, llegaba primero al pueblo y Francisco Criado le sacaba primero el cuero. Iba a todas las carnicerías por turno, a él se le vendía el cuero y después los lavaba, los salaba y demás.
En invierno a la una, una y media de la tarde abría el matadero uno hora antes ya estamos allá, porque ya te digo, al que llegaba primero lo atendían primero.
 Y se armarían algunas discusiones...
= Y, a veces se armaban discusiones... Don Natalio Colombo siempre quería salir primero, una vez hasta perdió la vaca por el camino! No es que el que terminaba primero empezaba a vender primero, si no que le sacaban el cuero antes, entonces ya se desocupaba.. Porque había también que preparar las achuras, sacar las quijadas, lavar todo...
Pero también me acuerdo de las charlas que teníamos tirados de panza en la cuneta mientras esperábamos que abriera el matadero. Nos reíamos, uno llevaba un chimento, otro, otro chimento... Y de las carreras que hacíamos para carnear, el más ligero de todos era Raúl Bazán, carneaba para Otamendi después de que había fallecido Rueda. Porque algunos tenían una persona que les carneaba. Nosotros y Armando Bottacini carneábamos lo nuestro, pero, por ejemplo, “Busi” lo tuvo a Ruiz y después a “Chocho” (Juan) Oneglia.
 ¿Quiénes vivieron en la casa del matadero?
= Esa casa ya estaba de antes que se hiciera el galpón del matadero (1961). Estaba Larripa y “Chocho” Oneglia habrá entrado en el '55. Esta gente, además de trabajar en el matadero también juntaba la basura. En ese tiempo el pueblo era chico y se juntaba la basura por el centro nada más, y a las 10 y media ya se desocupaban; está bien que empezaban, a lo mejor a las 4 de la mañana. Salían a juntar la basura con un carro tirado por un caballo, y era una sola persona, bajar, subir, bajar, subir.... Después la Comuna puso un tractor y un acopladito, “Chocho” lo manejaba y tenía una persona que juntaba la basura.
 Que tiraban en El Bajo...
= Si, siempre tiraron en El Bajo hasta que dejaron hacerlo.
 ¿Con el galpón del matadero se simplificó la tarea?
= Si porque ya hacías todo allá y llegabas a la carnicería con la vaca limpia. A las achuras las preparabas en el matadero y venías al pueblo con la vaca ya pelada y la colgabas directamente.
En el galpón cada uno tenía su sitio. Eran ocho lugares, cuatro de cada lado y cada uno tenía su canilla, su manguera y su colgadero. Después había un riel en el medio para que corriera la media res colgada y poder cargarla.
Pero a principio de los '70 salió la ley federal de carnes con la que había que comprarle todo a los frigoríficos. Igualmente seguimos carneando algunos animales y terminamos en cana.
 ¿Por qué pasó eso?
= Comprábamos alguna media res al frigorífico y también comprábamos animales en la feria. No era que las robábamos, las comprábamos en la feria y las carneábamos allá mismo. Eso lo hacíamos con “Busi” Colombo hasta que una vez, no se si hubo una denuncia o qué, vino la policía, nos sacó la carne a nosotros, a “Busi” y a Gularte, y nos llevaron a los tres a Melincué en el “Cuartito Azul” (apodo que tenía el móvil policial de aquel tiempo, que era un Jeep con carrocería cuadrada todo pintado de azul). Llegamos a eso de las 12. A la tarde nos dieron el mate cocido y a la nochecita polenta.
Con nosotros también llevaron a “Cholo” Colombo, que trabajaba en la feria. Mi hermano Juan se salvó porque se había ido a un velorio de una tía a Rosario junto con “Quino” Salemme que era el Presidente Comunal. Así que cuando Salemme vino, habló con el jefe de policía y a la noche nos soltaron. De acá, algunos ya habían salido con colchones para nosotros pero los encontramos en el camino.
 ¿Les cobraron multa por eso?
= Multa no, pero al tiempo tuvimos que cumplir un mes de arresto acá en el pueblo. Íbamos a la comisaría una o dos horas todos los días. Estábamos un tiempo ahí pero teníamos la carnicería abierta, comíamos algún asado...
 Les ha costado varios asados...
= Y si, si. Gularte hasta les podaba las plantas y les limpiaba el patio!
 ¿Cómo eran los clientes?
= Como ahora, había de todo. Pero antes la gente era menos delicada porque por lo general se compraba la carne entreverada. A la que más se le vendía era a la gente de campo que venía y compraba dos o tres kilos, y llevaba pulpa, llevaba asado, llevaba de todo.
 ¿Cómo conservaban la carne, por ejemplo cuando no había electricidad en el pueblo, allá por los '50?
= Era el gran dilema de esos tiempos, porque hasta que no vinieron las heladeras eléctricas grandes se complicaba bastante. Nosotros, por ejemplo, teníamos una heladera a hielo con dos puertas y en el medio poníamos dos barras de hielo que duraban tres días. A la carne que sobraba el sábado, para el lunes la conservaba al pelo. Igual era un dilema, había que hacer faltar la carne el sábado, para que no sobrara.
Acá había hielo que fabricaba Yaco Raimundi y después no hubo más, había ue ir a buscarlo a Cañás. En un tiempo Peovich los iba a buscar en una jardinera y los repartía, si no íbamos nosotros en la Ford “T” a buscarlos.
En el tiempo que no había corriente eso fue un desastre. Qué épocas malas que se vivieron, no? Y todo por política.
 ¿Antes, cuando no había bolsas de nylon, en que entregaban la carne?
= Y, se envolvía en papel de diario, con un pedazo, a veces, de papel blanco. Había gente que traía su plato o fuente y la llevaba así.
 ¿En qué horarios abrían la carnicería?
= A las 5 o 6 de la mañana ya teníamos la carnicería abierta, porque había gente que iba a trabajar al campo y pasaba a comprar, era una costumbre. En verano se abría, se ventilaba, y a las 11 ya se cerraba, ahora es la una de la tarde y todavía están abiertas. A la noche, cuando oscurecía ya se cerraba.
 ¿Cómo se hacía el reparto en el campo?
= Era en el tiempo de la juntada de maíz; entre marzo y junio, a veces hasta en agosto, unos cuatro meses.
Yo anotaba todo en una libreta porque en cada chacra había 8 o 10 juntadores y eran todas pesadas distintas. Se las dejaba colgadas en un gancho en una planta, porque en muchas partes llegaba temprano y algunos todavía dormían.
Mirá lo que hacíamos; me levantaba, llamaba a mi hermano para que cortara y me iba a atar el sulki que estaba en la chacra de mi otro hermano. Cuando volvía le ayudaba a cortar y a pesar. Se cocían con un hilo las pesadas para que no se mezclaran y después, a todas las pesadas de una chacra las poníamos en un gancho de mayor a menor para saber cual era una y otra, porque yo no llevaba balanza. Salía con el sulki a repartir por el campo y volvía al pueblo a eso de las once de la mañana, comía un poco y ya salía para el matadero.
 ¿Por qué lugares hacía el reparto? 
= Tenía distintos recorridos. Un día por Las Dos Hermanas, iba al campo Rueda y por lo de Negrini, también de Zamarini, Ducevich, Valero, Milanesi, entraba en Santa Emilia, hasta lo de Parnisari y lo de Ressio; otro día salía por campo Las Rosas... Un día por un lado, otro día por otro, hasta los domingos. Después cuando empecé con la Ford “T”, la cosa era más aliviada, ya era cafiso.
Una vez que terminaba la juntada del maíz ya no se salía.
 ¿Cómo era la relación entre carniceros?
= Éramos bastante unidos, aunque un poco de celos había ya sea porque alguno trabajaba más que otro o lo que fuere. Nos reuníamos muy seguido, por ahí nos comíamos un asado entre todos; si había aumento en la hacienda se conversaba por el precio y poníamos los precios al otro día en pizarra.
Había veces que nos juntábamos en el matadero, en vez de venirnos para el pueblo en seguida, juntábamos un poco de achuras y nos hacíamos un asado y comíamos juntos. Nos llevábamos bastante bien.
 ¿Siempre se hicieron chorizos en las carnicerías?
= Si, siempre. Eran con carne de chanchos que se compraban en las chacras y que carneábamos. Nosotros hicimos muchos con Pijuán porque a veces un chancho para uno solo era mucho. Nos repartíamos a medias los chorizos, morcillas, huesitos... También trabajamos mucho tiempo así con “Busi” Colombo. Se compraba un capón o una chancha y hacíamos chorizos porque en ese tiempo no se exigían marcas ni nada.
 ¿Hasta cuando funcionó la carnicería?
= Mi hermano enfermó en 1989 pero yo seguí con la carnicería porque él se quedó en la casa, de socio. Después seguí solo hasta el '97, hasta que la cerré. Es que con carne solamente ya no era redituable, había que tener una especie de despensa para subsistir.
Cuando la carne empezó a traerse de los frigoríficos se terminó con tanto trabajo, pero ahí se encareció mucho más. Además las ferias ya no andaban porque en la zona empezó a haber menos animales. Cuando carneábamos teníamos las achuras, el cuero, el cebo, la quijada, que quedaban de ganancias, pero después a eso hubo que comprarlo todo y ya no era tan redituable.
Un día me decidí, vendí todo y cerré la carnicería.



"Chocho" Oneglia y Eduardo Tombolini en plena matanza. "Didi" Bottacini observa.



 Una jornada de remates vacunos en la feria de
Codutti.

 Una jornada de remates vacunos en la feria de
Codutti.







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Oficios varios.

Publicado en "Acercar a la Gente" Nº 55 del 16/12/2004
 
 José Antonio Díaz: Mezcla de lustrador de muebles, músico, luthier y técnico en electrónica.
 
 Alguna vez dijimos en esta misma columna que cada una de las vidas que transcurre es una historia y que esas historias transitan diariamente por las calles de nuestro pueblo sin que las lleguemos a conocer. Continuando con la voluntad de conocer esas historias hemos llegado hasta la casa de José Antonio Díaz para charlar con él.
Mezcla de lustrador de muebles, músico, luthier y técnico en electrónica, José, de 65 años, vive humildemente, con una especie de bohemia y tranquilidad envidiable para aquellos que transcurren sus días en forma febril.
Este fue nuestro diálogo:
 
  ¿Usted siempre vivió en Santa Isabel?
= No, no. Yo nací y me crié, hasta los 20 años, en Villa Cañás. Después di un tranco largo para acá y me gustó, me hice de novio y empecé a venir cada vez más seguido, hasta que me quedé.
  ¿Cuando vino a Santa Isabel?
= No recuerdo bien el año, pero debe hacer mas o menos 40 años que estoy acá, habré venido a los 25 años.
  ¿Cuáles han sido sus trabajos?
= Yo de electrónica no estudié, que se yo, por práctica o por suerte, arreglaba algunos televisores blanco y negro, de otras épocas, y todavía algunos reparo también, pero no quiero tener problemas. También reparo radios o pasacassettes mientras se pueda hacer, pero mi especialidad es lustrar muebles.
  ¿Cómo aprendió ese oficio?
= A eso lo aprendí en Villa Cañás con un hombre grande que me educó un montón. Siempre me decía, mirá Negro, si alguna vez vos pasás hambre, no te ensuciés las manos, porque este trabajo es muy delicado, porque tenés que meterte en las casas de familias, sos un desconocido y si no te tienen confianza, no te dan trabajo.
  O sea que si se enteran que se robó algo, no hay más trabajo.
= Claro. Dicho sea de paso me han puesto un montón de trampas en el trabajo. Ponían por ahí en algún mueble, como al descuido, alguna medallita, o alguna cadenita, cosa de que yo me tentara. Yo venía avivado de antes de eso, por los consejos de este hombre que fue como un padre.
Y bueno, de ahí fuí teniendo trabajos, experiencias, conociendo gente, y así me hice una cierta clientela. Pero uno no puede dedicarse solamente a esto, porque se trabaja por temporadas. Por ejemplo este es un tiempo en que la gente los puede hacer porque ahora hay algo de plata, porque esta es una cosa de lujo; el lustrado no es como un barnizado o una pintura.
  ¿Barnizado de puertas y ventanas también hace?
=Lo hago si viene el caso, pero no es mi especialidad.
Lo mio es el lustrado, son trabajos que hay que conocerlos a fondo para no quedar mal y que si se hacen bien te sirven de propaganda.
  Y que además tiene sus secretos.
= No, no tiene secretos, solo hay que conocer el trabajo, los materiales y los resultados que dan; los distintos tipos de madera o el tiempo en que se hace un trabajo.
Por eso se me hace difícil hacer un presupuesto, porque a lo mejor parece caro, pero no es caro, lo que pasa que es un lujo; aunque yo trato siempre de hacer un precio como para poder trabajar.
  ¿De que tipo de muebles estamos hablando?
= Bueno, dormitorios, todo lo que se entienda de madera. Pueden ser cosas nuevas o los más viejos, o los más gastados. Yo aprendí a hacer los trabajos completos, por ejemplo un ropero que tenga una madera muy deteriorada se la cambio, aunque no sea del mismo tipo, se imita el color y se lustra después, o sea una restauración completa. Eso viene a ser ebanistería.
  Volviendo a las trampitas. ¿Tuvo algún tipo de problemas?
= No porque yo ya conocía de este tema. Por otra parte ya me habían dicho que acá había un hombre muy bueno en el lustrado, pero que con lo que yo sabía hacer no tenía que tener temor a lo que haga cada uno.
Este hombre del que te hablaba, me enseño y me dio estos consejos. Eduardo Rodríguez se llamaba. Él hacía los presupuestos y si los aceptaban trabajábamos juntos y después me dejaba solo. Cuando lo terminaba iba, le daba el visto bueno y lo cobraba, porque me tenía confianza.
  Tengo entendido que también se lustraban los cajones de muertos.
= Si, he trabajado en eso también. Esos trabajos se hacían en el mismo cementerio o en las cocherías fúnebres.
Es un trabajo que ya no se hace más, pero antes la gente te pedía presupuesto por eso. Yo iba al cementerio, sacaba el cajón afuera, sacaba todas las manijas, herrajes, todo, con el cajón cerrado y el muerto adentro, y lo hacía.
  ¿Y levantaba toda la pintura del cajón?
= No, se raspaba hasta la madera, pero se trataba de renovar el lustre. Eso se hacía no solo en los más caros, sino en toda clase de calidad de cajones.
  Ahora está haciendo este tipo de trabajo?
= Hace mucho tiempo que no me llaman para una cosa de esas, porque ya no se hace más. Es, además, un trabajo bastante delicado en el sentido de que si te lastimás con una astilla, te podés infectar, así me han dicho y me aseguraron, pero a mi no me pasó ni vi a alguien que le haya pasado.
Lo que si, había personas que se sorprendían al verme trabajando en eso.
  ¿Donde ponía el cajón?
= Sobre caballetes, en el cementerio, al aire libre y frente al nicho o al panteón. Algunas personas veían eso y se iban.
  ¿Cómo es el acabado final, tanto del cajón como de los muebles?
= Antes se usaba todo brillo. Yo no usaba cera para dar brillo porque después, si tenía que volver a lustrarlo no agarraba porque la cera es grasosa. Ahora se está usando mucho el lustrado mate, sin brillo. Es más fácil y de menos trabajo.
En cambio un trabajo bien hecho, como se hacía antes, con brillo, casi que no se hace. Una, porque los presupuestos son muy altos y otra, porque no se usa.
  ¿También repara guitarras?
= Ese Hombre, Eduardo Rodríguez, me enseñó a hacer guitarras, porque él las hacía y le pedí que me enseñara.
Yo estaba acá y cuando no tenía trabajo él me daba. Un día le pedí de hacer una guitarra y me fue explicando, indicando como cortarla, como pegarla. La parte más difícil es el diapasón, por los trastes, porque es una cosa que tiene que ser milimétrico el espacio entra cada uno de ellos, porque si no cambia la nota. Eso es un secreto muy grande que lo aprendí de tantas macanas que me mandé.
 La caja también tiene sus medidas, su forma...
 Aparte, el puente que ata las cuerdas tiene que estar nivelado para que no salgan las cuerdas afueras, y si el cuerpo no está bien nivelado, las cuerdas pueden estar muy altas del diapasón, como muy bajas. Yo las fabricaba antes, una de las últimas fue una redonda que no le hice la curva a propósito. Tiene un sonido más grave, como un guitarrón.
  Ahora me dedico a la reparación completa de la guitarra. Lo que sea, lo que esté roto yo lo arreglo. Y son las guitarras más baratas las que se rompen más fácil. Cuando comenzás a tirar las cuerdas se puede romper el diapasón, si eso está quebrado yo también lo arreglo. Hay que poner tornillos que no se vean, si hay que cambiarle la tapa armónica, que es donde va la boca, también se cambia.
  ¿Hay trabajo en esto?
= Bueno acá, por ejemplo de los conjuntos folklóricos, como Los Luceros, siempre me traen alguna guitarra, por una cosa u otra. Aparte el profesor que a ellos le enseña, el "Chango" Fernández, siempre me trae algo de Venado.
  O sea que los trabajos son bien vistos.
= Si hace unos días tuve una alegría porque a un pibe le arreglé una guitarra. Después la llevó a lustrar a un luthier de Venado y le dijo que me dijera a mí que estaba muy bien hecho.
A este trabajo yo lo hago en forma artesanal y en esta zona creo que no hay muchos que lo hagan.
  ¿Y si hay que ponerles micrófonos?
= Si, lo hago también. Pero hay muchas clases de micrófonos que se colocan en distintos lugares. Algunos van en el puente, o se pegan adentro, en la caja o debajo del puente. Según el tipo de micrófono.
  Además Usted sabe tocar la guitarra.
=Bueno, eso se requiere mucho para el armado de la guitarra, o por lo menos tener oído. Yo he estado mucho tiempo en una orquesta, de cuarteto; no quiere decir que sea profesional, pero algo conozco.
  ¿En que orquesta tocó?
= Se llamaba Cuarteto Impacto, estuve con esa orquesta unos 18 años. Era de Villa Cañás pero de acá éramos tres. Estábamos Juan Carlos Savedra, Omar Jurado y yo. De Villa Cañás Rossi en el bajo eléctrico, Roberto Palma en el piano, y "Beto" Rodríguez, que también estuvo una temporada. Jurado animaba y cantaba, y Savedra también también cantaba. Yo tocaba la guitarra eléctrica
Teníamos de padrino a Eleuterio Pigliapoco, por ahí salíamos con ellos. Si le hacía falta una orquesta íbamos nosotros en el mismo colectivo y usábamos el mismo equipo de sonido. Pienso que no lo hicimos quedar mal en ningún lugar porque nos   llevaba siempre.
  ¿Recorrieron muchos lugares?
=Si, la zona hasta docientos y pico de kilómetros alrededor.
  ¿Qué recuerda de ese tiempo?
= Mirá, anécdotas hay, lo que pasa es que la memoria me falla. La pasábamos bien, era lindo porque a mi me gustaba. Me gustaba viajar, conocer gente, conocer lugares...
  ¿Generalmente donde tocaban?
= Hacíamos bailes en los clubes, aniversarios, domadas, terminación de clase.
Ahora ese tipo de bailes ha desaparecido bastante.
= Si, el cuarteto de acá, el cordobés, el legítimo, no se toca tanto. Nosotros tocábamos cuarteto y estaba mezclado con algún pasodoble, milonga y hasta chamamé. El "Beto" cantaba algún folklore en ritmo bailable también
Eran bailes para gente grande, generalmente. Ahora hay otros ritmos, aparte cambiaron los equipos de sonido también.
  ¿Que opina de la cumbia villera?
= Muy lenta, me parece un poco aburrida. A mi me gustan los cuartetos, la música cordobesa. Te levanta el ánimo y aparte te trae recuerdos de lo que hicimos antes.
  ¿Qué otros trabajos ha hecho?
= También trabajé en una fábrica de premoldeados, de cosas hechas con cemento en moldes.Fui aprendiendo a hacer muchas cosas de esas. Las sé hacer todavía pero nunca me dediqué; desde hace muchos años que quiero empezar con esto, pero siempre se cruza algo y pasan los años y no se hace.
Pero el lustrado de muebles es mi especialidad, lo hago y me gusta que la gente me diga que todo está bien, entonces esa es la mejor recompensa
  ¿Y la orquesta también le gustó?
= Si, la orquesta me gustó mucho.
Es cierto lo que se dice sobre los integrantes de las orquestas, que suelen tener muchas mujeres?
= No es tan así. Pero entre mil personas por ahí hay una mujer que te está mirando; por más feo que uno sea siempre hay alguna a la que le gustás. A veces te das cuenta y entablás conversación, pero son cosas pasajeras.
  ¿A algunas mujeres le atraía la clase de trabajo?
= Si, a mi una chica me preguntó una vez si cuando llegábamos a un lugar a tocar, se acercan las mujeres a besarnos?. Más vale!, le dije yo, me aprietan! Pero no es así!
  Mientras tanto a seguir lustrando...
= Si. Me gustaría hacer un trabajo como lo sé hacer, para que todo el pueblo lo vea, pero no se puede por cuestiones de presupuesto, por tema de costos; cuesta muchísimo.
  Usted siempre hizo varios trabajos a la vez...
=Si, lo que pasa es que cuando fallaba una cosa me metía en otra. Pero yo no aspiro a llegar a tener plata. Yo lo que quiero es tener trabajo, nada más. Estoy bien así y estoy conforme con mi casa.
  Alguna personas, sin tantas habilidades tienen un buen pasar económico; por qué Usted no lo tiene?
= Lo que pasa es que nadie me dijo, "Negro, comprate un terreno". No me lo dijo nadie.
  ¿Pero Usted gano poco dinero siempre?
= No, yo ganaba plata, no digo como para ser rico, pero podría estar mejor en este momento. Cuando me di cuenta habían pasado un montón de años, cambió la política, el sistema de vida; cambió todo. Cuando me di cuenta ya era tarde.
Yo agarraba la guitarra criolla, salía, me iba a comer asados, todo joda todo lindo, todo risas.
  No ha hecho dinero pero la ha pasado bien...
= Yo viví mi vida a mi gusto. Medio como bohemio; no me puedo quejar de la vida.