lunes, 23 de diciembre de 2013

Capricho.

Publicado en "Acercar a la Gente" N° 28 - 05/07/00


 Comenzó a funcionar en febrero de 1971 en Gral. López 866 luego de que su dueño, Hugo Ribas, decidiera cerrar su otro negocio que comenzaba a decaer: La Hawaiana, una snack-bar situado en Gral. López y 25 de Mayo, a muy pocos metros de allí. Fue el primer baluarte en Santa Isabel (y uno de los primeros en la zona) de una nueva manera de pasar las noches de fin de semana: música grabada, poca luz y tragos hasta la madrugada. 

 La idea, tomada de las tertulias que realizaban los estudiantes del secundario, se llamó Capricho porque este negocio fue, precisamente, un capricho de su propietario que, a juzgar por los resultados, le fue bastante positivo. Hugo cuenta que el equipo de audio, el mobiliario y la bebida llegó el mismo día de su inauguración, un viernes, y que con lo recaudado ese fin de semana pagó esas compras el lunes mismo.

 En Capricho no se cobraba entrada. Abría todos los viernes, sábados y domingos desde las 11 de la noche y solo ingresaba gente mayor de 18 años.

 Su fachada era blanca con letras negras sobre la puerta de dintel pintado a rayas transversales de esos mismos colores y en el interior había tres habitaciones seguidas. En la primera estaba la barra atendida por Hugo y su hermano Ventura, banquetas de plástico blancas y el equipo de audio donde los simples y "elepés" de vinilo eran colocados por "Cachorro" Gobbi (el jefe de los D. Js.) o también por "Panchito" Paulini o "Cachula" (de Rosario) entre otros. La segunda habitación era la pista, donde un único parlante estaba sobre una vieja rueda de madera que hacía las veces de "parrilla de iluminación". En la tercera estaba el reservado, para tranquilidad de las parejas.

 No entraban más de ciento veinte personas, pero cuando se habilitó el patio de verano, con piso de pedregullo suelto y banquetas de troncos de eucaliptus, este número se amplió hasta alrededor de trescientas. El ambiente, que era tranquilo, sin peleas, se nutría de gente de nuestra localidad y la zona.

 Su decoración mezclaba estilos del pop y la psicodelia hippie, de moda en esos tiempos. 
 Para parte de la sociedad de entonces, acostumbrada a los bailes populares, este lugar con poca luz, no era bien visto.

 Capricho funcionó hasta mediados de 1973. 

Ver más en:  Yo quiero a Capricho...



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