lunes, 5 de agosto de 2019

Básquet en General Belgrano - Torneo Para Aficionados

Por Norberto Oscar Dall’Occhio


 A modo de introducción de esta nota sobre básquet que abarca el período comprendido entre 1940 y fines de la década de 1950- conviene aclarar que en ella se tratan temas vinculados con la práctica de ese deporte en el Club Belgrano, en la región y en el orden nacional. También se hace un comentario sobre el origen del básquet, juego que se ha extendido a la mayoría de los países del mundo . Además se mencionan algunos problemas extra deportivos vividos en esa época por la comunidad isabelense.

Origen del básquet.
 Hay testimonios escritos señalando que en la América precolombina, las civilizaciones mayas y aztecas practicaban variados juegos de pelota que tenían cierta afinidad con el básquet. Los jugadores utilizaban una pelota maciza que lanzaban con el propósito de que atravesara un aro o un anillo, o bien trataban de meterla en el agujero de una piedra.
 Pero la cuna del basketball (basket=canasta, ball=pelota) o baloncesto, fue Estados Unidos.
 Su creador fue James  A. Naismith, joven profesor de educación física de un colegio de Springfield, en el estado de Massachussets.
 En 1891, Naismith, a pedido de las autoridades del colegio, ideó un juego de equipos para practicarlo en una cancha de dimensiones reducidas. El objetivo era aprovechar el gimnasio techado del instituto de enseñanza y permitir el entretenimiento y el desarrollo de la actividad física del alumnado, en un lugar cerrado, protegido por los intensos fríos invernales.
 El juego de los participantes consistía, en esencia, en embocar una pelota de fútbol en improvisadas cestas o canastas de duraznos, colocadas a tres metros de altura en dos extremos de la cancha.
 Se establecieron numerosas normas básicas, muchas de ellas aún vigentes. Por ejemplo, estaba prohibido darle un puñetazo al balón o jugarlo con el pié. El reglamento inicial se fue modificando con el correr de los años, adaptándolo a las necesidades del juego.
 En nuestro país la práctica del básquet se inició con en 1912. Para algunos comenzó en Buenos Aires, para otros en Bahía Blanca.

 Un evento especial.
Durante los veranos de los años 1950, 1951 y 1952, el Club Belgrano vivió un simpático y singular hecho deportivo que acaparó la atención de socios y simpatizantes de la Institución y también de gente del pueblo.
 El Club, por iniciativa de algunos socios, analizó la posibilidad de organizar un Torneo de Básquet para Aficionados. La idea prosperó muy rápidamente y de inmediato se empezaron a formar equipos.
 Como circunstancia poco feliz, en esos años Santa Isabel y toda la región sufrió las consecuencias de una intensa sequía que se prolongó por muchos meses. Además, el pueblo soportó por varios años constantes cortes de luz debido a graves inconvenientes en el suministro de electricidad por parte de la Cooperativa de Luz y Fuerza local. Fue la época del famoso "pan negro" (pan de centeno) que la población argentina, por decisión del gobierno, se vio obligada a consumir ante la falta de harina blanca, por el fracaso de la cosecha de trigo.
 Por suerte, los pobladores de Santa Isabel -los que residían en el campo y los del radio urbano-supieron sobrellevar con entereza estos serios problemas y sinsabores que les tocó vivir... y el curso de la vida isabelense continuó.
 En esos momentos en nuestro país el básquet había alcanzado una gran difusión popular. El punto álgido lo constituyó el hecho de que en 1950 el Seleccionado Argentino había obtenido por primera vez en su historia el título mundial de la especialidad al vencer por 64 a 50 al poderoso equipo de Estados Unidos en la final disputada en el Luna Park de Buenos Aires.
 Cabe destacar que en 1952, cuatro integrantes de este prestigioso equipo campeón estuvieron en Santa Isabel. Los jugadores Rubén Menini, Raúl Perez Varela, Carlos Uder y Leopoldo Contarbio formaron  parte del equipo de Racing Club de Avellaneda que, por invitación de General Belgrano, visitaron la localidad jugando dos partidos nocturnos en las instalaciones del Club.
 Fue un verdadero acontecimiento deportivo, dada la jerarquía del equipo visitante ,que despertó sumo interés en la localidad y en los pueblos vecinos y quedó como un gratísimo recuerdo para todos aquellos que vivieron esos inolvidables momentos.
 Después de finalizado el primer partido, la fiesta continuó con un gran baile y, al día siguiente, la delegación racinguista fue agasajada con un asado campestre efectuado en el monte de la familia Carpi.
 El conjunto de Belgrano que enfrentó al Racing Club estuvo representado por varios de sus jugadores base y contó con el refuerzo de destacados basquetbolistas de la zona. Fueron ellos Bonifacio "Facio" Asenjo, de Sportsman, y Duilio Vrancovich, de Studebaker, ambos de Villa Cañás; y, de Venado Tuerto, Víctor Rébora, Héctor Rébora, de Atenas, y Cattáneo, de Centenario.

 El básquet de Belgrano.
En la década de 1950, Belgrano tenía un equipo de básquet muy competitivo. La base del conjunto azulgrana estaba integrada por Vicente Basignani, Ernesto "Tito" Pellegrini, Héctor Palau, "Lalo" Brondello, Rodolfo "Rulo" Dedominici, Aldo Vanni y Carlos Forneris. Más adelantese incorporaron Carlos Angeleri, Miguel Palacios y Rubén Dedominici.
 Anteriormente, a fines de la década de 1930 y comienzos de la de 1940, Emilio Palau, "Chiquito" Colomba, Penecino, Rodolfo "Flaco" Enrico y Ángel "Lili" Benso, entre otros, fueron los pioneros del primer equipo de básquet que vistió la casaca de Belgrano. Jugaban en una cancha con piso de polvo de ladrillo aledaña al salón de la Sociedad Italiana, dado que Belgrano todavía no había adquirido el lugar en que luego estableció su sede e instalaciones.
 Alrededor de 1951 Belgrano también inició la práctica del básquet  femenino. Integraron el primer equipo las jugadoras Yolanda Palacios, Teresa Brondello, "Coca" y "Nuchi" Picola, Ana María Arena, Katy Vila, Marta Vanni, Mary Forneris e Ilda Imnocenzi.
 Mientras tanto, en la década de 1940 y principios de la década de 1950, en la región, Atenas de Venado Tuerto seguía acumulando títulos y tenía el monopolio de los campeonatos organizados por la Asociación Venadense de Básquet (fundada en 1940). La racha exitosa de catorce títulos consecutivos de Atenas fue interrumpida por Sportsman en 1956. El equipo de Villa Cañás también tuvo el mérito de consagrarse campeón en 1957 y 1958.

 Torneo de Básquet para Aficionados.
 Para aquel primer torneo, en 1950, se formaron varios equipos integrados, algunos de ellos, por jugadores que nunca habían practicado básquet y que, incluso, desconocían las reglas del juego.
 Aunque la mayoría eran adolescentes novatos, aparecían ciertos jóvenes y algunas personas que podríamos llamar "algo más madura", que nunca se imaginaron participar activamente y ser protagonista de una competencia basquetbolística.
 Ciertos nombres de los equipos llamaban la atención por su originalidad. Por ejemplo PROAL, que era una sigla que significaba "Pro Odio al Laburo". Se trataba de un grupo de adolescentes que, aparentemente, no eran muy proclives al trabajo.
 Otro nombre llamativo fue Phillips 66, homónimo al equipo de básquet norteamericano, muy conocido mundialmente, que en aquella época había visitado la Argentina.
 Entre otros, participaron y animaron el torneo conjuntos como ""El Grillo", que representaba al bar con ese mismo nombre, propiedad de Obdulio Paulini; "Luz y Fuerza" formado casi en su totalidad por empleados de la Cooperativa Eléctrica; "Hotel Central", promovido por los dueños de ese hotel, la familia Bassignani; "Pichón 14", bajo la tutela de Enrique "Nino" Colombo; "Cooperativa Agrícola Unión y Fuerza", integrada por empleados de la entidad; y "CT" (Correo y Telecomunicaciones), formado en su mayoría por empleados del Correo.
 En el público había despertado mucho interés y curiosidad la circunstancia de poder ver de cerca lo que amablemente podríamos llamar "conocidas figuras del pueblo", vestidas de pantalón corto, tratando de dominar un balón y meterlo en un aro sostenido por un tablero. En pocas palabras: verlos participar de un juego, es decir, correr haciendo picar una pelota, saltar, eludir a un rival, atacar, tirar al aro, defender... y de paso divertirse un poco.
 Entre esas "figuras conocidas" podríamos citar al Dr. Carlos Farr, a Renzo Bassignani, "Titi" Montes, Aroldo Carra, "Mingo" Scandizo, Al Dr. Alfredo Vázquez, a Dino Ferro, Leandro Quatrín, Cirilo Colomba, Arne Sampo, Diego Colomba, Raúl Severini, Leandro Romero y Alberto Arminchiardi.
 En general, en los partidos se anotaban muy pocos tantos dada la inexperiencia de la mayoría de los participantes. Algunos jugadores, muy resignados, solían comentar que les resultaba muy difícil  meter "ese enorme balón" en "ese pequeño aro".
 Debe tenerse en cuenta que en aquella época no existía el triple. Con la pelota en juego el tanto valía "doble" y el acierto en los tiros libres representaba un tanto.
 La noche de la inauguración del Torneo resultó una verdadera fiesta. Por su colorido, por lo divertido y por las variadas muestras de ingenio que cada equipo eligió para su presentación.
 Cada conjunto, por riguroso orden, hacía su entrada al campo de juego de manera muy especial. El público festejaba la creatividad y, a veces, la osadía que los equipos mostraban al presentarse. Producían situaciones risueñas que provocaba el comentario de la gente.
 Quedó en la memoria de los presentes el novedoso ingreso de los jugadores de Phillips 66, atravesando un enorme aro vertical empapelado, al que rompían al salir a la cancha, al estilo de los famosos Harlem Globetrotters cuando aparecían en el Luna Park de Buenos Aires.
 Se recuerda a "Nino" Colombo, acompañando a su equipo y entrando a la cancha con su Ford T "Pichón 14"; a "El Grillo", con un integrante interpretando una canción con su acordeón; a "Hotel Central", con jugadores disfrazados de cocineros con gorro blanco y llevando utensilios y baterías de cocina; al equipo de la "Cooperativa Unión y Fuerza" entrando con una adornada carroza que llevaba a la "Reina del Campo" que estaba representada por un disfrazado Dino Ferro, quien tuvo la envidiable fortuna de tirar al aro desde la carroza y encestar el balón, hecho que fue muy festejado por el público, que rubricó el acierto con un sostenido aplauso.
 La culminación del Torneo resultó otra jornada atractiva y alcanzó gran lucimiento. Produjo una enorme concurrencia de espectadores dispuestos a disfrutar del último evento y contemplar la consagración del equipo campeón.
 Phillips 66, bajo la batuta de "Lili" Benso, fue el ganador del certamen, con un gran festejo de parte de sus integrantes, con el aporte de varios jugadores disfrazados que con sus ocurrencias animaron la noche.
 Fue el broche de oro de un divertido y novedoso torneo nocturno de verano, desarrollado durante varias semanas, que contó con la valiosa colaboración de jugadores y público en general y quedó grabado en la memoria de la gente como un hermoso recuerdo de originalidad, por sus notas de color y sabor local, por sus momentos graciosos y por el entusiasmo de sus protagonistas, que contribuyeron al brillo de la competencia.
 Estos torneos de aficionados, con algunas variantes, se repitieron en los años siguientes. Luego fueron reemplazados por los denominados "Campeonatos Comerciales". Pero eso es otra historia.


  Torneo para Aficionados. Equipo de "El Grillo". De pié, de izquierda a derecha: Rubén Dedominici, Benjamín "Gomito" Sánchez, y O. Serafini "Pizeroto". Agachados: Primitivo Sánchez, E. Bazán y Norberto Dall'Occhio.
 Equipo de General Belgrano en la década de 1950. De izquierda a derecha: Rodolfo Dedominici, Rubén Dedominici, Ernesto Pellegrini (capitán), Carlos Forneris, "Lalo" Brondello, Aldo Vanni y Vicente Bassignani.
Torneo para Aficionados. Equipo de "Luz y Fuerza". De pié, de izquierda a derecha: Ernesto "Tito" Pellegrini (director técnico), Arne Sampo, Cirilo Colomba, "Palomo" Bolognese. Agachados: Raúl Severini, "Franco" Pellegrini, Antonio Bilós y Diego Colomba. Al costado derecho, integrantes del equipo "CT" (Correos y Telecomunicaciones) H. Costaguta y "Coco" Pennacchietti.

 Equipo Femenino de Básquet del Club Belgrano en la década de 1950.
















 
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sábado, 3 de agosto de 2019

Cómo orientarse en Santa Isabel

Orientarse en Santa Isabel es fácil. En la zona urbana no existen calles diagonales. Todas están orientadas de SE a NO y de NE a SO. 
Es decir que si en una bocacalle cualquiera, trazamos dos líneas imaginarias que, al cruzarse al medio de ésta, unan las esquinas enfrentadas diagonalmente, podremos determinar la ubicación de los puntos cardinales Norte-Sur y Este-Oeste. 
Esto mismo es para las calles de la zona rural con excepción de las comprendidas en las zonas desde Santa Lucía a estancia Las Dos Hermanas donde las mismas tienen rumbos dispares.
En 2012 la Comuna de Santa Isabel hizo colocar en el parque ARA Gral. Belgrano una placa de granito con la información de los puntos cardinales y altura sobre el nivel del mar.










Las esquinas marcan los puntos
cardinales.











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