martes, 24 de diciembre de 2013

Ángel Baldessari: Futbolero, melómano, fotógrafo.

Publicado en "Acercar a la Gente" Nº 45 - 15/10/03

  En esta oportunidad rescatamos del recuerdo a Ángel Baldessari, uno de los tantos personajes que han habitado nuestro pueblo y que es recordado por varias de sus aficiones.

    La mayoría de su vida transcurrió en la zona rural hasta que en 1966 se mudó al pueblo. Trabajó mucho tiempo con una máquina sembradora tirada por caballos lo que no le impedía escuchar la radio y dedicarse, desde muy joven, a sus colecciones. Llegó a poseer la mayoría de los números de la revista El Gráfico aparecidos entre 1931 y 1935 y la totalidad desde ese año a la fecha de su muerte ocurrida a mediado de los ‘70 cuando tenía 60 años. 

  También fue importante su colección de discos de pasta de 78 R.P.M. y de L.Ps. La mayoría eran de grandes orquestas y cantantes de tango pero también los había de intérpretes de la llamada “nueva ola”, música para la juventud que comenzó a aparecer a mediados de los cincuenta. Ángel Baldessari tuvo un fonógrafo, más adelante un tocadiscos que funcionaba con 16 pilas grandes y por último un equipo amplificador a batería que, a su turno, los fue usando en fiestas de amigos o donde se lo pidieran a las que también llevaba los discos para animar. Fue uno de los primeros Discs Jockey isabelenses.

No se sabe cual fue el destino final de los discos ni el de las revistas. Algunos dicen que cuando se mudó al pueblo trajo parte de estas colecciones pero la mayoría quedó en la pieza que habitaba en el campo y luego de un tiempo fueron quemadas porque molestaban.


  También se dedicaba a la fotografía desplegando su trabajo con familiares, en las fiestas a las que concurría o en los festejos del Club Belgrano del cual era hincha. Para iluminar el momento de las fotos usaba el viejo sistema de magnesio que provocaba un gran fogonazo. Justamente esto le valió el mote de “Fogonazo”. 

 Era además una especie de ayudante de campo, aguatero, o botiquín del equipo de fútbol del Club Belgrano.

 El otro club de sus amores era Independiente de Avellaneda, del cual tenía muchísimos conocimientos adquiridos en esas revistas y en tantas horas de radio. Se cuenta que una vez fue a una fiesta del Club en Buenos Aires a la que habían concurrido los dirigentes más importantes de la institución. Allí fue el deleite y admiración de todos al describir detalles desconocidos de equipos, goles, campañas y jugadores.


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