sábado, 2 de marzo de 2013

Antonio Pérez: Los Viejos Tambos de Runciman.

Publicado en "Acercar a la Gente" Nº 91 del 05/08/2008 

 Antonio Pérez está sentado frente a la máquina de escribir cuando llegamos para entrevistarlo. Es conocido por sus poesías de estilo gauchesco que le hablan a los personajes, las instituciones y a los hechos de nuestro pueblo y de aquellos que dejan huella en su vida. Pero no hemos llegado para charlar de poesía, si no de lo que acontecía en la zona de Runciman cuando los tambos eran el trabajo que atraía a familias enteras y él, junto a la suya, formaba parte de aquella legión de trabajadores que diariamente sacaban el noble producto de aquellas vacas. Antonio estuvo en esos tambos que proveían la leche a la fábrica de lácteos que, modernizada, aún perdura. Los viejos tambos ya no están pero Antonio nos cuenta lo que pasaba en la década de 1950 cuando trabajaba allí.
  ¿Cómo comenzó Ud. a trabajar en los tambos de Runciman? = Yo nací en 1934, éramos de Banderaló pero mi padre alquiló una quinta en María Teresa en 1945, y ahí nos quedamos. A los 17 años me fui a trabajar al tambo de "Cholo" Maino, que está en la zona de Runciman. Después, en la estancia de Magnasco buscaban ordeñadores buenos y yo estaba conceptuado bien. Me ofrecieron mejor paga, así que en 1953, fui a la estancia. En aquella época había 32 tamberos en la estancia que era de cuatro leguas de largo, desde la estancia El Recuerdo, seguía hasta El Aljibe, pasaba la ruta 2S, que va a María Teresa, y llegaba hasta el campo de Achilli, en la colonia Santa Lucía.
La estancia se llamaba "La 76" porque el antiguo dueño, Runciman, numeraba sus estancias y esa era la Nº 76. Cuando la compró Magnasco se hicieron los tambos. Según mi suegro, Santucho, que estaba en el tambo 12, cuando ellos fueron allí en 1945, fue cuando hicieron la fábrica.
 ¿La estancia sólo se dedicaba a la producción de leche?
= Tenían tambo y agricultura. En aquellas época no había muchas máquinas ni tractores. Trabajaban la tierra los contratistas a caballos, uno era Senari, el padre de "Cholo" Senari. También estaba Ochoa de María Teresa, Lavié y los Mayotto. Eran contratistas particulares que tenían, cada uno, 80 o 90 caballos.
Los Mayotto ganaron un Ford "T" en una rifa de la Peña Pichón 14, del coche de "Nino" Colombo. Habían hecho una pista en la estancia Las Dos Hermanas y rifaron un Ford "T" que sacó Mayotto. Vendieron todo y compraron una fonda en el pueblo (San Martín al 1200). Ese era el padre de los que estaban ahí. Los dos hermanos se casaron con dos hermanas del tambo 13.
 ¿Los tambos estaban numerados?
= Si. Había 32. El 32 a veces quedaba vacante porque estaba en la zona de El Aljibe, muy lejos de la fábrica.
 ¿Cómo era el trabajo?
= El tambo es un trabajo sacrificado, que no tiene Navidad ni año nuevo, ni día del trabajador, ni lluvia, ni heladas, nada. Al tambo hay que hacerlo. Si los temporales eran muy largos había que cambiar los animales de corral porque las vacas, a los 3 o 4 días de lluvia, se enterraban hasta las tetas. Así que había que hacer un corral provisorio. Además en ese tiempo no se conocía la bota de goma, compraban botas de suela que venían con un piso de madera abajo, cuando te enterrabas en el barro se pegaban y no podías caminar, así que las dejábamos y caminábamos en patas en el corral.
Después salieron los encerados, que hacían que no te mojaras tanto. Y si no, usábamos un cojinillo de oveja al revés que nos poníamos en la espalda; al último se mojaba la lana y se ponía muy pesado, así que también los dejábamos.
La cantidad de vacas de un tambo era según lo que el tambero podía trabajar, pero nadie bajaba de cien vacas, todas de hacienda colorada. Había vacas que eran duras, que costaba una barbaridad ordeñarlas, eran vacas comunes coloradas. Pero en sí, había hacienda buena. Por ejemplo, en el tambo de Santucho tenía 120 vacas y sacaba 1000 litros diarios.
 Y a las vacas había que ordeñarlas dos veces al día, todo a mano. El horario era de acuerdo al tambero. De Santucho se hacía tarde, a las 5 de la mañana, porque eran muchos a trabajar. Pero, por ejemplo, yo trabajé con un tal Funes, éramos los dos nada más, y había que empezar a la una de la mañana.
 Además la fábrica tenía un horario para recibir la leche, a las 8 de la mañana, así que había que estar a horario. Y a la tarde se empezaba a ordeñar a las 2 de la tarde, y hasta las 6 tenías tiempo.
 En verano, no te imaginás el mosquerío que había. Los pantalones se ensuciaban con leche y el mosquerío era terrible. Y cuando hacía frío o llovía, había que ordeñar porque en el horario había que entregar la leche. Cuanto más se sacaría algunos litros menos.
 Y no se miraba mucho como llegaba la leche. Una vez un tambero había sacado mucha leche y en un tarro viejo tenía maneas y lazos. Y cuando sacaron la leche en la fábrica, salió un lazo. En aquella época no había delicadeza, hoy en día eso tiene un valor y te pagan por la mayor limpieza.
 ¿Los ordeñadores eran de la zona?
= En ese tiempo llegaban de todo el país y se arrimaban a los tambos. Llegaba alguien y se iba aun tambo y el tambero lo recibía, como de la familia, y paraba ahí. Si lo precisaba lo ponía a trabajar: si no, comía y vivía en la semana hasta que conseguía trabajo en otro tambo, pero mientras tanto ayudaba en el ordeñe.
 ¿Cómo estaban ordenados los tambos?
= Por hileras, sobre la calle hasta el Monte de los Pic- Nics. En el Nº 1 estaba Cholo Rodríguez, frente al boliche. En el Nº 2 estaba Camia, con cuatro hijas mujeres, en el 3 Aguirre; en el 4 "Pepe" Giménez; en el 5 Prun; en el 6 Marcos Rodríguez que tenía como 6 hijas; en el 7 Alejandro Nievas; en el 8 Villalba: en el 9 Cresta; en el 10 Manuel Ose; en el 11 el "Ñato" Muñiz; en el 12 Santucho; en el 13 el suegro de los Mayotto, Daniel Rodríguez; en el 14 Guitard; en el 15 Dionisio Nievas; y en el 16, en El Aljibe, estaba Funes. Empezando por la parte del centro, en el1 7, que estaba atrás de la escuela, estaba Pascual; en el 18 Contrera, pegado a la fábrica; en el 19 Jaime. Y seguí la hilera por el camino interno; Fracisco Martinetti, Guiñone, Igarza, Palito, Fábrega; en el 27 un tal Cerdá; en el 28 el "Rubio" Guitard; en el 29 Becerra; en el 30 otro Becerra y en el 31 Mingo Andrada.
 ¿Cómo se llevaban la leche hasta la fábrica?
= Cada tambero tenía un breque, un carro de cuatro ruedas con dos caballos, y con eso la llevaban. En cada viaje se podía llevar hasta 22 tarros. Vos hubieras visto cómo desfilaban los carros.
 A los caballos, casa, carros y demás los ponía la estancia.
 ¿Cuánto tiempo estuvo en la estancia?
= Como 12 años en esa estancia, me casé ahí y ahí nacieron mis hijos. Después dejé el tambo y seguí en esa estancia pero trabajando con los tractores, tenían unos marca McCormick. Un tal Ferrari, que era mecánico, me ofreció trabajar. Yo andaba jineteando potros, no sabía nada, pero me dijo "vení que vas a aprender". Cuando arábamos en El Aljibe, que había manchones de gramón, echaban humo y patinaban. Y por ahí el mismo gramón los paraba, así que había que dar marcha atrás y largarlo de golpe hasta cruzar. Se trabajaba todo el día y toda la noche, en tres turnos por tractor, rotativos. Se araba, se sembraba, parte de maíz, mucho maíz chanchero. Además la estancia mandaba a sembrarle verdeo a cada tambero. Cada tambero tenía 4 lotes de 50 hectáreas. Y esos trabajos los hacían los contratistas con caballos.
 ¿La estancia de Magnasco ahora es más chica?
= Ahora es solamente la estancia vieja, desde la ruta que va a María Teresa, para la ruta 8. Los que compraron el resto desarmaron todo, echaron todo abajo para dedicarlo a la agricultura.
 Unos de los dueños que vinieron después de Magnasco hicieron un tambo modelo, de primera línea en la Argentina. Pero los dueños nuevos desarmaron todo. Primero le daban a la gente para que los desarmaran y se llevaran los materiales con la condición de que dejaran todo limpio. Pero algunos se iban dejando cimientos y plantas, así que contrataron excavadoras y topadoras, hicieron pozos grandes y tiraron los tambo adentro, con alambrados, plantas y demás y lo taparon con tierra para poder sembrar arriba. Y el tambo modelo ese, también está bajo tierra.
 Y ni que hablar del Monte de los Pic-Nics, que fue una parte importante de la historia del pueblo... lo talaron y sacaron todo.
 ¿Usted iba a las fiestas que se hacían en el Monte de los Pic-Nics?
= ¡La cantidad de gente que se ha hecho de novio allí! En los meses de enero y febrero todos los domingos se hacían picnis. Iban todos los tamberos con los breques, se comían lechones, corderos asados, se bailaba. Iba Pigliapoco con su orquesta, el cuarteto ReFaSi de María Teresa. Y ahí nos hicimos de novios, todos pibes jóvenes. Iba gente del pueblo también; toda la gente joven del pueblo iba para allá. Se hacían carreras de caballo y la fiesta era hasta la tardecita.
 A eso lo organizaban los tamberos mismos que ponían un papel en la fábrica avisando para que se enterasen todos.
Era un monte que estaba desde hacía muchísimos años. Cuando yo era chico y veníamos de María Teresa a Santa Isabel, en el sulki, por la calle de tierra, pasábamos frente al Monte que ya era viejo y renombrado.
 El Monte ha sido parte de la historia de Runciman y del pueblo, igual que el boliche...
= Es cierto. Al boliche lo estuve cuidando durante tres años, hasta hace muy poco, pero estaba cerrado. Ahora ya no hay nadie. En el boliche solo han quedado las estanterías y el mostrador, porque era de ramos generales.
 Estuvo Maltagliatti. Después Juan Piancatelli, estuvieron dos o tres años y entró otra vez Maltagliatti. Después estuvieron los Benso . Más tarde estuvieron Castro y Vera, que son de María Teresa y lo tuvieron hasta hace poco.
 Cuando los tamberos cobraban era una romería, eran como 30 carros en el boliche. En la fábrica le daban el cheque, los tamberos los cambiaban en el almacén de ramos generales de Juan Paincatelli, que estaba en el pueblo (Mitre al 1100, en "El Bar") y después pasaban por el boliche. Los domingos se llenaba, y del lado de la escuela, contra el alambre había 20 o 25 caballos. En ese tiempo se jugaba al sapo, la cancha de bochas vino después cuando estuvieron los Benso. También había carnicería. Se comían asados, chupaban y se peleaban también. Pero Maltagliatti, a los que jodían los sacaba afuera.
 El Club Sol de Mayo también era un lugar de reunión...
= Si. En el Club siempre había bailes, hasta matiné. Después del tambo, a la tarde y hasta la tardecita, había bailes con grabaciones y también guitarreros que nunca faltaban.
 Se trabajaba mucho pero también nos divertíamos mucho.
 Como ejemplo cuenta mi casamiento. Se hizo en el tambo 12, no solo con gente de la estancia si no también de Santa Isabel y de María Teresa. Se hizo una carpa con lona de 13 por 35 metros y después en la casa que era corredor abierto pusieron lona. Hicimos tres vaquillonas con cuero, 8 lechones, 6 corderos, mayonesa en cantidad. Vino toda la familia Santucho de Junin. Fue un fiestón. De Alberdi vinieron dos colectivos.
 Nos fuimos de viaje de bodas y cuando volvimos, 11 días después, los viejos todavía estaban de joda. Eso fue el 26 de mayo de 1956. Y apenas llegamos ya fueron a una chacra y trajeron corderos lechón y siguió la joda.
 ¿Cómo hacían con el ordeñe?
= Se paraba la fiesta para hacer el tambo y después se seguía. Muy sanamente. La verdad que yo me quedo con mi época; más sana. Hoy está la droga y otras porquerías que no se pueden comparar. Pero las épocas se superan y hay que aceptarlas como vienen, no queda otra.
 ¿Y cómo empezó a escribir sus poesías?
= Después de la muerte de mi señora, en 1984, empecé a dedicarme a escribir poesías camperas. Esto es así porque a mi siempre me gustó la forma de escribir de José Hernández. Y escribo lo que siento y lo que me gusta. Pero esa es otra historia.



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1 comentario:

  1. excelente el relato....conocer la historia da ciertos centimientos...asombro...angustia y alegría. ...que poco conocemos de nuestra historia.poco leemos de lo nuestro...que cruel es el adelanto ,inimaginable pensar enterrar un tambo literal....para sembrar arriba y alegría por que un gran persona como usted lo relata alguien leerá está historia....gracias me emociona y mucho!!!!!

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