miércoles, 20 de febrero de 2013

Carlos Gardel estuvo en Santa Isabel

(texto editado el 27/98/2022)
 
 Carlos Gardel estuvo en Santa Isabel. Así lo afirmaban varias personas que lamentablemente ya no están con nosotros. La versión de que el Zorzal Criollo cantó en la localidad persiste en familiares y amigos de éstas. Si bien ya no se encuentran testigos directos de este hecho acaecido en los primeros años del pueblo, podemos reconstruir la historia que nos ha llegado por relatos de terceros y del cruce de datos que fácilmente se pueden encontrar en Internet. 
La versión de que Carlitos estuvo en la localidad no es un mito, es un hecho real.

  Todo indica que Gardel estuvo en tierras isabelenses el jueves 16 de enero de 1930 y el viernes 17. Una investigación realizada por el periodista local Francisco Quatrín, que se publicó en el video titulado “nos Conocemos de Toda la Vida”, da cuenta de ello.    

 En aquella época no existía ninguna de las rutas carreteras que hoy vemos en esta zona, por lo que el ferrocarril era el medio más eficaz para los viajes entre ciudades y pueblos. Santa Isabel era cabecera de un ramal del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico que, a través de Junín, conectaba con Buenos Aires. También, a escasos cuatro kilómetros del centro de la localidad, estaba la estación Otto Bemberg del Ferrocarril Central Argentino que llevaba a Peyrano y, de allí, a la ciudad de Rosario.

 Por esos días un rumor se extendió entre la población indicando que Carlos Gardel y sus guitarreros llegaría al pueblo en su viaje desde Rosario a Junín donde debía actuar.

Según las crónicas, el teatro Crystal Palace de esa ciudad bonaerense fue el recinto en donde Carlitos, secundado por las guitarras de Guillermo Barbieri y José María Aguilar, brindó su talento al público los días 18 y 19 de enero de 1930.

 En su periplo, después de varias presentaciones en Rosario, los músicos habrían tomado el tren hasta Peyrano y de allí a Santa Isabel, en donde debieron pasar la noche para continuar, al día siguiente, su viaje a Junín.

 El informe dice que el tren salía de Rosario a las 08:45 y llegaba a Peyrano dos horas después, y que la combinación a Otto Bemberg partía cuatro horas después, llegando a las 18:00. Por otra parte, los relatos indican que llegaron en horas de la tarde a esa estación en donde había personas que los estaban esperando para trasladarlos, junto a sus equipajes, hasta la localidad.

 Se cuenta que al Morocho del Abasto le ofrecieron hacerlo en sulky, pero que prefirió hacerlo a caballo. Es así que, con unas cintitas argentinas atadas en el freno del animal, ingresó a Santa Isabel por calle Santa Fe, dobló en 25 de mayo y, por Belgrano, llegó hasta la esquina con calle Buenos Aires, hoy conocida como Hipólito Yrigoyen. En esa esquina que da al sur se alojaron. Era el Hotel Mayo, que había nacido en el comienzo de Santa Isabel como “Bar y Sinematógrafo”, de Ginés Carbonell.

Una de las narraciones que perduró es la que hacía Angelita Gobbi, quién vio cantar a Gardel en ese lugar. Esta mujer era amiga de las hijas de Carbonell y, según su relato, esa noche los parroquianos le pidieron a Gardel que cante. Ellas estaban en el patio del local y casa de familia y, paradas sobre unas sillas frente a una ventana pudieron verlo y escucharlo cantar dos o tres piezas musicales para delicia de los presentes. En la sociedad de aquellos años era impensado que mujeres jóvenes se mezclaran con los hombres en un bar.

Cantaba con una pierna arriba de una silla en la que apoyaba una guitara; mientras lo acompañaban, a la par, sus dos guitarristas, contaba. “Tenía la boca llena de dientes”, decía para referirse a su amplia sonrisa.

Desde afuera, en especial mujeres y niños, trataban de observar a través de los cristales de las ventanas lo que acontecía. Mientras, en las polvorientas calle de tierra, y siempre según los relatos, los perros se trenzaban en lucha.


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Referencia histórica:



En 2012 y 2013 la Comuna de Santa Isabel, a través del Área de Cultura, impulsó la señalización de referencias históricas locales con la finalidad de preservar viva en la memoria de los habitantes lugares y hechos icónicos isabelenses.

De tal manera, ente varias señalizaciones, en calle Belgrano, a pocos metros de Yrigoyen, se referenció al desaparecido Hotel Mayo (Bar que fundara Ginés Carbonell y que luego se amplió como hotel) en donde cantó Carlos Gardel. 
 

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Fuente consultada:
 

 
 
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